MADRID (Reuters) – Varios cientos de inmigrantes entraron el martes en territorio español tras un salto a la valla que separa Melilla de Marruecos, según informaron fuentes oficiales, que no pudieron confirmar la cifra concreta.
Responsables de Cruz Roja en la ciudad autónoma han habilitado un puesto sanitario especial en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) para atender a los numerosos subsaharianos heridos, en el que parece ser uno de los intentos de entrada más numerosos de los últimos meses.
"Desde primera hora de la mañana se está atendiendo a quienes han llegado al CETI (…) De momento hemos atendido con heridas a unos 70", dijo a Reuters Enrique Roldán, director de Intervención Social de Cruz Roja en Melilla.
Los heridos, todos hombres, según Roldán, fueron atendidos con curas y suturas y se les estaban facilitando kits con mantas y ropa. Los inmigrantes se hieren a menudo al intentar escalar una valla coronadas por concertinas.
El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, tiene previsto ofrecer una rueda de prensa para dar detalles sobre el intento de entrada.
A finales de febrero, unos 300 inmigrantes subsaharianos protagonizaron otro intento de salto masivo a la valla, y al menos 214 consiguieron entrar en Melilla.
La defensora del Pueblo, Soledad Becerril, dijo tras conocer el intento de entrada masivo del martes que es necesario ir más allá de la política de fronteras comunitaria conocida como FRONTEX.
"(Hay que) Convencer a la Unión Europea que España es frontera sur de Europa y que requiere una política común", dijo Becerril en unas declaraciones recogidas por la Cadena SER.
Estos intentos se producen después de una polémica por la actuación de las fuerzas de seguridad españolas en febrero, cuando varias decenas de subsaharianos trataron de llegar a Ceuta y 14 de ellos murieron ahogados.
La Unión Europea pidió entonces explicaciones a España por
disparar pelotas de goma contra los inmigrantes que trataban de entrar a
nado. El Gobierno español ha defendido la actuación de sus fuerzas de
seguridad y ha insistido en que la gestión
de las políticas de inmigración irregular debe llevarse a cabo en al ámbito europeo.
En la primera mitad de 2013, España acogió a unos 3.000 inmigrantes ilegales, el doble que en el primer semestre de 2012, según cifras oficiales. La mayoría entraron a través de Melilla y de Ceuta, el otro enclave español en el norte de África.
Ambas ciudades tienen instalado en el perímetro fronterizo
vallas de seis metros de altura coronadas por concertinas, un sistema de
alambradas criticado por organizaciones de defensa de los derechos humanos, que afirman que causan heridas graves a los inmigrantes.
Cada año, miles de inmigrantes africanos tratan de llegar a Europa en busca de una vida mejor, y en Marruecos hay rescates y ahogamientos casi todas las semanas.
Por lo general, los inmigrantes subsaharianos entran en Ceuta y Melilla sin documentos de identificación y España los alberga en centros temporales masificados mientras trata de establecer sus identidades y devolverlos a los países con los que tiene acuerdos de repatriación.
Miles de inmigrantes acampan durante meses en territorio marroquí, en las afueras de ambas ciudades, para preparar sus intentos de entrada.
