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El 21D pone a prueba el movimiento independentista en Cataluña

Reuters

BARCELONA/MADRID (Reuters) – Cataluña celebra el jueves unas elecciones atípicas marcadas por los procesos judiciales contra el Gobierno independentista cesado y de las que saldrá, según los sondeos, un Parlamento sin mayorías y con dificultades para elegir presidente.

Un mural de una bandera con la Estelada en Cerdanyola del Vallès el 13 de octubre de 2017

Convocadas por el presidente Mariano Rajoy tras la histórica intervención de la región, los comicios suponen una prueba para el movimiento secesionista tras la declaración unilateral de independencia de octubre pasado, que generó la peor crisis institucional en décadas.

Los sondeos vislumbran dificultades para renovar la mayoría secesionista en la que los dirigentes catalanes se apoyaron los últimos dos años para avanzar con su hoja de ruta hacia la independencia pese a no contar con el beneplácito de Madrid.

Pese a perfilarse como la más votada, la independentista ERC disputará el primer puesto a Ciudadanos, formación que ha ganado terreno en los sondeos con su defensa de una Cataluña integrada en España y a la que podría beneficiar una histórica participación que se espera por encima del 80 por ciento del electorado.

Si los partidos proindependentistas consiguen una mayoría de votos, el Gobierno de Rajoy se vería obligado a ofrecer una vía de negociación para calmar las ansias indepententistas y facilitar el desbloqueo de una situación que pueda perjudicar al conjunto del país.

"Independientemente del resultado, es probable que el conflicto disminuya en intensidad y que no se busque una segunda declaración unilateral de independencia", según un análisis de DBRS de esta semana.

Los partidos independentistas, que hace dos años sumaron 72 diputados de una cámara de 175, se quedarían en 67 escaños, a uno de la mayoría absoluta, según difundió a principios de mes el CIS, el sondeo más amplio de los realizados.

CAMPAÑA ENCONADA Y DIVISIÓN INDEPENDENTISTA

La campaña, plagada de enfrentamientos, ha estado marcada por la intervención de la región por parte del Gobierno central y por los procesos judiciales contra los dirigentes secesionistas, investigados por sedición y rebelión por sus ansias independentistas en la rica región mediterránea.

Más de 5,5 millones de catalanes están llamados a las urnas en una jornada electoral inusual al celebrarse en día laborable -aunque no lectivo en la región para facilitar la votación en los 2.680 colegios habilitados en las cuatro provincias catalanas.

El cabeza de lista de ERC y favorito en la encuestas, el exvicepresidente Oriol Junqueras, ha pedido el voto desde la cárcel al negársele la libertad bajo fianza y no se sabe si se le permitirá salir si es elegido presidente de Cataluña.

A ese cargo también aspira el expresidente Carles Puigdemont, autoexiliado en Bélgica para esquivar a la Justicia y que afirma que acudiría a una sesión de investidura pese a que sería detenido de inmediato por la Justicia.

Al frente de Junts per Catalunya, Puigdemont -que al igual que el resto de consejeros investigados puede participar en política mientras no haya sentencia firme- defendió el martes al cierre de campaña su derecho a ser restituido en el cargo, algo que ha chocado con los deseos de ERC, su antiguo socio de coalición.

"Hay mucho en juego, si gana el país o gana Rajoy, si el president se elige desde Catalunya o desde Madrid, si vuelve el 130º president o gana el presidente del 155", dijo Puigdemont por videoconferencia en el mitin de cierre de campaña.

SI NO HAY GOBIERNO, SE REPETIRÍAN ELECCIONES

La posibilidad de que los secesionistas no consigan una mayoría absoluta ni siquiera con el apoyo de los anticapitalistas de la CUP ha dado pie a hablar de la posibilidad de un frente constitucionalista formado por Ciudadanos, Partido Popular y PSC, algo descartado en principio por los socialistas.

También se ha distanciado de Ciudadanos la formación que podría tener la clave de la gobernabilidad, Catalunya en Comú-Podem, partidaria de un difícil tripartito de izquierdas con ERC y PSC que abra la vía a la negociación con el Gobierno central.

Es previsible que el resultado electoral lleve a semanas de negociaciones que, de no dar fruto, abocarían a nuevos comicios en primavera y extenderían la incertidumbre sobre una crisis que ha dañado a la economía de todo el país y llevado al Gobierno a reducir el pronóstico de crecimiento para 2018.

"Una continuación de la crisis institucional podría pesar cada vez más en la economía catalana y dañar finalmente a la economía española y a las finanzas públicas", dijo DBRS.

Hasta que haya nuevo gobierno en Cataluña, Rajoy mantendrá la intervención y seguirá como presidente de facto de Cataluña, donde los sondeos prevén que su partido salga muy debilitado de la cita con las urnas el 21D.

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