El Papa Benedicto XVI llegará el jueves al Reino Unido esperando ganarse a uno de los países más laicos de Europa, pero un contratiempo diplomático de último minuto y la posibilidad de una baja asistencia amenazan el éxito de la visita.
El intento del Santo Padre de difundir su mensaje en momentos en que la Iglesia Católica se enfrenta a un escándalo global por los abusos sexuales a menores fue complicado aún más por los comentarios de un destacado asesor papal en la víspera de su llegada, donde comparó a Inglaterra con un país del Tercer Mundo.
El Vaticano trató de minimizar las declaraciones ofrecidas por el cardenal Walter Kasper a una revista alemana, donde también sugirió que Inglaterra alberga a ateos agresivos.
Kasper, quien recientemente se retiró como jefe de la Congregación para la Unidad Cristiana -el departamento del Vaticano que supervisa el diálogo con los anglicanos- tenía fijado acompañar al Sumo Pontífice, pero un portavoz vaticano dijo que no podría hacerlo por razones de salud.
El Papa Benedicto XVI también deberá recorrer un delicado camino durante su viaje de cuatro días a Inglaterra y Escocia respecto a las relaciones con la Iglesia de Inglaterra, después de su oferta en octubre pasado de facilitar la conversión de anglicanos descontentos por la ordenación de mujeres y obispos gay.
Los católicos locales, aunque reconocen que el Papa Benedicto XVI carece del carisma de su predecesor, el Papa Juan Pablo II, que atrajo a cientos de miles de personas durante su visita pastoral en 1982, mantienen una actitud positiva sobre el viaje.
"Creo que él tendrá una buena oportunidad de ganarse al Reino Unido" dijo a Reuters Jack Valero, coordinador del grupo pro Iglesia Catholic Voices.
El Santo Padre será recibido por la reina Isabel II, después de su llegada a la capital de Escocia, Edimburgo, y posteriormente presidirá una misa al aire libre en Glasgow por la tarde.
Pero miles de asientos no han sido vendidos y la policía local sugiere que el recinto donde se realizará la misa en Glasgow podría tener hasta un tercio de su espacio vacío.
Sólo una vigilia de oración en Hyde Park, en el centro de Londres, tendría una concurrencia cercana a la capacidad total, de 85.000 personas.
Miembros del grupo estadounidense Red de Supervivientes de Personas Abusadas por Curas (SNAP, por su sigla en inglés), dijeron que realizarán un manifestación contra la visita.
El Sumo Pontífice podría reunirse con algunas víctimas, aunque esto no ha sido confirmado.
