Grecia prometió el domingo tomar las decisiones más difíciles que se necesiten para evitar una suspensión de pagos, pero no anunció nuevas medidas de austeridad para asegurar fondos de rescate internacionales el próximo mes.
El primer ministro griego, Georgios Papandreu, canceló una visita a Estados Unidos para liderar el domingo una reunión del gabinete para decidir sobre más medidas de austeridad y garantizar la continuidad de la financiación en virtud de un rescate internacional.
Inspectores de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional sostendrán el lunes una conferencia telefónica con el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, a fin de escuchar las medidas que tomará Grecia para resolver el déficit de este año antes de liberar un tramo del préstamo de 8.000 millones de euros (11.000 millones de dólares) que necesita para octubre.
Venizelos dijo a periodistas tras la reunión del gabinete que Grecia necesita cumplir completamente con las metas de presupuesto de 2011 y 2012, frenar la generación de deuda y comenzar a producir superávits el próximo año, pero no delineó la forma de lograrlo.
"Si queremos evitar el impago, estabilizar la situación, mantenernos en la zona euro (…) debemos tomar grandes decisiones estratégicas", aseguró Venizelos.
El gabinete se reunirá nuevamente tras las conversaciones con los inspectores de la UE y el FMI para especificar la política, agregó. Aludió a nuevas medidas para recortar aún más el sector público al asegurar que Grecia se centraría en reducir el gasto estatal en vez de generar ingresos en 2012.
Papandreu canceló su visita a Estados Unidos para lidiar con la profundización de la crisis a nivel interno mientras los socios de la zona euro dejaron en claro que mayores fondos para la endeudada nación dependerían de adherirse a las metas fiscales acordadas.
Esta semana el Gobierno responsabilizó por el déficit a una recesión más profunda a lo esperado y decidió fijar un nuevo impuesto sobre las propiedades, con la esperanza de recaudar unos 2.000 millones de euros anuales.
Sin embargo, los inspectores internacionales conocidos como la troika, expresaron dudas de que esta medida fiscal por sí sola sea una solución y exigieron más detalles sobre la forma en que Atenas esperaba recuperarse este año y el siguiente.
"La troika piensa que el impuesto de propiedad que se ha anunciado recientemente no será suficiente para tapar el agujero presupuestario y está presionando para que se tomen medidas en el gasto: recortes de salarios del sector público y el empleo", dijo un segundo funcionario del Gobierno que pidió no ser identificado.
Los ministros de Finanzas de la UE dejaron en claro a Grecia el fin de semana que debe cumplir con sus objetivos para obtener nuevos fondos, pero no aportaron nada nuevo en el tratamiento de la crisis de deuda que sacude al euro.
La canciller alemana, Angela Merkel, bajó presión por su vacilante liderazgo en la crisis de deuda de la zona euro, sufrió una dura derrota en unas elecciones regionales en Berlín el domingo, debilitando su mano antes de una crucial votación de la zona euro en el Parlamento a finales de mes.
Mientras, la oposición conservadora Nueva Democracia ha criticado al Gobierno por sobrecargar la economía e impulsarla a la agitación.
Su líder, Antonis Samaras, pidió elecciones anticipadas el sábado, argumentando que la combinación de políticas era equivocada y no daba ningún resultado a pesar de los sacrificios de los ciudadanos.
"Una renegociación con nuestros acreedores para reactivar la economía es una condición para salir de esta crisis", dijo Samaras el domingo en conferencia de prensa.
Los prestamistas internacionales también están preocupados por la falta de consenso político en Grecia sobre las medidas necesarias para salir de la crisis.
