Cientos de miles de italianos se espera que salgan el viernes a las calles en una huelga general a nivel nacional para protestar contra el paquete de austeridad del Gobierno, que sostienen dañará a los trabajadores.
La huelga afectará todos los sectores, desde transporte hasta teatros y campos y fábricas. Incluso los entierros serán retrasados en los cementerios públicos ya que los manifestantes esperan enviar un fuerte mensaje de desaprobación al primer ministro, Silvio Berlusconi.
El mayor sindicato del país, el CGIL, convocó a la huelga para exigir al Gobierno que reescriba el presupuesto para redistribuir los cortes de manera más equitativa.
"Nos damos cuenta que Italia necesita cortar el déficit pero el presupuesto del Gobierno es injusto y depresivo", dijo Susanna Camusso, del CGIL, que tiene cerca de seis millones de miembros.
"Durante dos años, en lugar de poner un plan en acción, el Gobierno negó que incluso existía una crisis", agregó.
Las manifestaciones contra las medidas del Gobierno se mantendrán en casi todas las grandes ciudades italianas.
