GIGLIO, Italia (Reuters) – Los buzos italianos suspendieron la búsqueda de cadáveres en el crucero Costa Concordia después de que la embarcación se moviera ligeramente del lugar en el que está asentada cerca de la isla toscana de Giglio, dijeron el miércoles las autoridades, que esperan poder reanudar las tareas de rescate cuanto antes.
Cinco días después de que el crucero de 114.500 toneladas golpeara contra una roca y se hundiera parcialmente frente a la isla de Giglio, las esperanzas de encontrar a alguien con vida son nulas y los expertos en salvamento se preparan para bombear las 2.300 toneladas del combustible que hay en el casco.
El capitán, Francesco Schettino, al que se responsabiliza de haber causado el accidente al acercarse demasiado a la costa, y de haber abandonado la nave antes de que estuviera completa la evacuación, fue puesto bajo arresto domiciliario el martes tras ser interrogado por la juez.
La búsqueda continuó durante la noche en las partes del barco que no están sumergidas y hasta que se dio la orden de suspender las labores, los buceadores se estaban preparando para reanudar la difícil y peligrosa tarea de registrar las áreas sumergidas de la gigantesca embarcación.
"La visibilidad es horrible. Ayer, no podía verme la mano cuando la ponía delante de la cara", dijo Giuseppe Minciotti, director de una escuela de buceadores en cuevas de la ciudad norteña de Verona e integrante del equipo de especialistas desplegado en el casco.
"Agarré un trozo de algo que flotaba y no pude ver qué era hasta que saqué la cabeza del agua. Era un zapato de mujer", añadió.
"Estamos esperando hoy a que se hagan nuevas aberturas y veremos si la visibilidad mejora en algunos puntos", dijo.
El portavoz de la Guardia Costera, Cosimo Nicastro, dijo que los trabajos se centrarían en una zona de evacuación de la cuarta cubierta que está parcialmente sumergida, donde se han encontrado hasta ahora la mayoría de los once cadáveres hallados hasta ahora.
"Es donde hemos recuperado ya siete de los cadáveres y es donde los pasajeros y la tripulación se reunieron para abandonar el barco", dijo Nicastro.
Hay al menos 23 desaparecidos entre los 4.200 pasajeros y tripulación que iban a bordo del Concordia, un enorme centro vacacional flotante que acababa de empezar un crucero de una semana de duración por el Mediterráneo occidental.
> Para ver un gráfico en inglés sobre el crucero, pinchar en: link.reuters.com/zyp95s
PARIENTES
Mientras continúa la búsqueda, los familiares de algunos de los desaparecidos iban llegando a la zona, aunque no hay muchas esperanzas de encontrar a alguien con vida dadas las bajas temperaturas del agua.
"Pedimos que todas las unidades de rescate y las autoridades no pierdan tiempo y hagan todo lo posible para recuperar o encontrar, viva o muerta, a nuestra hija", dijo Sartonino Soria, que había llegado desde Perú tras conocer que su hija Erika, miembro de la tripulación, está entre los desaparecidos.
"Esa es la razón por la que estamos aquí y no nos marcharemos hasta que hayan encontrado a Erika", dijo.
Las autoridades italianas cifran en 28 los desaparecidos en una web del Ministerio del Interior, aunque dicen que probablemente ese número cifra incluya los cadáveres rescatados el martes que aún no han sido identificados.
En la lista figuraban 13 alemanes, cuatro franceses, cinco italianos y dos estadounidenses, junto con cuatro miembros de la tripulación de Italia, India, Hungría y Perú.
La compañía holandesa de servicios marítimos SMIT dijo que estaba preparándose para el bombeo del combustible del crucero, una vez concluyan las operaciones de búsqueda de desaparecidos y obtengan el visto bueno de las autoridades locales.
Sin embargo, no se sabe cuándo podrían comenzar los trabajos. Las autoridades temen que la previsión de vientos más fuertes en los próximos días pueda dificultar las tareas y suponga una amenaza para la estabilidad del barco, que descansa en un promontorio rocoso bajo el agua.
El Concordia está semisumergido sobre uno de sus lados con 20 metros bajo el agua pero podría desprenderse de las rocas sobre las que se asienta y caer a hasta 130 metros de profundidad.
La dramática grabación de la conversación en la que se reflejaba cómo un guardacostas ordenó a Schettino que volviera al barco para dirigir las labores de rescate han sorprendido a Italia y convertido en héroe al capitán de la guardia costera Gregorio De Falco.
"Gracias capitán", decía el Corriere della Sera en un editorial en portada que decía que las enérgicas y decisivas palabras de De Falco eran una llamada a un mayor sentido de la responsabilidad personal en Italia.
