MADRID (Reuters) – La Audiencia Provincial de Mallorca suspendió temporalmente el martes la imputación de la infanta Cristina en el caso de corrupción Nóos en el que está acusado su marido Iñaki Urdangarin, según el auto judicial.
El tribunal, por dos votos a uno, ha estimado en parte el recurso de apelación presentado hace un mes por la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del Estado, al que se sumó la defensa de la segunda hija de los Reyes de España, en contra de la decisión del juez instructor de citar como imputada a la infanta por ver indicios de connivencia en el presunto enriquecimiento ilícito de su esposo.
El auto de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca condiciona la futura imputación de Cristina de Borbón, de 47 años, a más pruebas y aclaraciones de la Agencia Tributaria sobre un posible delito fiscal y blanqueo de capitales.
"Si a partir de este momento no se produce el advenimiento de nuevos hechos o elementos de prueba que hagan reconsiderar las endebles imputaciones que han llevado a disponer la declaración de la Infanta en calidad de imputada, el juez (…) debería disponer respecto de ella el archivo de las actuaciones", dijo el auto, que ha contado con el voto discordante de uno de los tres magistrados de la sala.
El juez José Castro había citado a declarar a Cristina de Borbón el 27 de abril, pero tuvo que aplazar la comparecencia a la espera de la decisión de la Audiencia, cuyo fallo suspende temporalmente la que sería la primera imputación de un miembro de la Familia Real española en un caso de corrupción.
"Yo me alegro de que se haya levantado la imputación. Creo que eso es bueno, me parece que es bueno para todos, y en la medida que es bueno también para una institución tan importante como la Corona", dijo el portavoz del grupo parlamentario del PP, Alfonso Alonso, tras conocerse el fallo judicial.
Izquierda Unida, uno de los partidos políticos que defiende una mayor transparencia de la Corona, acusó al Gobierno de influir en la resolución.
"Si no fuese la hija del Rey de España, seguramente ni la Fiscalía General ni la Abogacía del Estado habrían actuado como han actuado", dijo el diputado de IU Ricardo Sixto.
"Al final nos encontramos con que el proceso ha sido tratado con suma celeridad. El Gobierno no ha sido inocente", añadió, lamentando la parcialidad del Ejecutivo en un momento en el que se está tramitando la Ley de Transparencia en la que se pretende incluir a la Casa Real.
DESVÍO DE MILLONES DE FONDOS PÚBLICOS
Iñaki Urdangarin, apartado de sus funciones en la Casa Real, está acusado de prevaricación, malversación, fraude, falsedad documental y un delito contra la Hacienda Pública durante su gestión del Instituto Nóos, una organización sin ánimo de lucro que presidió entre 2004 y 2006, y desde la que presuntamente se desviaron 5,8 millones de euros de fondos públicos.
La infanta Cristina, que era vocal en la junta directiva de Nóos, era la única de las cinco personas que formaban la dirección que permanecía ajena a la investigación.
La imputación de Cristina se produjo después de que el ex socio
de Urdangarin, Diego Torres, presentara unos correos electrónicos en los
que el duque de Palma pedía consejo a su esposa, aunque su marido
siempre la ha desvinculado de la gestión de Nóos afirmando que no
participaba en la toma de decisiones
.
El auto de la Audiencia Provincial pide ahora al también imputado Diego Torres que aporte aquellos correos que pretenda utilizar en su defensa y en perjuicio de otros imputados, y le advierte que pasado un plazo improrrogable no se le admitirá la entrega de nuevos correos, salvo causa cumplidamente justificada.
El duque de Palma ha tratado sin éxito que estos correos fueran invalidados.
Urdangarin y Torres, a los que el juez impuso una fianza conjunta de 8,2 millones de euros, están enemistados desde que se abrió la causa judicial contra ambos en 2011.
La implicación de la segunda hija de los Reyes en la investigación ha supuesto un serio revés para los esfuerzos de la Casa Real por recuperar la confianza de los ciudadanos en uno de los peores momentos de popularidad para la institución monárquica.
