MADRID (Reuters) – La independentista Candidatura d’Unitat Popular (CUP), que tiene la llave de la gobernabilidad en Cataluña, planteó el jueves una presidencia plural en la región tras la victoria del movimiento soberanista en las elecciones autonómicas del domingo pasado.
La número dos de la CUP dijo que tendrían "altura de miras" en la negociación con la plataforma secesionista ganadora de los comicios, Junts pel Sí, a la que en un principio había exigido que el presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas, no repitiera en el cargo.
"Se puede plantear un Gobierno que no tenga un componente tan presidencialista y que tenga, por ejemplo, un órgano más colegiado que pueda tener a dos, tres, cuatro personas que simbolicen esta transversalidad", dijo Anna Gabriel en una entrevista en Catalunya Ràdio.
La formación anticapitalista, que se negó en principio a que Mas fuera reelegido por los recortes de los últimos años y por las acusaciones de corrupción que salpican a Convergència Democràtica de Catalunya, dijo que está dispuesta a hablar del papel que puede tener el dirigente nacionalista.
"Nadie ha hablado de enterrar a nadie, no pedimos la muerte política de Mas", dijo Gabriel.
La política catalana se refirió a la necesidad de formar un gobierno "de excepción" en una región en la que 1,9 millones de los 4,1 millones de votantes se pronunciaron a favor de separarse de España.
"La gente no ha votado a un president, ha votado a un proyecto de país. No mandemos el mensaje de que el proceso (independentista) está en peligro por una persona", añadió.
Mas planteó estas elecciones en clave plebiscitaria sobre la independencia al cerrarle el Gobierno español las puertas para un referéndum legal vinculante tras el auge soberanista en la región en los últimos años.
Pese a que Junts pel Si fue la candidatura más votada el 27S en número de escaños, el 47,7 por ciento de apoyos obtenidos por los partidos independentistas refleja la división en la sociedad catalana respecto a la independencia.
Las negociaciones entre las CUP y JPS habrán de cerrarse en las próximas semanas, y se espera que el nuevo Parlamento catalán esté constituido en la última semana de octubre. De no haber acuerdo, Cataluña se vería abocada a unas nuevas elecciones.
