MADRID (Reuters) – El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, se mostró el miércoles abierto al diálogo con Cataluña tras la consulta ilegal soberanista realizada el domingo, pero dejó claro que solo lo hará dentro de la legalidad y animó al gobierno catalán a plantear una reforma constitucional.
"Nunca me he negado al diálogo (…) creo en el diálogo para resolver problemas políticos, es un deber irrenunciable", dijo, para añadir que "todo el diálogo en el que yo intervenga ha de enmarcarse en los límites que establece la Constitución".
En este sentido, animó al presidente Artur Mas a proponer al Parlamento una reforma de la constitución de 1978 sobre la que ya se ha mostrado partidario el principal partido de la oposición, el Partido Socialista, aunque adelantó que el gobernante PP votaría en contra de un texto que amenazase la unidad del país.
"Si lo que desea es modificar la Constitución para que quepa en ella (la consulta) … tiene todo el derecho, debería haber comenzado por ahí", dijo Rajoy para añadir que "nunca me he negado a una reforma de la Constitución", pero aclarar: "Me opondré a cualquier reforme constitucional que liquide la soberanía nacional y mi partido también".
Rajoy calificó de "simulacro" el ejercicio de consulta llevado a cabo el domingo en el que 1,8 millones de catalanes (alrededor de un 30 por ciento de los que podían opinar) se mostraron favorables a un proceso de independencia.
El mandatario español calificó de "fracaso" la consulta y apeló a la decisión de más dos tercios de los catalanes de no respaldar el proyecto.
"Ha sido un profundo fracaso del proyecto independentista, con todo el respeto hacia las personas que participaron", dijo Rajoy para añadir que el resultado de la consulta permite constatar "que en Cataluña hay muchos más catalanes que independentistas y que Cataluña es muy plural".
El líder catalán, que calificó de éxito la consulta del domingo, mandó una misiva a Rajoy ofreciéndole fijar las condiciones para un diálogo permanente que permitiese avanzar hacia una próxima consulta vinculante en Cataluña.
"No quisiera que nadie se llamase a engaño … (Mas quiere) imponerme la celebración de un referéndum de verdad (…) y ya adelanto que eso no puede ser (…) lo que era ilegal hace un año, sigue siéndolo hoy", insistió.
Mas dijo la víspera que la convocatoria de unas elecciones anticipadas de carácter plebiscitario, que defienden otros grupos catalanes entre ellos ERC, favoritos a una victoria electoral, sería solo un último recurso para conseguir el fin de decidir sobre un proceso de independencia.
"Esto es lo que se plantea, que si no se hace lo que dice el señor Mas, convocará elecciones… este es el diálogo al que se nos está invitando", dijo Rajoy para recomendar al gobierno catalán que se dedique a trabajar para salir de la crisis económica.
"Yo no soy competente para convocar las elecciones en Cataluña (…) ha habido elecciones en el 10, en el 12, puede haberlas en el 14 o principios del 16", dijo. "Si nos dedicamos a lo que tenemos que dedicarnos que es a superar la crisis económica, las posibilidades de entendimiento entre el gobierno de la Generalitat y el parlamento nacional van a ser mucho mayores que ahora".
LA SOMBRA DE LA QUERELLA CONTRA MAS
La fiscalía estudia querellarse contra el presidente catalán y tal vez otros miembros de su gobierno basada en su papel en el desarrollo de la consulta pese a la suspensión del Tribunal Constitucional.
Rajoy, preguntado en varias ocasiones a este respecto, insistió en que ni él ni el Gobierno han dado ningún tipo de instrucciones y destacó la independencia de los tribunales.
"La Fiscalía actúa con autonomía, yo no soy nadie para decirles lo que tiene que hacer y nadie es nadie para decir lo que no tiene que hacer".
La Fiscalía ya ha dicho que los tiempos de la justicia y los de la política no son los mismos y que estudiará a fondo los hechos antes de querellarse. La querella probablemente sería por prevaricación y desobediencia y podría afectar a otros miembros del Govern.
De prosperar, el proceso podría desembocar en una inhabilitación de Artur Mas que eventualmente impediría su participación en unas próximas elecciones.
