MADRID (Reuters) – El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, desdeñó el miércoles la petición de explicaciones de la oposición sobre la corrupción que ha salpicado a su partido, defendiendo las reformas frente a los reproches durante una incómoda comparecencia forzada por la oposición.
En una intervención de apenas media hora, Rajoy pasó de puntillas sobre el motivo que ha llevado a este pleno: su declaración como testigo ante la Audiencia Nacional el mes pasado en el juicio de una de las principales tramas de corrupción destapadas en el país en décadas.
En su lugar, el presidente del Gobierno reprochó a la oposición que forzara su comparecencia en lugar de trabajar en los problemas que afectan al país, entre los que citó el terrorismo yihadista, el reto soberanista en Cataluña o los problemas económicos de los ciudadanos.
"Tienen derecho a pedir mi comparecencia (…) pero ya he informado en 52 oportunidades y a la vista de los problemas que tenemos en España no se entiende la necesidad de celebrar (..) un debate" sobre asuntos de hace 20 años, dijo Rajoy.
Los hechos se remontan a los primeros años (1999-2005) de la trama Gürtel – una supuesta red de financiaciones, pagos y adjudicaciones ilícitas -, que derivaron en una investigación de las cuentas del PP, de las que Rajoy se desvinculó en su declaración judicial pese a que en aquel momento era vicesecretario general y director de campañas electorales.
"Sólo un incompetente podría no saber lo que estaba ocurriendo en su partido", dijo el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que calificó al presidente del "mayor responsable político de la corrupción en España".
El pleno extraordinario lo pidieron hace un mes los dos principales grupos de la oposición – PSOE y Unidos Podemos – y Esquerra Republicana de Catalunya y Grupo Mixto, y fue posible gracias al voto a favor del Partido Nacionalista Vasco.
"PRESIDENTE BAJO SOSPECHA"
Todos ellos demandaban a Rajoy, presidente del PP, que explicase "los motivos por los que se niega a asumir responsabilidades políticas por los casos de corrupción que se han puesto de manifiesto en el Partido Popular" y por la supuesta "financiación del partido a través de una caja B".
"Usted es un presidente bajo sospecha con sus silencios, con sus omisiones (..) ha demostrado connivencia y tolerancia con la corrupción de su partido", dijo la portavoz parlamentaria socialista, Margarita Robles, en el pleno.
"Dimita usted por dignidad, asuma su responsabilidad, porque eso le vendrá muy bien a España", añadió.
En un nuevo intento de mostrarse como una formación regeneracionista, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, cuyo partido sostiene a Rajoy, adelantó que su formación presentará una iniciativa para limitar los mandatos del presidente del Gobierno.
Rivera reprochó al resto de los partidos que hayan forzado este pleno, puesto que el presidente del Gobierno ya estará obligado a "decir la verdad" en una comisión parlamentaria encargada específicamente de indagar sobre la financiación del partido en el poder.
Ante un nuevo curso político en el que se volverá a poner de manifiesto su debilidad dentro de la cámara, el Gobierno y el PP confían en que los datos económicos les ayuden a recuperar el terreno electoral perdido entre una ciudadanía hastiada con los políticos.
Rajoy, presidente de un partido cuya gestión de los casos de corrupción contribuyó a que hoy gobierne en minoría, insistió en que estaba centrado en gobernar y retó al resto de fuerzas políticas a presentar una segunda moción de censura tras la planteada infructuosamente por Podemos antes del verano.
"Sus alianzas les permiten sumar votos, pero su suma de minorías no sirve para enmendarle la plana a la voluntad clara y nítida que los españoles han expresado en las últimas tres citas con las urnas", dijo Rajoy.
