Los candidatos presidenciales republicanos Rick Santorum y Mitt Romney se encontraban virtualmente empatados en la primera batalla del partido por la nominación disputada el martes en Iowa, lo que colocó al segundo como el aspirante más probable del partido para desafiar al presidente demócrata Barack Obama.
Con el 98 por ciento de los distritos escrutados, la carrera estaba demasiado reñida como para anticipar un resultado. Los dos candidatos estaban empatados en un 25 por ciento y Ron Paul, un congresista de Texas, parecía tener asegurado el tercer puesto con el 21 por ciento de los votos.
Iowa es más conocido por reducir el campo de candidatos que por elegir a un futuro presidente, y al menos un candidato, el gobernador de Texas, Rick Perry, indicó que su candidatura presidencial podría haber llegado a su fin.
"He decidido regresar a Texas, evaluar los resultados de los caucus de esta noche, determinar si hay un camino por delante para mí en esta carrera", dijo Perry después de un decepcionante quinto puesto.
Con enormes reservas de dinero y una sólida infraestructura de campaña, Romney, un ex gobernador de Massachusetts, saldrá de Iowa en una posición mucho más fuerte que sus rivales, incluso aunque se enfrenta a una continua desconfianza por parte de conservadores.
Romney, un favorito del ala empresarial del partido, tiene una ventaja dominante para la próxima contienda por la candidatura en Nueva Hampshire en una semana y tiene los recursos necesarios para competir en estados más grandes como Florida a finales de mes.
Santorum saltó desde el fondo del pelotón para surgir como el último conservador favorito en una carrera que ha estado marcada por la volatilidad. Tras hacer campaña en los 99 condados de Iowa, puso de relieve sus siete hijos educados en casa y su oposición al matrimonio gay, en un intento por llevarse al gran bloque de cristianos conservadores del estado .
"¡Hay partido!", dijo el ex senador de Pennsylvania a sus seguidores.
Santorum basó su campaña en un buen resultado en Iowa, pero con poco dinero en efectivo y una escueta operación de campaña, podría tener dificultades para competir en otros estados.
