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19/03/2024. 06:39:31

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Cabify, un nuevo quebradero de cabeza para el taxi

abogada de IT de ECIJA

A día de hoy, a nadie le es ajena la intensa disputa que ha existido (y sigue existiendo) entre el sector del Taxi y la empresa Uber. De hecho, en países como Francia o ciertos territorios de Alemania y México, Uber se ha visto obligado a echar el cierre por diferentes barreras legales, que han surgido como respuesta a las continuas quejas de los taxistas. Asimismo, en España pudimos ver cómo el juzgado de lo mercantil número dos de Madrid cerraba cautelarmente la actividad principal de la empresa en España a consecuencia de una demanda de la Asociación Madrileña del Taxi.

Dibujo de un taxi en un círculo

El éxito de estas batallas legales ha animado al sector del Taxi a dirigirse contra otros competidores, como ha sido el caso de Cabify, una empresa que ofrece un servicio de transporte de personas a través de conductores con licencia. De hecho, semanas atrás se presentó por parte de la Federación Profesional del Taxi una demanda ante el juzgado de lo mercantil número doce de Madrid y la pasada semana tuvo lugar la vista para decidir sobre un posible cierre cautelar de la aplicación. Sin embargo, ¿sufrirá Cabify la misma suerte que Uber en los tribunales?

Desde la empresa lo tienen claro: "Calidad, seguridad y comodidad". Así define, en tres palabras, el equipo que hay detrás del servicio de transporte de personas en vehículos de alta gama o, más simplificado, el servicio de Cabify Lite. Puede que se deba a la crisis o simplemente a lo cómoda y económica que puede resultar, a veces, la tecnología, pero lo que es cierto es que el uso de aplicaciones alternativas a los servicios de movilidad urbana ha aumentado notoriamente en la última década. Pues bien, parece que desde hace unos meses la palabra "Cabify" viene suponiendo un nuevo dolor de cabeza para el gremio de los taxistas, pudiendo parecer un servicio similar, pero no idéntico, al de Uber.

Cabify Lite es una aplicación nacida en 2011 que viene ofreciendo sus servicios tanto dentro del ámbito nacional (Madrid, Valencia, Barcelona, Vitoria, La Coruña, Málaga, Bilbao y Tenerife) como internacional (Chile, Perú y México) y que ha conseguido cerrar su último año con una facturación de más de diez millones de euros. El objeto de esta start up española es ofrecer un servicio alternativo para el transporte de pasajeros dentro de las ciudades. Esto ofrece ciertas diferencias con respecto al taxi, pues pese a tener licencia no están sometidos a la misma regulación, por lo que, por ejemplo, ofrecen tarifas fijas, haciendo que quede atrás el sistema del taxímetro, ya que los precios se pueden conocer antes de subir al vehículo.

De hecho, más de 300.000 personas utilizan la aplicación y, a pesar de que la mayor parte del sector del taxi está en contra, alegando como motivo principal una competencia desleal, lo cierto es que también podemos encontrar numerosos taxistas que han visto en la aplicación un buen negocio y son ellos mismos los que se han convertido en conductores de Cabify.

De todos modos, la polémica acaba de comenzar, ya que la Federación Profesional del Taxi quiere que se aplique a Cabify lo mismo que a Uber: su cese. En el caso de Uber, muchas administraciones, especialmente en el ámbito de los transportes, desde un primer momento se posicionaron a favor del sector del taxi, pero en el caso de Cabify no sucede lo mismo, ya que se trata de un servicio regulado conforme a la legislación correspondiente logrando así blindar su actividad. ¿Y cómo lo han logrado? Su éxito se basa en la obtención de licencias VTC (Vehículo de Turismo con Conductor), que las Comunidades Autónomas otorgan y permiten que algunos vehículos operen como si fueran taxis. Si bien la obtención de dichas licencias se encuentra muy restringida y limitada, Cabify ha conseguido obtener el número máximo posible de ellas en cada una de las Comunidades en las que operan.

En este sentido, es evidente que será mucho más difícil extraer argumentos legales para defender que el negocio de Cabify es ilegal, ya que en este caso los conductores cuentan con licencia, lo contrario de lo que sucedía en el caso de Uber. No obstante, desde el sector del Taxi defienden que los chóferes con licencia VTC, como los de Cabify, tienen su actividad muy limitada y que, en realidad, desde Cabify no se están respetando estas limitaciones, de manera que se compite con el taxi de manera desleal, argumentos que, como es lógico, la empresa no comparte.

En definitiva, Cabify es una muestra más de los retos que las nuevas tendencias basadas en la tecnología plantean a los operadores jurídicos. En este sentido, será de gran interés observar cómo resuelve finalmente el juzgado esta disputa, que sin duda aportará más claridad en lo que respecta a los límites de la legalidad en los que se mueven muchas de estas iniciativas innovadoras. En todo caso, no puede obviarse que los obstáculos legales que se presentan deberán ser superados para que estas plataformas lleguen a asentarse como una verdadera alternativa en el ámbito del consumo.

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