Descansar en vacaciones pasa por poder desconectar, y para ello, debes tener la sensación de que todo está controlado en tu trabajo y en tu despacho, ¿verdad?
De cara a este artículo, como técnico, me había planteado la siguiente cuestión ¿cómo podría ayudar yo a mis lectores para que se vayan de vacaciones más tranquilos? Y entonces, me he parado a pensar en lo que, desde el punto de vista tecnológico, preocupa a un abogado o a un profesional de tu sector. Tengo la certeza que identificar las preocupaciones, ayuda y mucho, a afrontarlas para después, resolverlas. Así que, vamos allá.
Oportunidades y desafíos
En tiempos de obligada digitalización, la tecnología se nos presenta como la nave nodriza que transporta oportunidades en términos de soluciones para las empresas. De hecho, están ahí, suspendidas en un universo digital esperando ser aprovechadas.
¿Qué impide a muchos profesionales y/o empresas utilizar la tecnología?
Su uso también es un desafío, y como tal, conlleva riesgos que despiertan inquietudes y suponen obstáculos para su implementación.
Seguramente, muchas de estas preocupaciones las conoces bien, pero hay otras que quizás no tengas tan bien identificadas y debas familiarizarte para superarlas.
1. La seguridad
El riesgo de sufrir un ciberataque es constante en nuestro día a día. En los despachos se maneja información confidencial de los clientes, datos sensibles que pueden ser muy vulnerables ante los hackeos.
En este primer punto, también hay que hablar del cumplimiento de la normativa vigente de privacidad y del uso adecuado de los datos personales.
2. La confidencialidad en las comunicaciones
En cualquier empresa es importante, en el sector de la abogacía es una norma el hecho de asegurar que las comunicaciones y los documentos digitales se mantengan preservados de terceras personas no autorizados.
En este sentido, hay que valorar las herramientas y plataformas de comunicación que se utilicen en el despacho, para garantizar la confidencialidad de la información que se comparta.
3. El cumplimiento de la legislación
“En casa de herrero cuchara de palo” no es aplicable a los despachos en este punto. A no ser que seas un abogado especializado en la materia, mantenerte al día con las normas y regulaciones que rigen el uso de las tecnologías, supone también una carga mental. Por eso, es bueno confiar la digitalización con profesionales que te aseguren su compromiso en lo que respecta también, al ámbito legal de las soluciones que te implemente.
En cuanto al almacenamiento y la transmisión de datos, es necesario establecer y conocer los protocolos de actuación para cumplir con los requisitos específicos.
4. La necesidad de adaptación
Acoger soluciones innovadoras siempre conlleva cambios. ¿Eres de los que temen aún a sabiendas de que supondrán una mejora?
Este desafío no debe convertirse en una preocupación añadida a la hora de apostar por la tecnología. Tan sólo es necesario concienciarse y planificar un periodo de formación y de adaptación acorde a las herramientas que se van a aprovechar. Con los objetivos de “ser más competitivos” y “optimizar recursos” (tiempo/ dinero), debes plantear la implementación de nuevas aplicaciones de forma progresiva, sin que ello suponga una interrupción severa en el flujo de trabajo.
5. La evolución en la naturaleza del trabajo
Me refiero a la automatización, el uso de inteligencia artificial y softwares avanzados que puedan alterar la naturaleza de algunas tareas propias de los bufetes. Esto es, la preocupación por tomar consciencia de la posible reducción de mano de obra en algunas áreas. El impacto que la automatización de gestiones y la digitalización de ciertos procesos legales puede ocasionar intranquilidad de cara a la falta de oportunidades laborales. Para combatirlo, hay que adaptarse.
6. La evidencia digital
Estamos viviendo una revolución en el ámbito legal. No podemos negar que mantener la autenticidad y la admisibilidad de pruebas digitales en los tribunales constituye ya un nuevo desafío. La solución para recopilar, preservar y presentar adecuadamente evidencia digital pasa por desarrollar nuevas habilidades.
7. La brecha digital
¿Te preocupa que no todos tus clientes gocen de las mismas facilidades para acceder a la justicia en un mundo digitalizado?
Es muy lícito que como profesional, te preocupes de que los servicios legales, independientemente de las competencias tecnológicas, sean iguales para todos. Otra cuestión muy en línea con este apartado: ¿qué opinas sobre los servicios legales online? ¿te merecen confianza las plataformas legales digitales? Para poder analizarlas, debes valorar no sólo la calidad de sus profesionales sino también, cuestiones técnicas de su infraestructura (en términos de seguridad y fortaleza).
8. La propiedad intelectual y los derechos digitales
El maremágnum documental que supone Internet es la causa de este desafío. Es decir, la constante preocupación de lo que se puede “coger” para uno otro uso nos persigue en el entorno digital. A diario nos llegan noticias sobre litigios y disputas relacionadas con la propiedad intelectual. En este punto no tendré más nada que añadir, sino saber qué estará bien contar con un abogado especializado en esta materia.
Si bien estas preocupaciones en cuestiones tecnológicas reflejan la necesidad de adaptación personalizada, me gustaría incidir en que no todo es aprender a usar herramientas, que se consigue con un buen socio tecnológico, sino también a dar pasos seguros, bien guiados y siempre, dentro del marco legal vigente.
