Él es un publicitario de 26 años que vive en Shanghái, China. Ella también tiene 26 y estudia diseño gráfico en Niza, Francia. Ambos son brasileños. Esta pareja, aún estando tan lejos uno del otro, decidió casarse, y nada más fácil que hacerlo por internet. Eso sí, con la supervisión de un juez.
Según informa Folha On Line, el juzgado de Sao Paulo —donde tuvo lugar la original boda virtual— necesitó para hacer efectivo el enlace matrimonial tres ordenadores conectados al programa Skype, que permite realizar videoconferencias de manera gratuita.
La boda sólo se pudo llevar a cabo gracias a la intervención de los procuradores. El juez podía ver en un ordenador al novio, en otro a la novia y en el tercero a los padres del novio que se encontraban en Barcelona. Lo únicos que estaban presentes de forma real y no virtual en el Juzgado fueron los padres de la novia.
Cabe señalar, que cuando se trata de un matrimonio por poderes, como en este caso, el único "sí" que vale para que la unión sea considerada legal es el que dan los procuradores que, con permiso de los novios, ejercen de ellos y firman los papeles.
Para darle un toque de emoción al enlace, el juez hizo la consabida pregunta a los novios, que se dijeron “Sí quiero” de ordenador a ordenador.