Dentro de las nuevas tendencias en el management de los grandes despachos españoles, despunta el back office por el que ha optado Cuatrecasas, Gonçalves Pereira. Jorge Badía, director general de la firma legal desde marzo de este año, describe en esta entrevista cómo el despacho ibérico ha asumido las nuevas necesidades de sus clientes y de su plantilla, con la responsabilidad social como brújula. Gestión interna del talento profesional, apuesta por la tecnología, proyectos trasversales, desdoblamiento de las funciones directivas con confluencia de objetivos, carreras profesionales diferenciadas, y política de conciliación son los puntos por los que se apuesta ya en el perfil corporativo; evolucionando desde el tradicional letrado, hacia una figura que desarrolle capacidad para moverse en un mercado internacional y multicultural.
La nueva figura de director general creada dentro del proceso de institucionalización y renovación de los órganos de gobierno de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira y que usted ha asumido, ¿qué tipo de funciones tiene atribuidas?
Mi nueva posición es la respuesta natural a las necesidades derivadas de la propia evolución del despacho. Nuestra firma ha crecido mucho, se ha internacionalizado y nuestra actividad se ha sofisticado al tiempo que lo han hecho nuestros clientes. En este contexto, el director general tiene la responsabilidad de apoyar al presidente en todo lo que supone dirigir un despacho como el nuestro. Comparte funciones de representación, coordina las distintas oficinas, impulsa proyectos transversales relacionados con innovación, mejora de la eficiencia, políticas de género, etc. Además compagino estas funciones con el ejercicio de la abogacía en la práctica de Contencioso.
La firma se ha unido a las actuales tendencias en gobierno corporativo, que confluyen en una mayor eficiencia en la gestión. ¿Podría decirnos qué tendencias piensa incorporar?
Las actuales tendencias de gobierno corporativo han puesto de relieve nuevos intereses a tener en cuenta en nuestra actividad a los que quiero atender, sin descuidar la prestación de un servicio jurídico excelente. Nuestros clientes, nuestros profesionales y la sociedad en general nos demandan que seamos cada vez más responsables con nuestro entorno. En respuesta a esta demanda, el año pasado firmamos dos acuerdos con el Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad para potenciar la representación de mujeres en los puestos de responsabilidad del despacho e impulsar su liderazgo. Nos hemos comprometido a que las mujeres representen el 25% en el Consejo de Administración en 2020 y el 33% en 2024. Además, hace tiempo que pusimos en marcha un Plan de Igualdad y un Plan de Mujer y Talento. Además, hemos reforzado nuestro código ético y asumido un compromiso muy serio en materia de prevención del blanqueo de capitales, pues somos conscientes de que respondemos ante todos los ciudadanos de nuestro buen desempeño en esta materia. También estamos comprometidos en la lucha contra la corrupción y hemos fortalecido las estructuras y procedimientos internos en esta materia. Tengo el convencimiento de que todas estas iniciativas nos ayudarán a prestar un servicio más eficiente a nuestros clientes, que quieren el mejor servicio jurídico, pero también que su despacho jurídico de referencia ejerza su labor con plena asunción de su responsabilidad social. Nuestros colaboradores también nos lo exigen.
¿Por qué un despacho se plantea el desdoblamiento de las funciones directivas?
El desdoblamiento que menciona no es nuevo en Cuatrecasas, Gonçalves Pereira. Durante años mantuvimos un presidente y un consejero delegado con excelentes resultados. Con el nombramiento del director general en marzo de este año recuperamos el esquema que adoptamos hace años cuando iniciamos el proceso de institucionalización del despacho. Creemos que es un buen modelo. La CNMV promovió en su momento que las sociedades cotizadas separasen los cargos de presidente y primer ejecutivo con el fin de evitar la acumulación excesiva de poder en una misma persona y dividir responsabilidades. Nosotros, a pesar de no ser una empresa cotizada, sino funcionar bajo una estructura de partnership, creemos que el desdoblamiento de las funciones es positivo a la hora de gestionar el despacho.
En esta dualidad de figuras (presidencia ejecutiva-dirección general), ¿quién asume el impulso comercial de la firma?
Tanto el presidente como el director general apoyan las acciones comerciales, cuya iniciativa atañe de forma directa a todos los socios de la firma, en todos los territorios en los que operamos y en todas las áreas de práctica que atendemos.
Esta sofisticación en la gestión interna de los despachos, ¿cómo la nota el potencial cliente?
El perfil de socio y abogado de una firma de servicios jurídicos ha evolucionado desde el tradicional letrado, hacia una figura que, además de altos conocimientos jurídicos, tenga competencias en finanzas, economía, en management -en particular capacidad para dirigir equipos multinacionales- y que tenga capacidad para desarrollarse en un mercado internacional y multicultural. Al final, el nuestro rol fundamental como gestores es conseguir poner a disposición de nuestros clientes este perfil de abogado. Para ello debemos generar condiciones de todo tipo para atraer a esos profesionales.
De esa función primigenia se deriva otra igualmente importante: conseguir que estos abogados se apoyen entre sí, colaboren, compartan conocimiento y unos mismos valores. Sólo así el cliente obtendrá los beneficios de trabajar con un despacho pluridisciplinar y multijurisdicción. Un despacho como el nuestro va mucho más allá que la suma de sus profesionales.
Finalmente, debemos motivar y dar instrumentos a nuestros abogados para que innoven tanto en lo jurídico como en los aspectos de gestión del caso o del asunto. Nuestros clientes aspiran legítimamente a que seamos cada día más eficientes.
Todo lo anterior exige, además, alinear y gestionar equipos de apoyo muy potentes en materia recursos humanos, de tecnología de la información, de comunicación; de tal forma que es obligado dedicar muchos esfuerzos a la gestión, pues tiene un impacto directo sobre el servicio a nuestros clientes.
¿Cómo ha cambiado su manera de ver la firma en la que lleva tanto tiempo desarrollándose?
Mi percepción ha cambiado mucho, porque la firma también lo ha hecho. En el año 1989 me incorporé a la oficina de Barcelona. En ese momento en el despacho había 121 abogados. Hoy somos casi 1.000 y tenemos oficinas en nueve países. Tenemos una posición emblemática en Madrid y Barcelona y estamos en los principales centros financieros del mundo, como Nueva York, Bruselas, Londres o París. Más allá de las cifras, nuestra firma se ha convertido en un ejemplo de modernidad y somos pioneros en aspectos como la tecnología y la comunicación. La innovación es parte de nuestro ADN y cuando hablo de innovar no me refiero sólo a hacerlo en el terreno tecnológico, sino en el jurídico y en nuestra forma de trabajar, de hacer, de relacionarnos con el cliente. Esa es una demanda que no teníamos entonces pero que tenemos hoy y a la que tratamos de responder.
Antes mencioné nuestras políticas de género y de atracción de talento. Todo esto era impensable cuando empecé en el despacho y supuso introducir cambios de gran calado en la mentalidad de las personas que formamos parte del despacho. Hoy veo la firma mucho más grande que cuando la conocí en sus orígenes -no sólo en tamaño-, y me siento muy orgulloso de ello.
¿Qué perfil profesional y humano tienen sus colaboradores más directos?
El éxito de la dirección en cualquier organización radica, en gran medida, en conseguir rodearte de un equipo de excelentes profesionales y ser capaz de escucharles y motivarles para obtener lo mejor de cada uno de ellos. En mi caso particular tengo claro que lo fundamental es ser colaborador directo de todos mis socios, que son profesionales extraordinarios. Su diversidad aporta matices muy valiosos a la gestión y supone una gran fortaleza.
También me interesa mucho escuchar a nuestros jóvenes abogados, el 80% de las personas que se incorporan a la firma inician su carrera profesional con nosotros y ambicionamos que tengan una larga carrera. Son savia nueva extraordinariamente enriquecedora. Estoy muy atento a sus ideas y procuro dar respuesta sus motivaciones. Me veo regularmente con los jóvenes asociados en un programa de encuentros con la dirección y siempre tengo mi bloc de notas a mano.
¿Qué papel tiene la tecnología en su responsabilidad de director general?
Sin duda tiene un papel decisivo. Hoy la tecnología es fundamental para la labor de cualquier profesional. Somos conscientes de ello y tratamos de aprovechar al máximo las oportunidades que nos brinda para mejorar el servicio que ofrecemos a nuestros clientes. La tecnología nos permite reducir costes, simplificar procesos, ser más eficientes y facilitar la comunicación. Recientemente han entrado en nuestro mercado empresas muy diferentes a los tradicionales despachos, me refiero a proveedores de servicios legales con foco en la tecnología. En este contexto, los bufetes que no se transformen e innoven se quedarán atrás. Estoy convencido de que el futuro pasa por gestionar en red el conocimiento, extraer el valor de la información y ponerlo a disposición del despacho y de sus clientes. Todo esto deben hacerlo personas. Ellos siguen siendo nuestro gran valor. No podemos caer en el error de pensar que la tecnología puede sustituir a profesionales excelentes.
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