El alcalde de la capital de España presentó contra un periodista una
querella después de que éste dijera en su emisora de radio, que al
primero le daban «igual» los 200 muertos y los 1.500 heridos en los
atentados del 11-M «con tal de llegar al poder».
En la presente resolución el Juzgado sostiene que el locutor utilizó
«expresiones insultantes e innecesarias para el recto ejercicio de la
libertad de prensa».
Las expresiones proferidas por el locutor -prosigue la sentencia – son
tan «insultantes o hirientes» que se pone al descubierto que con ellas
pretendía «vejar la imagen y dignidad del querellante en forma
innecesaria y gratuita, y desacreditarle públicamente». El fallo
considera al locutor autor de un delito continuado de injurias graves
con publicidad.
Sentencia