A pesar de reconocer que las medidas de discriminación positiva, como la imposición de cuotas para alcanzar los puestos de sociatura, conllevan efectos negativos, varias mujeres que han alcanzado dichos puestos en grandes firmas legales coinciden a la hora de afirmar que han contribuido a avanzar en la igualdad. Eso sí, siempre que entre en juego la meritocracia.
Esta es una de las principales conclusiones a la que se llegó ayer en la webinar ‘Mujeres por Derecho’: ¿Por qué el 80 % de los socios de los despachos son hombres?, organizada porThomson Reuters. Durante el encuentro, María González Gordon, socia del Departamento de Propiedad Intelectual, Industrial y Negocio Digital en CMS, Clara Sánchez Solís, responsable Legal de ESKARIAM, Rosa Vidal Monferrer, socia directora y directora del área de Derecho Público BROSETA y Clementina Barreda Díez de Baldeón, socia directora en Mazars Tax & Legal debatieron sobre el papel de las mujeres en los bufetes.
Este encuentro se enmarca en la campaña de Thomson Reuters Mujeres por Derecho, que durante estas fechas está dedicándose a las abogadas de los despachos. Por medio de artículos de opinión y entrevistas, vienen aportado su visión sobre las brechas que aún perduran, y también sobre los logros que en los últimos años se han obtenido en materia de igualdad en el seno de las firmas jurídicas.
Bajo la moderación de Gina Echeverry Gualdron, consultora de Legaltech Thomson Reuters, María González Gordon, socia del Departamento de Propiedad Intelectual, Industrial y Negocio Digital en CMS reconoció que desde ya años atrás era partidaria de las cuotas “porque pensaba que, o las ponen, o no llegaré nunca a ser socia. La discriminación positiva de las cuotas tiene validez en determinadas situaciones”.
Añadió no obstante que hay muchos factores que afectan a la sociatura y no todos son de género. “Hay factores externos que no dependen de ti, como la estructura del despacho o la facturación de un departamento frente a otros. Pero también hay factores propios, como la calidad técnica y profesional de cada persona”. Apuntó además que en la actualidad hay otro modelo social de liderazgo en el que “los clientes hacen selección de una firma en función de criterios como el número de abogadas que integran el despacho”. Afirmó por último que “haría obligatorio el mentoring, ya que creo que gracias a él he llegado a ser socia. CMS creyó en mí y en mi potencial y me escogieron como socia”.
Por su parte, Clara Sánchez Solís, responsable Legal de ESKARIAM, señaló que “los datos de baja presencia femenina en los órganos de dirección de los despachos están ahí y es algo que no ocurre solo en España”, por lo que “es evidente que hay un techo de cristal que nos impide acceder a la condición de socio con independencia de nuestra capacidad, dificultad que se acrecienta aún más en la figura de socio director”.
En referencia a las cuotas considera que “parece que son efectivas como medidas a corto plazo, pero pueden traer el riesgo de que sugiere que las mujeres no pueden conseguir un puesto por méritos propios y que se considere que está ahí por ser una mujer-cuota. Por eso no es una medida que comparta plenamente”. Afirma no obstante que “en los despachos que promocionan a los hombres en igualdad de méritos hay que adoptar medidas que eviten estas situaciones”. De entre las posibles medidas citó “los planes de igualdad y las guías de buenas prácticas para buscar el talento con independencia del género”. Considera por último que hay que analizar “qué parte del 80/20 -proporción de hombre y mujeres en la sociatura de las firmas- está motivado por el techo de cristal y qué parte viene de una decisión personal”.
A juicio de Rosa Vidal Monferrer, socia directora y directora del área de Derecho Público BROSETA, “las cuotas no son la solución, pero sí han servido para avanzar en la igualdad, pero siempre partiendo de la meritocracia”. Recordó que ser socio “conlleva responsabilidad, humildad y además tiempo, de unos diez a doce años, tanto para hombres como para mujeres”.
En cuanto a los factores personales aseguró que “nunca me he encontrado con un ofrecimiento a un hombre de ser socio y que diga que no, pero sí me ha ocurrido con mujeres. Di que sí, aunque esto va de dejarse la piel, pero si te hace falta algo, levanta la mano y pide. Si te lo están ofreciendo es que te lo mereces”, aconsejó a las mujeres que estén en situación de acceder a la sociatura.
Sostuvo además que en Broseta “fuimos el primer despacho de España en tener un Plan de igualdad. Los resultados eran los generales y nos fuimos comprometiendo a mejorar los KPIS con distintas medidas, como el empoderamiento. Además, los clientes también te lo piden. Como esto no nos lo creamos de verdad, vamos a perder el 51 % del talento”.
Por último, Clementina Barreda Díez de Baldeón, socia directora en Mazars Tax & Legal, señaló que las medidas como las cuotas “no son perfectas, pero tampoco lo son las que nos ha llevado a esta situación del 80/20”. “No es un reto fácil, pero hay un retorno enorme en avanzar en la igualdad”.
En su opinión, “el techo de cristal que sufrimos obedece a circunstancias muy diversas. Hay frenos exteriores e interiores”. En cuanto a los primeros, en los criterios de selección de puestos elevados los líderes tienden a buscar de forma inconsciente a su mano derecha entre sus semejantes”. En cuanto a los segundos, “nosotras mismas nos ponemos también nuestros límites, que al final nos lastran y tendemos a no reivindicar tan claramente lo que queremos y además sufrimos, como también expuso Rosa Vidal, el síndrome del impostor”, por el que las personas exitosas son incapaces de asimilar sus logros.
Si bien afirmó que “nunca me he sentido discriminada en mi carrera profesional ni he sentido comportamientos machistas, pero si lo miras con perspectiva ves que hay comentarios y actitudes que no son aceptables”.
