¿Gran Canaria o un episodio de La ley de Los Angeles? Los despachos estadounidenses parecen haber cambiado el sol de Santa Monica Beach por el de Playa del Inglés. Y es que han visto el filón que puede suponer en forma de cuantiosas indemnizaciones el accidente del avión de Spanair en Barajas y ninguno quiere quedarse fuera.
"Las compensaciones pueden ser cinco o seis veces mayores si el caso se lleva en Estados Unidos que si la jurisdicción recae en España", afirmó ayer Fernando Scornik Gerstein, fundador del despacho que lleva su nombre y que representará en España a Podhurst Orseck, bufete americano que ha intervenido en 88 casos de accidentes aéreos y a través del que dos familias afectadas demandarán a Boeing, constructor de la aeronave MD-82 siniestrada, y a Pratt & Whitney, fabricante de algunas piezas del avión.
"A la familia no le cuesta nada. Los costes del proceso son asumidos por el despacho, que luego obtiene un 30% de la indemnización que se obtenga, además de un 2% como máximo de los gastos con los que ha corrido por anticipado", explicó Scornik, quien añadió que hasta seis despachos norteamericanos, "y hasta alguno sueco", se habían puesto en contacto con ellos para ser su punto de referencia en España. Aclaró que, aunque su sede está en Madrid, cuenta con oficinas en Las Palmas y Playa del Inglés, así como en Los Cristianos (Tenerife) y Arrecife (Lanzarote). "Somos muy conocidos en las islas y la gente se nos ha acercado", precisó. El vuelo de Spanair siniestrado el pasado 20 de agosto fallecieron 154 personas cubría la ruta Madrid-Gran Canaria.
Podhurst Orseck, prestigioso bufete de Miami, se suma a una lista que acoge despachos con reputaciones más dudosas. Abrió la veda el de Manuel von Ribbeck, una casi desconocida firma de Chicago, y a ésta le siguieron Matthews & Associates y Gallagher Law Firm. Todos han convocado su correspondiente rueda de prensa -ya sea en Canarias o en Madrid- para darse a conocer y han anticipado una especie de barra libre a la hora de pedir indemnizaciones. Scornik ayer quiso ser más cauto: "Un juicio es un juicio. Siempre hay un abogado en el otro lado. Y Boeing utilizará todo tipo de defensas", puntualizó.
Y es que por Canarias pasea en estos días la mejor versión, la versión siglo XXI, de los denominados ambulance chasers (literalmente "los que van detrás de la ambulancia", para reclamar las posibles indemnizaciones tras un accidente), una figura hoy muy controlada por la legislación estadounidense pero no por la española. Sin ir más lejos, Scornik avanzó que su despacho contactará próximamente con las familias que cuenten con fallecidos o heridos en el accidente para ofrecerles la representación del bufete norteamericano "por si desean entablar acciones legales en EEUU", una práctica que en ese país podría chocar con los estándares de conducta ética que establece la American Bar Association respecto de la aproximación de un letrado a un posible cliente.
Pulso a las aseguradoras
"Un juicio en España puede durar siete u ocho años. En Estados Unidos uno o a lo sumo dos -explicó Steven C. Marks, socio de Podhurst Orseck. Y las familias muchas veces no pueden esperar ya que tienen una situación económica grave por la pérdida de ingresos. Aunque en España e Italia se suele ser más generoso en materia de compensaciones, ni de lejos se acercan a las de Estados Unidos. Lo esencial es cómo se negocie con las aseguradoras para obtenerlas lo más rápido posible. Son casos muy costosos -por lo que supone de testigos, pruebas técnicas, etc.- y es imprescindible que los abogados conozcan a las compañías de seguros y que éstas a su vez sepan que el despacho tiene recursos para llegar hasta el final".
Es más, Marks adelantó que las compañías aseguradoras se van a lanzar sobre los familiares de las víctimas para buscar acuerdos particulares, jugando con la necesidad de dinero de los afectados. "Aproximadamente un 25% suele aceptar en estos casos", aseveró. Scornik remachó que "la tendencia de las aseguradoras es intentar llegar a un acuerdo y evitar que un jurado popular se pronuncie, ya que éste no tiene límite al fijar las indemnizaciones". En el caso de Spanair, la compañía mantenía una póliza con Mapfre reasegurada en el mercado de seguros por Lloyds, en Londres.
Marks avanzó que su demanda en Estados Unidos tiene muchas posibilidades de ser admitida a trámite al estar implicadas dos compañías domiciliadas en el país. "Una vez que un asunto es aceptado por la jurisdicción americana, todos los demás vienen detrás", aseguró. La demanda no incluirá inicialmente a Spanair, que sólo podría ser implicada en el proceso judicial a requerimiento de las empresas demandadas y sus aseguradoras, "lo que nos beneficiaría", dijo Marks. Asimismo, pidió cautela a la hora de iniciar las acciones legales. "Primero hay que recopilar la información de las familias y luego veremos", apuntó, considerando "un grave error y una mera acción de marketing" por parte de los despachos haber presentado ya demandas.
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