Fotografía Leticia Hueda
Hablamos con Javier Leyva, Rafael Sánchez y Abraham Nájera sobre Lesayra, su nuevo proyecto. Después de pasar los últimos 13, 16 y 22 años, respectivamente, en CMS España, han decidido dar forma a un despacho muy especial, en el que los acompañan Inés Caruana, Natalia Terol, Ana González y Concepción Padilla, procedentes de la misma firma.
La primera pregunta es obligada: ¿por qué habéis tomado la decisión en este momento de crear un despacho como Lesayra?
“Buscamos llenar un hueco, aunando nuestra experiencia en operaciones con la agilidad, la eficiencia y la cercanía de una estructura adaptada a estos tiempos y, afortunadamente, continuamos trabajando en el mismo tipo de operaciones y nuestros clientes siguen confiando en nosotros”, explica Leyva.
“Además, desde el punto de vista profesional, una estructura como Lesayra potencia nuestro crecimiento y el de nuestros equipos”, añade Nájera.
¿Qué van a encontrar los clientes, las empresas que decidan trabajar con vosotros? ¿En qué es distinto Lesayra de otras firmas?
“Lesayra es un despacho especial en muchos aspectos. En nuestro tamaño, no conozco otros semejantes en los que todos los fundadores fueran anteriormente socios de un despacho internacional, con esta experiencia acumulada. Y tampoco hay ninguno con esta combinación de prácticas —M&A y financiaciones—, tan apropiada para este momento de mercado. De hecho, nuestro equipo de bancario y financiero, con una amplísima experiencia en refinanciaciones, es mayor que los de muchos despachos multidisciplinares”, explica Sánchez.
¿Y hay algo que puedan echar de menos?
“Yo creo que no. Tenemos plena capacidad internacional, que es importante para muchos de nuestros clientes, a los que seguimos acompañando en operaciones en Reino Unido, Luxemburgo, China, Estados Unidos o en cualquier otra parte del mundo”, afirma Leyva.
“Los clientes están encontrando a través de nosotros todo lo que necesitan. Y, además, con la libertad y la flexibilidad de poder montar, para cada ocasión, el equipo de abogados más adecuado a las necesidades del cliente, sin las limitaciones que tienen otras estructuras, ya sea uniendo fuerzas con otras boutiques especializadas de nuestro perfil, con departamentos de grandes firmas nacionales o internacionales o incluso con antiguos compañeros”, explica Nájera.
¿Y el nombre? ¿Qué significa Lesayra?
“Muchos dan por hecho que, como suele ser habitual en el sector, es una combinación de nuestros nombres y/o apellidos, pero no es así. Está íntimamente relacionado con nuestro propósito corporativo y, como dijo un cliente al conocer el story telling (que preferimos reservarlo para contarlo personalmente), es «profundamente pertinente». Además, tiene un mensaje optimista y positivo que, en estos tiempos, es más necesario que nunca”, explica Sánchez.
“Y tanto el nombre como nuestro claim tienen que ver con el hecho de que más de la mitad de nosotros tocamos música…”, apostilla Nájera.
