Desde hace algunos años, las distintas generaciones de licenciados en Derecho han visto cómo su carga curricular ha ido evolucionando a medida que el tiempo ha ido pasando, hasta llegar a situaciones como, por ejemplo, la necesidad de cursar un máster para acceder a su colegiación, y por tanto trabajar como abogados. Énfasis puesto siempre en el conocimiento técnico de estos profesionales, pero nunca planteado desde las competencias y habilidades que éstos deben desarrollar.
No cabe duda de que el conocimiento sobre el Derecho en sus distintas formas, es vital para un buen ejercicio de esta disciplina, puesto que el asesoramiento legal en sus distintas ramas es imposible sin partir de la base que uno sabe qué es un contrato, qué obligaciones fiscales conlleva la venta de un inmueble, o qué pasos son necesarios para gestionar un permiso de residencia, entre otras muchas realidades.
Pero no sólo es necesario conocimiento en el sentido puramente técnico, es decir, lo aprendido al cursar un grado en Derecho o Criminología, sino también un conjunto de competencias que se despliegan en el ejercicio de esta profesión. Se espera, además que nuestros futuros letrados sean grandes abogados, que alcancen mucho más en el ejercicio de su profesión. Que se diferencien por su escucha al cliente, por su proactividad en un caso, por su disposición ante la autoridad policial, o por su eficacia en la redacción de escritos.
Conscientes de esta situación, la Universidad Francisco de Vitoria a través del departamento de Habilidades y Competencias de la Persona (HCP), trabaja con los futuros abogados no sólo en su capacitación técnica, sino también en su formación en habilidades y competencias, que va a ser lo que les diferencie del resto de abogados.
Álvaro Pérez Araujo, profesor de HCP en el grado de derecho de la UFV entiende que:" Es importante concebir al abogado como una persona, no sólo como un profesional que sabe de leyes. Porque es precisamente esto, lo que le permitirá ejercer bien su profesión."
Así es importante trabajar con el alumno su capacidad para comunicarse, para trabajar en grupo, para liderar un equipo o para hacer un buen discurso. Que, desde su realidad de persona, cuando se enfrenta a un caso de un cliente, viene con una historia, unas cualidades, una forma de ser que debe poner en juego para que su trabajo sea no sólo la reproducción estática de un conjunto de leyes, sino que sea un asesoramiento en todo su conjunto.
Tasio Pérez, profesor de HCP en el grado de criminología que imparte la universidad afirma: "Es importante poner el énfasis en la necesidad de trabajar con nuestros alumnos en la profesionalidad y el amor al trabajo, ya que, en la instrucción de un caso, se trata de colaborar en el conocimiento de una verdad que afecta a personas de manera radical".
Es por ello que todos los licenciados en derecho de la Universidad Francisco de Vitoria cursan esta asignatura, con el objetivo de que su valor diferencial no esté sólo en lo que saben, sino en cómo son, en cómo se enfrentan a su profesión. Es vital, por tanto, formarles y ayudar a estos estudiantes a desplegar todas su cualidades y habilidades que tienen por ser personas, que es ahí donde verdaderamente está la diferencia.
