La Gestión del Despacho ha tomado un importante papel en el Congreso. La cartera de clientes de los socios seniors y dónde va a parar tras la jubilación de éstos, tema de debate.
El Congreso que la International Bar Association está celebrando desde el pasado domingo y hasta el próximo viernes en el Palacio de Congresos de Madrid, se está convirtiendo en un gran foro donde los grandes temas saltan a la palestra para ser ampliamente analizados, por grandes y pequeños. Las sucesivas intervenciones de la inauguración, además, pusieron de manifiesto en qué medida la profesión es clave en el momento económico y de globalización –de lo bueno y de lo malo- que estamos viviendo.
España se ha convertido en esta temporada en sede de reunión y debate de la Abogacía.
Estos días, es la Internacional Bar Association la que, con su presencia en Madrid, está renovando viejos temas, planteando nuevos, y, en todo caso, haciendo plantearse a los asistentes muchos aspectos importantes para el desarrollo diario de la profesión en sus ciudades de origen.
De las intervenciones, preguntas y conversaciones se puede concluir ya, con dos días de celebración, que la Gestión del Despacho ocupa, y preocupa.
En los varios asuntos tratados desde el lunes, destacó la política de los bufetes sobre el papel de los abogados seniors, un tema tratado en el panel de Gestión de Despachos de abogados, y en el que quedó de manifiesto que pocas firmas tienen planes claros ante la retirada de sus socios de más edad.
Según señaló al respecto Norman Clark, del despacho Walter Clark de Florida, y tal y como refleja una encuesta planteada en varios despachos internacionales, llega un momento cronológico en que los socios más veteranos, teniendo en cuenta su veteranía, por un lado, su régimen laboral, por el otro; y su a veces difícil adaptación a los sucesivos cambios normativos, crean dificultades humanas y laborales. Ello se complica, además, con la gestión de la cartera de clientes que ha aportado al despacho; cartera que, en ocasiones, cuesta que se quede en el bufete tras la jubilación del abogado.
La conclusión principal a la que se llegó en esta sesión de trabajo fue que es necesario establecer una mentalidad en la que se tenga claro que el socio senior es una gran fuente de conocimientos y experiencia que se puede canalizar en favor del despacho.
En el debate generado, se plantearon las dificultades y beneficios, sobre todo respecto a los seniors, de la delegación. Delegar a veces -se dijo- genera recelos, sobre todo por el plus de confianza que necesita quien delega, y el renunciar, al menos en un primer momento, a cierta rapidez.
De todos modos, los despachos que han logrado esquematizar las operaciones de delegación, desde los mismos responsables del bufete, han ido logrando mejor ambiente de trabajo y más beneficios económicos. Entre los asistentes surgieron, también, cuestiones acerca de pros y contras de externalizar las tareas de Gestión del Despacho, crear un departamento interno; o asumir cada abogado -desde el recién llegado hasta el Presidente- en los temas que les tocan, las respectivas operaciones de gestión (de plantilla, documental, etc.).
Otro de los temas destacados en la jornada del lunes fue la internacionalización de los despachos, y el proceso de expansión de las firmas europeas a otros mercados, donde entre otras cosas, los asistentes debatieron sobre cuando un despacho puede ser considerado internacional, global, nacional o local, en función de su actividad o su grado de expansión. También de la brecha ingresos-gastos que a veces la expansión genera, y que compensa, según se comentó, valorar a la hora de diseñar un plan de expansión del despacho.
