La Reserva Federal obligada a realizar millonario rescate Los índices de confianza no auguran nada bueno
Wall Street está que arde. La Fed acude a apagar el incendio armada de miles de millones de dólares en paquetes de auxilio financiero. El primero en ser salvado por la Reserva Federal fue el banco Bear Stearns, cuyo capital fue vendido el pasado domingo al irrisorio precio de 236 millones de dólares, apenas 2 dólares por acción. Y es que las quemaduras eran graves. Tan sólo el viernes pasado, Bear Stearns estaba valorada en nada menos que 3.6 mil millones de dólares. Fue J.P. Morgan quien accedió a comprar dicha empresa, bajo la condición de que el gobierno inyectara cerca de 30 mil millones de dólares para salvarla de sus acreedores. Esas, como es obvio, son cifras mayores.
De acuerdo con el Wall Street Journal, la pregunta ya no es si Estados Unidos está o no en recesión, sino cuál es la mejor forma de enfrentarla. Es previsible que el mercado siga colapsando en estos precisos momentos, clamando por más y más alivio financiero proveniente de la Reserva Federal. Se trata de la peor crisis en toda una generación, según diversos analistas.
El laureado economista y articulista del New York Times, Paul Krugman, se pregunta en su última columna: Cuando la Reserva Federal alivia los problemas del sistema financiero, ¿Cómo nos aseguramos que no esté aliviando también a las personas que nos llevaron al actual embrollo? Krugman señala que Bear Stearns ha sido uno de los "peores ciudadanos de la urbe financiera". Sin embargo, a pesar de la irresponsabilidad que ha demostrado en su manejo, recibe cantidades astronómicas de dinero de los contribuyentes. Aunque también es cierto que dejar caer esta sociedad podría significar una mal mucho mayor que sostenerla en pie a costa del fisco. Por ahora, lo importante es que no muera el enfermo. Después, ya veremos.
Habrá que seguir muy de cerca la reacción de las autoridades norteamericanas. Por el momento, George W. Bush ha anunciado que su gobierno tomará medidas muy severas para evitar la profundización de la crisis. Sin embargo, la bola de nieve se hace cada vez más grande. Hasta el momento, los más importantes índices de confianza como Dow Jones, Standard & Poors 500-stock index o el Nasdaq, auguran negros nubarrones en el mercado de valores estadounidense. España, como el resto de Europa, observa nerviosa, impaciente, como quien espera en la playa los primeros indicios de un potente huracán que se avecina. El Banco de Londres ha anunciado que pondrá en circulación algunos miles de millones de libras esterlinas para salvaguardar sus instituciones financieras y lo mismo sucede en Japón y Australia. ¿Cabe esperar una reacción de Bruselas? Pronto lo sabremos.
