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25/04/2024. 12:52:43

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Abogacía e Internet – Herramientas digitales para el ejercicio profesional II

Director de Contenidos de Artículo Uno www.articulouno.com Buenos Aires - Argentina

El uso tradicional de Internet en la abogacía

Uno de los servicios que más éxito ha tenido y tiene en Internet es la world wide web, una red global de sitios web. Un sitio web es un conjunto de páginas almacenadas bajo un mismo dominio de Internet. Por dominio debe entenderse el nombre de la página, que aparece luego del ‘www’ o del ‘http://’. ¿Cuál es la función que debe tener el sitio web institucional? Dar a conocer al estudio jurídico, a sus abogados, sus prácticas y, en general, satisfacer las demandas de un navegante asiduo o circunstancial.

Abogacía e Internet – Herramientas digitales para el ejercicio profesional

Estructura de la web

En su estructura, un sitio web se compone, básicamente, de diseño y contenido.

El diseño comprende la parte estética y organizativa, de navegabilidad y funcionalidad.

El contenido es información presentada en distintos formatos (texto, imagen, audio y video).

  • Dominio

El dominio o nombre de la página de Internet suele coincidir con el nombre del Estudio, las iniciales de sus integrantes o un nombre de fantasía.

En términos generales, lo ideal es adoptar un nombre de fácil recordación y que esté vinculado con el Estudio o sus áreas de práctica.

Si bien puede parecer una obviedad, el dominio debe registrarse a nombre del propio Estudio Jurídico (no del administrador del sitio, ni del diseñador, ni de nadie que no sea titular de la firma).

  • Página de inicio

La página de inicio es la primera que ve el navegante cuando ingresa al sitio y es, a su vez, el núcleo de toda página web.

¿Qué tiene que tener? La información que precisa el visitante, no toda la que el Estudio tiene para transmitir.

La página de inicio es como el hall en el mundo real: allí el cliente se forma su primera imagen del Estudio, de sus integrantes, de sus modos, cultura de trabajo, actividades.

Párese en la puerta de su oficina y luego piense en la página web que tiene o quisiera tener. ¿Hay coincidencias en lo que proyectan? Si la respuesta es sí, una parte del camino ya está bien orientado.

Al igual que la que se hace por los despachos, la visita por la web se debe guiar, orientándola hacia aquellos lugares que mejor muestren la capacidad de la firma para responder a las necesidades del navegante.

Si el fuerte está en su historia, habrá que poner énfasis tanto visual como de mensaje en la trayectoria. Si está en el perfil de los profesionales, en la experiencia de cada uno de ellos. Si en las áreas de práctica, en la solidez de la firma en tal o cual rama del derecho.

En cualquier caso, el contenido y el diseño deberán perfilarse para que, una vez vista la página de inicio, los siguientes movimientos estén dirigidos. De allí que la armonía y el orden lógico entre el desarrollo del sitio y el mensaje tengan que ser totales.

  • Indexación en buscadores

El sitio web es algo así como una vidriera para el Estudio y los buscadores de Internet son los que marcan las diferencias en estos casos.

Estar debidamente ‘indexado' por los robots de Google, Yahoo! u otros buscadores, hace a una enorme diferencia en materia de visibilidad.

Aparecer en la primera página para la búsqueda de la palabra ‘abogado' no es lo mismo que hacerlo escondido entre los catorce millones y medio de resultados que se pueden obtener.

Por lo general, los buscadores ofrecen sus resultados divididos visualmente en dos columnas. En la de la derecha aparecen pautas publicitarias, válidas para el posicionamiento, siempre en función de una estrategia prediseñada.

En la de la izquierda salen los resultados, en principio ‘limpios', hechos para una búsqueda en particular. Aquí, sin embargo, abundan quienes ofrecen a cambio de dinero ubicar en una posición de privilegio a sus clientes. Esta opción no es conveniente pues lo mismo que le pueden ofrecer a usted -un sistema para ‘embaucar' a los robots de los buscadores- se lo ofrecerán a otros. Además, es ilegal en muchas jurisdicciones y éticamente reprochable en todas ellas.

Lo que sí es válido y, más aún, recomendable, es diseñar y programar el sitio de forma tal que determinadas palabras (tags y meta tags o etiquetas) sobresalgan sobre otras y permitan que los robots mencionados hagan su trabajo limpiamente y seleccionen a la página de su Estudio para ubicarla entre las primeras de la lista.

  • Mensajes

El mensaje en Internet debe ser claro. Esto es: comprensible para el potencial receptor.

Sin embargo, las páginas web de los estudios jurídicos por lo general mantienen las formas de comunicación de la abogacía: textos largos y lenguaje técnico.

Estas formas que funcionan muy bien cuando se trata de conversaciones entre colegas, despistan al internauta, potencial consultante del Estudio.

Esto no significa que el sitio web deba tener un lenguaje vulgar o estar carente de conocimiento técnico. Bien puede asignarse un espacio a ‘Publicaciones' para alojar allí textos jurídicos producidos por los abogados de la firma, pero el mensaje que se debe encontrar en las variantes que admite el ‘Quiénes somos' y ‘Qué hacemos' debe estar culturalmente cerca del cliente.

Esto implica, por ejemplo, no dar por supuesto el conocimiento que el receptor tiene de determinados conceptos o suponer que tiene un conocimiento acabado de sus contingencias legales y que sabe qué tipo de profesional puede proveerle soluciones para ellas.

Derecho de Familia, Defensa del Consumidor, Derecho Tributario, Derecho Ambiental o Penal, son ramas conocidas dentro de la comunidad jurídica e, incluso, más allá de ella, pero abarcan una enorme cantidad de cuestiones que difícilmente pueda imaginar un lego en la materia, por más que esté viéndose afectado por algún hecho jurídicamente clasificable dentro de alguna de ellas.

Aclarado el punto, además de ser claro, el mensaje debe ser interesante.

Para que eso suceda, el contenido y la forma deben tocar directa o indirectamente al navegante.

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