Javier Fernández Aguado acumula, a pesar de su edad (48 años), un extenso bagaje profesional. Catedrático del Área de Dirección General, en Foro Europeo (Escuela de Negocios de Navarra) y socio director de MindValue (www.mindvalue.com), cuenta con numerosos galardones concedidos a su obra. Entre otros, el premio norteamericano Peter Drucer 2008 a la innovación en Management, que se concedió por primera vez a un español. Conferenciantes universalmente invitado, ha creado seis modelos de Gestión organizativa: Gestión de lo Imperfecto, Patologías organizativas, Will Management, Feelings Management, Liderar en incertidumbre y Dirección por Hábitos. Fernández Aguado es el único autor contemporáneo español sobre el que se han escrito más de ciento veinte libros y ensayos analizando su pensamiento, incluidas varias tesis. Fue elegido en noviembre de 2008 como pensador europeo para debatir con David Norton (creador del Balanced Scorecard) sobre los modelos europeos y norteamericanos de gestión. Y en 2009 fue convocado como el pensador europeo más adecuado para debatir con John Alexander (presidente del Centro de Liderazgo de Estados Unidos) sobre los modelos europeos y norteamericanos de dirección. Fernández Aguado ha conversado con Legal Today sobre algunas de sus investigaciones. Top Ten Business Expert es una colección que se comercializa a través de Expansión. Preparar la postcrisis. Enseñanza de la Grecia Clásica sale a la calle con este periódico el día 3 de octubre.
¿Realmente se puede empezar a hablar de postcrisis?
La economía tiene ciclos, cuyos picos se ven incrementados o paliados por las capacidades de quienes tienen que gestionarlos. Desde el año 9 de nuestra era (con César Augusto Octavio) hasta el presente he señalado y analizado numerosas recesiones muy semejantes a la actual. De todas se ha salido, con mejores o peores perspectivas.
Para poder despegar, es preciso disponer de buenas técnicas -¡saber economía!- y también esforzarse más que en periodos de calma. Dicho de otro modo, para salir de una crisis es preciso trabajar el doble, estar dispuestos a ganar la mitad y no dejar de sonreír.
En países de nuestro entorno, y también en otros de América, tanto del norte como del sur, afloran indicadores de que efectivamente comenzará pronto el remonte. En España, por haberse tomado decisiones contrarias al sentido común, tardaremos más.
En cualquier caso, hay que comenzar a preparar los motores para procurar estar en la pool position del propio sector cuando el semáforo se ponga en verde. Sestear porque las cosas van mal no hace sino incrementar los males reales y también los psicológicos, tanto a nivel personal como organizativo.
¿Qué es lo que debemos recordar de los clásicos en relación a la gestión empresarial?
Todo lo que hoy en día vivimos ha sido experimentado previamente. Hay diferencias de matiz, pero pocas de contenido. Un ejemplo: Galba, en el año 68 d.d.C., para ser nombrado emperador de Roma, prometió grandes beneficios para quienes le apoyaran. Sin embargo, al verse ya en el poder, renegó de sus ofrecimientos. Al cabo de algunas semanas, moría asesinado. Hoy en día, en vez de ser acuchillado hubiera perdido probablemente las elecciones. En la forma, hay transformaciones; en el fondo, la persona humana y las organizaciones que crea han cambiado poco.
Cosas muy semejantes podrían decirse de la buena o mala gestión de cualquiera de los veintitrés Maestres (el nombre que recibían los directores generales) de los Templarios y de los máximos responsables de cualquier multinacional hoy en día. La gestión de Gerardo de Rideford en los cuernos de Hattin en 1187 es parecida a las decisiones que han tomado directivos de nacionales o multinacionales en los últimos años que han conducido a un gigantismo enfermizo…, que ahora estamos purgando. Como entonces lo pagaron los seguidores de aquel megalómano ahora lo están penando muchos que han sufrido por yerros ajenos.
¿Cómo podemos aplicar esas enseñanzas al mundo empresarial actual y en la situación económica que vivimos?
Me gusta repetir, de forma algo contundente, que la historia no sirve para nada, pero que quien no sabe historia no sabe nada. Tanto en la obra que se publica en la colección de Top Ten Business Experts como en el libro que acaba de editarse con el título Management a través del cine, presento ejemplos de decisiones correctas e incorrectas. Aprender las lecciones de quienes lo hicieron bien nos evitaría caer en pifias que dañan a quienes de nosotros dependen.
La persona humana, en cualquier época, es capaz de grandes retos, pero también de infames bajezas. Una herencia, por ejemplo, ha mostrado siempre lo mejor y lo peor que se oculta en un ser humano. Esto, hace veinticinco siglos y hoy mismo.
En las primitivas Escuelas de Comercio se aseguraba: Teoría sin práctica utopía; Práctica sin teoría, rutina. Ese lema, que tiene más de cien años de historia, sigue siendo totalmente actual. Sería conveniente que en todas las Escuelas de Negocios se cuidara mejor la combinación de teoría sólida y práctica útil. Cuando se olvidan los fundamentos antropológicos, y entre ellos se encuentra la ética (que ahora algunos llaman Responsabilidad Social Corporativa), los resultados son los que estamos contemplando. Algunas Escuelas de Negocios están tomando cartas serias en este tema. Otras que hicieron bandera de la ética años atrás, a pesar del fracaso que han tenido, no hacen examen de conciencia. Volverán a formar despiadados directivos… que contribuirán a una nueva crisis dentro de algún tiempo.
Para el mes de febrero está convocado en el IFEMA, en Madrid, un Symposium internacional sobre su pensamiento. Es la primera vez que sucede algo así en España con algún pensador en plena actividad. ¿Su interés por la historia tiene algo que ver con esto?
La iniciativa ha partido de un grupo de profesionales de la empresa y de la formación, fundamentalmente catalanes, pero también de otros lugares de España, de Europa y de varios países de América.
Creo efectivamente que mi esfuerzo por obtener enseñanzas del pasado puede tener que ver con ese proyecto. Para convencerme, emplearon el argumento de que muchas veces nos empeñamos en traducir del inglés novedades que sólo lo son en apariencia. Considero, por mi parte, que hablar de griegos y romanos es hablar de nosotros mismos.
La obra que ha publicado Expansión nada tiene que ver (lo digo en el mejor de los sentidos y con el mayor de los respetos a quienes generan ese tipo de literatura) con un libro de autoayuda; pretende, más bien, provocar la reflexión. Sólo desde fundamentos sólidos, tanto en lo técnico como en lo ético, se construyen organizaciones fuertes, en servicio de la sociedad y de todos los grupos de interés (stakeholders los llaman en inglés).
