- No todos los despachos necesitan de la misma tecnología, y ni tampoco, de toda la tecnología.
- La oferta de soluciones legaltech tiene que adaptarse a la idiosincrasia del mercado legal español
Hace unos días leía un informe de una consultora de Legaltech que concluía con una interesante reflexión dirigida a la abogacía: “si un cliente tiene que elegir entre un caballo y un Ferrari para competir en una carrera, la elección será bastante obvia”.
Evidentemente, la elección es obvia para la empresa que se dedica a la tecnología, pero seguramente no será tan obvia para un despacho de abogados. Ya que la primera pregunta que habría que hacerse es ¿en qué condiciones de terreno se va a realizar dicha carrera? No es lo mismo un circuito de Fórmula Uno, que un camino empedrado lleno de cuestas y que termina en lo alto de una montaña. Conociendo este detalle, en este último caso, el cliente seguramente elegiría al caballo.
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