La Transformación Digital ha llegado y para quedarse. La extraordinaria situación que estamos viviendo ha transformado completamente el modo en el que vivimos y la forma en la que nos relacionamos, tanto a nivel empresarial, profesional, administrativo como personal.
Transformación Digital: Una necesidad
La Transformación Digital era una alarmante necesidad para los negocios, especialmente en España, donde seguía existiendo una enorme brecha entre las tecnologías disponibles identificadas como tendencia e instrumento de disrupción para los negocios, y su integración en las empresas.
Buena parte de nuestro tejido empresarial venía percibiendo las tecnologías a su alcance como algo realmente alejado de su realidad, en ocasiones como “buzzwords” (palabras pegadizas o de moda), difícilmente visualizables como algo accesible y aplicable a sus distintos modelos de negocio. Y no sólo esto sino que, en ocasiones, la tecnología y su integración en los negocios se venía considerando un fin más que un medio para la consecución de los objetivos empresariales, lo que inevitablemente abocaba los proyectos de Transformación Digital al fracaso. Esa brecha era y todavía es una asignatura pendiente.
A excepción del Cloud Computing y no de manera generalizada, la virtualización, la Inteligencia Artificial o el Big Data se venía considerando, en general, algo realmente alejado de la realidad diaria de nuestro tejido empresarial en los sectores más tradicionales y más exclusivo de sectores concretos. Nada más lejos de la realidad. Llegó la COVID-19 y ha cambiado el mundo que conocíamos.
La sociedad que integramos se ha convertido en más “digital” que nunca en la que operan personas, empresas, Administraciones Públicas y máquinas. Todos nos relacionamos e interactuamos, en mayor o en menor medida en el ciberespacio con los recursos disponibles. El teletrabajo, la formación virtual y el uso de aplicaciones para la relación e interacción electrónica como Teams, Meet, Hangouts, Skype, Webex, Duo, Zoom, Telegram o Whatsapp, forman parte de nuestra vida diaria y hemos superado por necesidad las complejidades que atribuíamos de antemano a su despliegue y uso.
Las empresas se han visto inmersas en la necesidad de abordar de manera obligada su transformación digital y la integración de la tecnología en su gestión y operación, virtualizando entornos productivos y puestos de trabajo, externalizando sus sistemas y relacionándose telemáticamente con proveedores, Administraciones, clientes y usuarios.