Si eres todo un abogado 3.0., seguro que tienes clara la importancia de contar con un blog corporativo integrado en la web de tu despacho. Se trata de una fórmula clave para dar a conocer a tus clientes y potenciales clientes todo lo que sabes hacer y lo al día que estás en todo lo que se mueve en el sector jurídico. En definitiva, contar con un blog corporativo es el mejor escaparate posible para potenciar tu marca personal y la de tu negocio.
Cualquier estrategia de marketing jurídico debe girar en torno a esos contenidos, que debes publicar con una periodicidad estricta, y que luego se compartirán en tus redes sociales. ¿El objetivo? Conseguir visitas y darte a conocer, pero también dibujar una filosofía y un mensaje claro en torno a tu bufete. Eso sí, antes de lanzarse a escribir hay que tener claras varias cosas: el tono que queremos usar, qué materias nos interesa redactar, a quién queremos llegar con ellos… O lo que es lo mismo, trabajar con un plan de contenidos y con una idea clara de quiénes somos y a dónde queremos llegar.
¿Cómo hacerlo bien? En realidad, no es tan complicado. Basta con ponerse en la piel del lector y combinar un lenguaje atractivo con determinadas técnicas SEO para ayudar a que nuestro texto circule mejor y llegue al mayor público posible. Además, como en todo, la presentación es importante para captar a quien aterrice en nuestro blog: del mismo modo que desconfiamos de un libro con una portada mal diseñada lo haremos de una publicación con párrafos interminables, escaso apoyo audiovisual o un diseño poco atractivo.
1. Tu contenido tiene que ser interesante, inédito e incuestionable
Son las ‘tres i' con las que debes trabajar. La idea es que aportes algo que consideres que tu público necesita saber, que investigues previamente si existe o no una oferta relativamente amplia sobre el mismo tema en la red, y que sepas muy bien de lo que hablas. De poco te servirá escribir un post sobre un asunto sobre el que ya corran ríos de tinta, sobre todo si no vas a aportar nada nuevo.
Trata de buscar vacíos y aportar respuestas a esas dudas sin resolver sobre las que tú tienes mucho que decir, y aprovecha cuando puedas la marea que generan los temas de actualidad sobre los que todo el mundo busca en Internet.
2. Usa un lenguaje atractivo
Es imprescindible ponerse en la piel del lector y conseguir que, a simple vista, entren ganas de devorar tu artículo. Empieza por un buen titular y no tengas miedo a arriesgarte: usa interrogaciones, trata de responder a quien googlee una duda con sus mismas palabras, genera curiosidad y usa un tono didáctico y atractivo. Los títulos del tipo "5 claves para entender…" y las guías rápidas suelen dar muy buen resultado. Piensa que la escasez de tiempo nos lleva a buscar respuestas rápidas. Queremos sabiduría concentrada y fácil de digerir.
3. Busca una presentación impecable
Tan importante como el contenido es su diseño: intenta que tus titulares no pasen de los 60 caracteres con espacios, usa párrafos cortos (se recomiendan como mucho cinco líneas), utiliza negritas e hipervínculos a otros artículos o páginas de tu web (estos últimos te ayudarán a generar más tráfico y a convertir lectores en clientes) y apóyate en material audiovisual para que el lector respire antes de seguir leyendo. Las infografías, videos, etc. funcionan a las mil maravillas.
4. Piensa en ‘SEO'
No pierdas de vista que tu objetivo final es la conversión. Para eso deberás tener en cuenta ciertas prácticas que sirven para optimizar SEO, es decir, eso que llaman Search Engine Optimization o Posicionamiento en buscadores. Cuanto más alto aparezca en Google tu artículo, más posibilidades tendrás de que te lean y, en definitiva, de atraer a un público más amplio.
Parte de la idea de que lo más importante es que tu contenido sea el mejor: el que responda de forma óptima a la duda que busque el lector, el que más se comparta, el mejor valorado… Sin embargo, hay algunas técnicas que ayudan a que los lectores accedan a él y a empujarlo al éxito. Por ejemplo, intentar usar las palabras clave adecuadas. En este sentido, puedes usar tu intuición, pero te recomendamos apoyarte en herramientas como Keyword Planner de Google. Intenta que aparezcan en la parte superior del texto y en el titular (pero sin forzar).
Otra técnica es crear un call to action al final del post. Es decir, redirige al usuario hacia tu oferta, tu servicio o una explicación más detallada. Es imprescindible que se lo pongas fácil al lector para que siga buceando en tu web. En Internet todos nos volvemos muy vagos y tendemos a saltar a otra cosa si no nos lo ponen en bandeja. Las landing page son muy útiles para lograr esa conversión que buscas.
Por último, ten cuidado con la URL de tu post. Elimina de ella todas las palabras que sobren, tales como artículos, preposiciones, conjunciones… Optimiza usando palabras clave relacionadas con tu texto y recuerda que cuanto más corta, simple y directa sea, más opciones tendrá de convertirse en un éxito para Google. Además, escribe en minúscula, separando con guiones, y evita las tildes.
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