No perdamos de vista quién es nuestro cliente.

La clave principal consiste en saber con exactitud qué tipo de clientes queremos atraer. ¿Por qué?
Porque todo lo que hagamos debe ir dirigido a captar justamente ese tipo de clientes, olvidando aquello que no les interesa.
Si por ejemplo queremos ampliar el área de derecho farmacéutico, incorporando oficinas de farmacia y pequeños laboratorios y distribuidores, no tiene mucho sentido destacar una especialidad en derecho matrimonial, ni dedicar muchos esfuerzos en estudiar y difundir la nueva ley de financiación de partidos.
En cambio sí lo tiene por ejemplo:
- Realizar artículos relacionados con el tema farmacéutico
- Abrir un servicio preguntas-respuesta on-line para farmacéuticos
- Insertar publicidad del despacho en las revistas propias del sector
- Llegar a un acuerdo con el Colegio de Farmacéuticos para impartir sesiones formativas sobre temas que afecten a sus colegiados
- Tener una página en nuestra web dedicada exclusivamente a esta especialidad
- Concertar visitas con los laboratorios, distribuidores y oficinas de farmacia para ofrecer nuestros servicios.
No perder de vista quién es nuestro cliente y cuáles son sus necesidades nos ayudará a concentrar nuestros esfuerzos de marketing en la dirección correcta, aumentando su efectividad.
No olvidemos utilizar nuestra página web para comunicar todos nuestros esfuerzos y logros conseguidos, podemos hacerlo sin coste y nos ayudará, y mucho, en el posicionamiento en los principales buscadores (es decir, que nuestra web sea encontrada.