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25/04/2024. 14:08:41

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Medidas sencillas para evitar el spam

Si desconectas y dejas de abrir tu correo electrónico por unos días, ¿qué ocurre?

Seguramente, a la vuelta necesites un buen rato para ponerte al día y seleccionar los que intuyes que pueden ser correo basura. Lejos de desaparecer, es un hecho el que cada día recibamos más, pero ¡cuidado! Esto no es normal, no debemos normalizar el encontrar spam en nuestro buzón de correo electrónico.

¿Qué es el spam?

Un inciso previo; era el nombre de una marca de fiambre enlatado en los inicios de la Segunda Guerra Mundial. Hoy día es un mal digital que padecemos todos los que nos conectamos a Internet. Lo identificamos principalmente con el correo publicitario no deseado, y muchos son correos de phishing. A través de supuestos regalos u ofertas increíbles como reclamos, ocultan virus en enlace o adjuntos. Pero la cuestión es, ¿cómo podemos librarnos del spam y que no sobrecargue nuestros buzones o nos pongan en peligro?

Existe una obviedad que los técnicos planteamos a menudo: “si no saben que existimos, no nos enviarán nada”. Aunque nos cueste recordar cada sitio donde hemos podido dar nuestros datos y/o consentimiento para que se usen, lo cierto, es que si nos llegan e-mails a nuestro correo electrónico, es porque lo hemos facilitado. Puede que haya sido en foros en los que hemos participado alguna vez, en listas de distribución o incluso en sitios webs que nos han requerido un registro previo para acceder a su información. Si estás pensando que no quieres darte de baja de algunos de estos sitios, haces bien, mantenlos si te interesa. En este caso, mi recomendación es que reserves una cuenta de correo electrónico para uso exclusivo de este tipo de servicios. Y así, sin miedo, puedes recibir ofertas de comercios, newsletters o todo lo que, aun siendo publicidad, te gusta recibir y echar un vistazo. Utiliza ese también para apps de estacionamientos, descuentos, etc. Con esta solución, por un lado, puedes elegir el momento para echar un vistazo a la bandeja de entrada sin prisas. Incluso puedes prescindir de todos esos correos de un plumazo (es decir, enviarlos a la papelera), sin temor a perder ninguna comunicación realmente importante.

Y por otra parte, mantendrás tu cuenta de correo personal mucho más despejada. Esta cuenta es la que siempre debes reservar para notificaciones laborales y con personas físicas. Como excepción, te diría que uses también este correo para entidades de confianza que son totalmente seguras y de las cuales debes leer todos sus comunicados: seguridad social, tus centros sanitarios habituales, empresas de telefonía o compañía de electricidad contratada, entre otros. Hay quienes usan otra cuenta de correo electrónico extra para estos fines, aunque si llevas una buena gestión, no será necesario.

En cualquier caso, si vas a trabajar con varias cuentas de correo, te recomiendo configurarlas en un mismo gestor de e-mails, el que te resulte más cómodo.

En cuanto a los filtros antispam que no he mencionado hasta ahora, ni que decir tiene que debes hacer uso de ellos. Es una buena forma de evitar muchos tipos de ciberriesgos, entre ellos, los que intentan suplantar la identidad, por ejemplo, de tu banco. 

¿Qué más puedes hacer para evitar la recepción de mucho spam? Aplicar reglas antispam que se configuran en tu propio programa de correo. Aunque no son tan efectivos como los filtros de spam comerciales, (recomendados si recibes más de diez correos basura a la semana) te pueden aliviar la entrada de correos. En Gmail puedes definir tus propias reglas en la Configuración, pestaña Filtros. Como ejemplo, una de estas reglas puede ser que todos los correos que recibas con cierto dominio (parte del nombre que va tras la @ en un correo), sean enviados directamente a tu papelera. Cuanto más afines con las reglas, menos spam recibirás, pero cuidado, analiza esas reglas antes de enviar “correos buenos” a la basura.

Otro tipo de reglas puede contemplar que contengan ciertas palabras en el asunto o en el cuerpo del mensaje, por ejemplo: “gratis”, “dinero” o “sexo”.  

Esta medida está bien, pero insisto en el uso de filtros en entornos profesionales donde debamos extremar la seguridad. En cuanto a la selección de remitentes y dominios, podemos usar las listas negras (para los indeseados) y las listas blancas (cuentas de confianza). Con este método, los correos basura se identifican y de forma automática son bloqueados. Estos filtros se basan en la aplicación de normas de inteligencia artificial que evitan que seas tú el que tenga que discernir entre correos que posiblemente alojen virus o malas intenciones. 

Por último y como norma general, si desconfías de un e-mail, nunca abras sus adjuntos o enlaces (puedes prever donde te quieren llevar colocando el ratón sobre el link).

Aplicando medidas contra el spam, ¿imaginas la de tiempo que puedes ganar y la de sustos que puedes evitar?  

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