No queremos dedicar este artículo al análisis de los retos que está teniendo que afrontar el sector legal en los últimos años. En una publicación como ésta, sus lectores los conocen más que de sobra. Sin embargo, vamos a enumerar los principales: las dificultades del sector jurídico para que la sociedad en su conjunto entienda y valore su papel, la saturación de la oferta de servicios legales en el mercado, la falta de adaptación de estos servicios a las necesidades reales de empresas y particulares, la inestabilidad política actual, la falta de transparencia de las instituciones, etc. Para dar solución a la mayoría de estos retos, a nosotras, que sumamos años de experiencia en el sector y que lo conocemos en profundidad, se nos antoja, que la INNOVACIÓN es posiblemente la mejor respuesta. Innovación y tecnología, tecnología e innovación. Este es el binomio que ningún jurista puede ya ignorar.
Antes de nada es importante distinguir entre inventar e innovar. Para lo primero, solo unos pocos están dotados de la capacidad necesaria. Lo segundo, casi todos podemos hacerlo.
Es importante romper una lanza a favor de los españoles, pues en este país se innova, como muestra por ejemplo que "España se sitúa a la cabeza en ‘early adopters', término que define a los pioneros en el uso de las TIC a nivel mundial", según refleja el decimosexto informe de la Fundación Telefónica "La Sociedad de la Información en España" presentado hace sólo unos días. La típica imagen del jurista conservador y reacio al cambio se da de bruces con esta constatación. Se aprecia ahora en España una sed de cambio, de evolución, de mejora…y de justicia.
Con la creación del Instituto de Innovación Legal, queremos aportar al jurista la ayuda que necesita para construir sus herramientas, idear sus soluciones y llevarlas a cabo. Se acabó hablar de innovación e disrupción. Ha llegado el momento de arremangarse y a ponerse manos a la obra. Innovar se hace desde dentro. Para innovar hay que quererlo.
El Instituto de Innovación Legal que estamos construyendo se fundamenta en 4 ejes:
1. Innovación abierta: organización completa de hackathons sectoriales para los distintos colectivos jurídicos, desde el concurso de ideas hasta la creación del prototipo; convocatoria e incubación de start-ups jurídicas.
2. Formación: implementación de un currículum digital que garantice a todos los juristas una correcta formación a las herramientas tecnológicas de uso para su profesión. Asimismo, organizamos formaciones no regladas sobre tecnología para juristas y, no menos importante, formación jurídica para uso de los tecnólogos y profesionales de IT.
3. Investigación: censo del estado actual de la tecnología en el sector para evitar duplicidades y fomentar el uso de todo aquello que aporta valor al mundo jurídico, estudios de la situación del open data, estudios sobre usos reales, actuales y futuros, de determinados avances tecnológicos e sus impactos, etc.
4. Difusión y networking: se organizarán eventos para promover la innovación y la tecnología en el sector. En esta categoría de actividades, se enmarca el I encuentro de Community Managers del sector legal (#EncuentroLegalCM) que tendrá lugar el próximo 16 de junio. Para más adelante están previstos otros eventos, todos ellos relacionados con la tecnología legal, #LegalTech.
La apertura del Instituto de Innovación Legal es un enorme reto para nosotras, pero también lo es para el conjunto de los operadores del sector. Solas no podremos hacerlo. Necesitamos del apoyo y la involucración de todos vosotros: abogados, jueces, fiscales, mediadores, notarios, procuradores, registradores, auditores, asesores, editores, periodistas, consultores…sólo con la implicación de todos, y gracias a la innovación y la tecnología que lograremos una mejor Justicia. Queremos contagiaros nuestra energía e ilusión. ¿Te sumas al reto de la #innovacionlegal?