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Ópera y Derecho 9

El caso Furtwangler: el famoso juicio de 1947

Presidente de la Asociación Europea de Abogados

FURTWANGLER

Wilhelm Furtwängler (1886-1954) es uno de los grandes directores de la historia de la música. Fue el director de la mejor orquesta del mundo, la Filarmónica de Berlín, durante todo el período nazi. Varios de sus conciertos más famosos tuvieron lugar en plena Guerra Mundial. Era el director favorito de Hitler. Cuando Hitler se suicidó la Radio Alemana emitió el disco preferido del Fuhrer, la “Séptima” de Bruckner dirigida por Furtwängler. Fue absuelto en el proceso de desnazificación de 1947.

Nació en Berlín. Su padre era un famoso arqueólogo, amigo de Brahms. En 1914 fue nombrado director de la ópera de Mannheim. En 1920 sucedió a Strauss como director de la ópera de Berlín. En 1922 fue nombrado director de la Filarmónica de Berlín que era y es el puesto más relevante de la música mundial.

Tras llegar Hitler al poder en 1933 uno de sus primeros pasos fue consolidar la relación con Furtwangler. Le había escuchado en numerosas ocasiones en Viena, Múnich y Berlín. Furtwangler fue el niño mimado de los nazis hasta el punto de ser incluido en una lista especial de Goebbels de “músicos “bendecidos por Dios”. La Gottbegnadeten-Liste  fue una lista de artistas considerados representativos del Tercer Reich hecha  por el ministro de propaganda Joseph Goebbels  considerados «Patrimonio Nacional». Había cuatro compositores: Strauss, Pfitzner, Orff y Egk. En la primera categoría de directores sólo estaba Furtwangler.

El único director de orquesta cuyos gestos no tienen una mímica ridícula es Furtwängler. Sus gestos parten de lo más íntimo de su ser. A él se debe el mérito de haber hecho de la Orquesta Filarmónica de Berlín un conjunto muy superior al de Viena”. Hitler hizo esos comentarios elogiosos de Furtwängler, por el que sentía debilidad, durante una cena en el Berghof en abril de 1942 como aparece en el libro  “Las conversaciones privadas de Hitler. Ese mismo año en plena Guerra Furtwangler dio un concierto por el cumpleaños de Hitler en su presencia.

Varios testimonios nos relatan que durante la Segunda Guerra Mundial los discos que más escuchaba Hitler eran los de Furtwangler con las sinfonías de Bruckner. El 7 de Octubre de 1944 Furtwängler interpretó con la Filarmónica de Berlín, la “Novena”, y el 17 de Octubre con la Filarmónica de Viena la “Octava”. Al morir Hitler la radio alemana ofreció la “Séptima” como homenaje a Hitler.

En 1936 la Filarmónica de Nueva York ofreció a Furtwangler el puesto de director titular con unas condiciones económicas que superaban ampliamente lo que ganaba en Berlín. Furtwangler rechazó la oferta. Otros directores muy conocidos que trabajaban en Alemania y Austria se marcharon cuando los nazis llegaron al poder. Entre los que abandonaron el país están Bruno WalterOtto KlempererErich KleiberFritz Busch  y Jascha Horenstein.

 Los conciertos de Furtwangler eran frecuentemente transmitidos por radio. Incluso dio conciertos específicos para soldados y empleados de fábricas para elevarles la moral.

Según el arquitecto y Ministro de Hitler Albert Speer  en diciembre de 1944 Furtwängler le preguntó si Alemania tenía alguna oportunidad de ganar la guerra. Speer le dijo que no y le aconsejó al director que se trasladase a Suiza por las posibles persecuciones nazis. ​Furtwängler escapó a Suiza poco después de un concierto en Viena con la Orquesta Filarmónica de Viena el 28 de enero de 1945. En aquel concierto dirigió la Sinfonía nº 2 de Brahms que fue grabada  y está considerada como una de sus grandes versiones.

En el doble proceso de desnazificación de 1947, primero en Viena y luego en Berlín, se acusó a Furtwängler de apoyar al nazismo al permanecer en Alemania, tocando en actividades del partido nazi Como parte de su alegato final en su proceso de desnazificación, Furtwängler dijo:

“Yo sabía que Alemania se encontraba en una terrible crisis; me sentía responsable por la música alemana, y que era mi misión el sobrevivir a esta crisis, del modo que se pudiera. La preocupación de que mi arte fuera mal usado como propaganda ha de ceder a la gran preocupación de que la música alemana debía ser preservada, que la música debía ser ofrecida al pueblo alemán por sus propios músicos”.

Furtwangler fue absuelto y pudo reanudar sus conciertos públicos pero no recuperó la dirección de la Filarmónica de Berlín hasta 1952. Su segundo período al frente de la orquesta duró sólo dos años ya que falleció en 1954 con 68 años de edad.

La obra teatral Taking Sides (1995), del dramaturgo británico Ronald Harwood, trata acerca de las acusaciones estadounidenses contra Furtwängler por haber servido al régimen nazi. En 2001 dicha obra sirvió de base para una excelente  película “Taking Sides” de István Szabó

 Tuvo una importante influencia sobre el mejor director de orquesta actual, el  israelí Daniel Barenboim, del que la viuda de Furtwängler, Elisabeth Furtwängler (fallecida en 2013), dijo: « («Él furtwänglerea«).

Es triste la implicación nazi de Furtwangler pero cuando escuchamos sus discos lamentamos entender la veneración que sentía  Hitler por él.

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