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29/03/2024. 14:27:03

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El Everest

Profesor Universitario
Especialista en técnicas de litigación oral

El Monte Everest, no solo es la montaña más alta que existe sobre el planeta tierra, es también la frontera de mayor altura, pues dicho monte, define los límites entre Nepal y China. Está ubicado a 29.029 pies sobre el nivel del mar, poseyendo una altitud de 8.849 metros.

Para escalar a Sagarmāthā(nombre que le dan en Nepal); a Chomolungma o Qomolangma (como se le conoce en el Tibet) o a Zhūmùlǎngmǎ Fēng (calificativo que le dan en China);  existen dos rutas o dos vías de ascenso,  una por el sureste de Nepal y la otra por el norte del Tíbet. Desde que Edmund Hillary y Tenzing Norgay alcanzaran el 29 de mayo de 1953 la cima por vez primera, se dice que han logrado escalarlo más o menos 4.000 alpinistas en más de 6.000 ocasiones.

Han llegado a la cumbre, hijos después de haberlo hecho sus padres; nietos, muchos años posteriores a la escalada de sus abuelos; e incluso lo han recorrido hijos y padres al mismo momento, así como hermanos en la misma fecha.

Algunos datos refieren, que en el trayecto hay más de 200 cadáveres de alpinistas, que no solo no lograron llegar a la cima; sino que lastimosamente, tampoco salieron vivos de la montaña, y que sirven de referencia a los que están escalando.

Son incontables los peligros que presenta el tratar de escalar este impresionante monte; entre muchos otros tenemos, dolor de cabeza, mareo, mal de altura, fatiga, hipoxia, avalanchas, clima indomable, vientos muy fuertes y muchos más.  

Innumerables igualmente son los desafíos a los que se enfrentan diariamente los abogados litigantes, los cuales escalan su propia montaña, su propio monte día tras día. Deben probar –aunque la carga de la prueba reposa en el órgano investigador- las tesis que presentan.

Con dolor de cabeza y mareo, tienen que tratar de refutar las pruebas de cargo. Aun padeciendo el mal de altura, deben producir evidencia exculpatoria. Han de soportar que en algunos momentos les falte el aire, -sobre todo si presencian una arbitrariedad o son presa de una sentencia que no tiene un verdadero soporte en derecho. Deben tener paciencia para esperar que pase el vendaval. Y luego, continuar avanzando aun cuando sientan que no respiran.

El ejercicio de la abogacía es eso, paciencia, insistencia y resistencia, que es precisamente lo que debe poseer quien aspire llegar al techo del mundo. Paciencia, pues una vez que llega al campamento base (5. 200 metros) debe esperar varias semanas para poder seguir ascendiendo, eso si las condiciones climáticas lo permiten. Idéntica paciencia es la que debe tener el abogado litigante. Debe saber cuándo es el mejor momento para realizar algo, debe aprender a esperar sin perder las esperanzas.

Insistencia para seguir adelante aun cuando el frio penetre hasta los huesos; o un policía, el fiscal, la contraparte o el juez, hagan todo cuanto esté en sus manos para que la causa se vuelva difícil de litigar.

Paciencia para preparar una teoría del caso que englobe la idea principal de la causa, que sea breve, claridad para ubicar palabras que sean fáciles de entender y que así logre explicarse el tema por sí solo; pero por sobre todas las cosas, que lo que narre sea creíble.

Así como hace falta tiempo para que el cuerpo se acostumbre a las alturas, de igual forma es necesario el lapso para que el litigante se acostumbre a realizar buenos interrogatorios. Examen directo que resuelva las preguntas que se hace el juez acerca de quién es esta persona, qué vendrá a declarar y por qué debo creerle. Si el abogado logra dar respuestas satisfactorias habrá adiestrado su organismo a estar respirando calmado cuando la mente necesita oxígeno.  

Para escalar la montaña, es necesario estar provisto con arnés, cuerda, casco, pies de gato, cintas y otros implementos; de igual forma debe estar equipado mentalmente el litigante con las preguntas prohibidas, es decir, las capciosas, impertinentes, compuestas, vagas, repetitivas, conclusivas, argumentativas, entre otras. Todo esto para poder objetar si la contraparte efectúa alguna de ellas. Debe conocer cómo efectuar el contraexamen, utilizando para ello solo preguntas sugestivas. Si logra hacerlo, habrá logrado llegar al próximo campamento, y sin duda estará más cerca de coronar la cumbre.

El litigante, al igual que el alpinista, siempre debe estar concentrado. Todo ello para no pisar en falso y hacer que su trayecto al escalar las etapas del proceso sea lo más efectivo posible. Es necesario estar 40 días en el Monte Everest, para que el cuerpo se acostumbre a las alturas; en idéntico sentido, el abogado litigante debe pasar el mayor tiempo posible estudiando la causa para aprender todo aquello que tenga que ver con el caso que trabaja. 

Al llegar a la cumbre los alpinistas sienten una sensación indescriptible; igual a la que cada abogado percibe cada vez que ve como sus alegatos, sus preguntas y sus pruebas surtieron el efecto deseado.

Más de 4.000 alpinistas han logrado llegar al techo del mundo desde 1953; pero en todos los rincones del universo, cada día un abogado logra alcanzar su propio Monte Everest,y ello lo logra al superar todos los escollos que se presentan en la defensa de una causa.

Así que, aun cuando te falte el aire, sientas dolor de cabeza o mareo, recuerda que tienes un EVEREST que escalar, acuérdate que eres un litigante, saca lo mejor de ti, y lograrás llegar a la cumbre.

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