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18/04/2024. 20:11:09

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¿El padre de quién?

Profesor de Investigación del CSIC

A. J. Vázquez Vaamonde

A un estudiante de 10 años, asustado ante los exámenes orales de ingreso en el Bachillerato le tranquilizaba un amigo: "tu, procura acotar la pregunta; así la respuesta es más fácil; si, p. ej., te preguntan: los números, tu le dices: vayamos por partes, ¿los racionales o los irracionales?; si te dice que los racionales, dile: vayamos por partes,¿los enteros o los fraccionarios?, y cuando te digan que los enteros le vuelves a decir: vayamos por partes, ¿los positivos o los negativos?, y así siempre·". Más tranquilo por el consejo fue el muchacho al examen. El profesor de religión le preguntó: "¿El Padre es Dios?", y entonces el muchacho "acotó": ¡vayamos por partes, ¿el padre de quién?".

Los matemáticos dicen: un problema mal planteado no tiene solución. Eso ocurre con la pendencia de algunas menores de edad para que se respete su derecho a llevar la cabeza cubierta por mandato divino. ¿Dónde nadie ha reconocido ese derecho?. Como el muchacho, podríamos decirles: "vayamos por partes: ¿del extraterrestre verdadero o del falso. Muchas actos "ordenadas" por algún extraterrestre son un delito: los asesinatos ordenados por la Sta. Inquisición, la desigualdad de derechos de las mujeres en muchas iglesias, la privación de la libertad de elección del cónyuge, la poligamia, la ablación del clítoris, etc. están fuera de la ley.

Por eso es una pamemada, por lo menos, decir que todas las creencias, tradiciones, son respetables. Muchas son deleznables, no pocas delictivas. Si esto no se tiene claro tampoco se entenderá que lo único que son respetables es el homo rationalis, que esa es nuestra especie. Pero aunque sean irracionalmente creyentes merecen respeto por el mero y exclusivo hecho de ser personas. Podrán o no merecer además nuestro aprecio según su comportamiento. Nuestro respeto lo tienen siempre.

El ser humano tiene iguales derechos porque es un ser racional. De la confrontación de argumentos, erróneos unos más atinados otros sólo resultan beneficios para el individuo y para la sociedad. Permite la convivencia; la discusión racional es pacífica y es la esencia de la democracia. Se puede discutir todo sin que nadie pueda ofenderse; ante la falta de acuerdo el ser racional decidió aceptar "la razón" mayoritaria.

Una persona racional no es pendenciera frente a las Leyes aunque no las comparta procedan o no del presunto mandato del presunto extraterreste si está positivado,. Si establecen que la mujer lleva hijab, se lo pone; si no pueden conducir, no lo hacen, si quieren ser adoctrinadas en sus creencias, paga a sus expensas a los adoctrinadores, etc. Ua persona racional respeta las normas que rigen en los países NO democráticos. Solo exige libertad en su ambiente personal e intimo.

Nada de eso ocurre con un creyente, que suele acabar siendo fanático y pendenciero. En esencia tiene una actitud totalitaria: Si puede impone sus creencias a todos; si no, exige que a él no le afecten las leyes ajenas. Rechaza el diálogo racional porque él creyente tiene "la única y toda la "verdad". Desprecia, cuando no puede atropellar, al que vive en el error. Su actitud hace imposible el diálogo.

Si una persona irracional quiere vivir bajo una dictadura – militar, civil o religiosa – no le faltarán países donde hacerlo. Es pendenciero querer imponer una opinión personal a una colectividad que no la comparte..Una pretensión inaceptable.

Es falso el razonamiento sobre el presunto mandato del presunto extraterrestre o el atentado, presunto, a la propia identidad social, etc., en quien no busca el diálogo, sino la imposición. En la guerra civil los rebeldes contra la democracia condenaron en sus tribunales acusando de rebeldes a los leales a la democracia. Asesinaron a muchos. Ahora se repite el truco: el agresor convence a su víctima de que es agresor.

Si Ley puede declarar delitos ciertos presuntos mandato de presuntos extraterrestres es porque la Ley está por encima de todo en un país democrático. Ahí se acabó el argumento. Los legítimos Reglamentos de Régimen Interior  prevalecen.

La ley se desarrolla en un Reglamento que determina el derecho a la educación de los menores de edad. El agresor incumple la obligación de recibir educación, que es el envés del derecho. Ni él menor, ni sus padres – que podrían ser privados de la patria potestad – pueden negarse. En España es obligatoria la Enseñanza Pública.

Exigir, sólo en países democráticos,. no respetan que la Constitución sea la Ley suprema de la que nacen Leyes y Reglamentos. Despreciando estos desprecian aquella.

Su actitud pendenciera es un camino sin salida. Las religiones monoteístas – las politeistas son democráticas – han regado la historia con millones de asesinatos de guerras de religión en su intento de imponer su credo violentando a todos; y así siguen.

Antes también había guerras; pero eran solo un robo legalizado por los Estados. Hoy, en general, las democracias buscan soluciones pacíficas a los conflictos de propiedad. La razón prevalece frente al presunto mandato de los extraterrestres.

El creyente es una persona que, ¡sólo por eso, no por ser creyente!, merece nuestro respeto; no por lo que cree. Una persona racional no puede respetar una creencia irracional, que lo son todas. Pero sí se respeta la intimidad ajena, porque lo razonable es proteger la intimidad de injerencias ajenas, así lo hace la Constitución.

El ser humano elige vivir aislado o en sociedad. En el primer caso no sufrirá la voluntad ajena. En el segundo, para obtener las ventajas de la convivencia, deberá ceder parte de esa libertad, consciente de que todas las ventajas no caben en el mismo saco.

La CE parte de su respeto a la persona individual. Dice el art. 10:

La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la Ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social.

Los tres primeros valores emanan de la persona; los otros dos son sociales. Todos son respetables pues son fundamento de algo deseable: el orden político y la paz social. Viola la paz social quien no respeta a la persona; p. ej.,, alegando "su" derecho al desarrollo de la personalidad para atropella la Ley o los derechos de los demás.

La CE conjuga el respeto en dos ámbitos disjuntos. Así protege el derecho a la intimidad y a la convivencia. Protegiendo el primero encontramos el art. 16

1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la Ley.

2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.

3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

Es una redacción redundante. La garantía de la libertad ideológica incluye todo: la religiosa y de culto, manifestaciones de esa ideología. La inexigencia de confesar la ideología, incluye la de la religión o creencias, pura ideología. La negación del carácter estatal de las confesiones identifica a una sociedad razonable que rechaza toda imposición ajena al pacto que nace de la discusión razonable y democrática.

Este artículo establece protección absoluta a las ideologías en el ámbito íntimo. A sensu contrario, esa protección no puede invadir el ámbito público. Ésta es la piedra clave que mantiene la cúpula de la convivencia. Los intolerantes la destruyen.

NO inmiscuirse en el ámbito de lo íntimo obliga a NO imponer éste en lo público. Si un creyente renuncia a esa protección absoluta del art. 16.2, CE, exponiendo lo íntimo en público, se hace acreedor, voluntariamente, a la crítica ajena.

Es ventajista pretender imponer nuestra privacidad a los demás.

Es un acto totalitario inadmisible en una sociedad democrática.

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