La mayoría de las familias propietarias de una empresa exitosa trabajan de forma consciente para superar el problema inherente a la hora de perpetuar la participación de la familia en la empresa. La experiencia recomienda que independientemente del tamaño o formalidad de la familia, sus programas de familia y planes de acción promuevan deliberadamente cosas en apariencia tan intangibles como el compromiso, visión y participación familiar, aspectos que ofrecerán soluciones a retos y determinarán cómo interactúa la familia en la empresa.
La continuidad de la propiedad y la actuación exitosa de la empresa precisan del compromiso de la familia a largo plazo, por ello para evitar que los miembros de la familia se muestren renuentes a participar en ella, es preciso llevar a cabo acciones de apoyo a la participación, como el hecho de crear un entorno que respalde la participación.
En este sentido, un asunto importante a tener en cuenta es conocer el impacto de las relaciones y los conflictos de familia en la participación familiar, por lo que alentar la participación de la familia plantea un reto, cada vez mayor, a medida que la familia crece y son varias las generaciones que tienen interés en la empresa. Para evitar que los grupos de mayores y jóvenes se dividan, se les debe animar a aprender sobre las empresas familiares, encontrar su posible intervención y considerar cómo pueden contribuir al éxito futuro de la familia y la empresa.
También han de comprender el conflicto familiar, ya que uno de los problemas que plantean estas empresas es que trabajan extremadamente unidas y esta proximidad con frecuencia significa que las disputas familiares se extiendan al ámbito laboral. Por ello las empresas que abordan directamente los conflictos o que hayan tropezado con dificultades para afrontar ciertos asuntos, descubren que el proceso de planificación es una oportunidad para comenzar a crear confianza en la familia, que servirá no sólo durante el proceso de planificación, sino también en las relaciones de familia y empresa continuadas.
El problema es que el coste de evitar el conflicto es elevado, ya que las familias necesitan darse cuenta de que trabajar unidos y preparar a futuras generaciones implica introducir cambios, errores y necesidad de afrontar el conflicto, por lo que antes de que una familia pueda fomentar la participación de nuevos miembros de la familia, ésta debe tener cierta base para una relación personal.
El desarrollo del Protocolo Familiar, políticas de empresa y programas de carrera y sucesión, ayudará a evitar conflictos estructurales innecesarios.
Los individuos tienen más probabilidades de confiar y cooperar libremente con los sistemas cuando se cumple un proceso de equidad, concepto que incluye tres principios: en primer lugar el compromiso, es decir hacer participar a la familia en discusiones y asuntos que les afectan e invitar a la participación en una reunión familiar demuestra el compromiso de la generación mayor para crear un papel para la próxima generación; el segundo principio es la explicación, en sentido de que comprender lo que está ocurriendo es vital en las empresas familiares debido a la naturaleza cambiante de las relaciones a medida que la familia y la empresa maduran y en tercer lugar aclarar las expectativas de cada miembro en lo referente a carrera o propiedad, lo cuál permitirá mejorar las relaciones familia-empresa.
Deteniéndonos en la importancia del principio del compromiso es importante destacar que las reuniones familiares son quizá el instrumento más importante para posibilitar la participación, implicación, planificación y toma de decisiones familiares, y su importancia versa en algo tan sencillo como que una empresa que muestra incapacidad para congregarse, es una clara señal de que se enfrenta a retos para trabajar unida, y si no pueden convenir reuniones periódicas es poco probable que tengan las habilidades necesarias para trabajar juntos si surgen conflictos.
La principal finalidad para desarrollar un programa continuado de reuniones familiares ha de ser establecer una estructura que fomente la participación familiar en la planificación, solución de problemas y toma de decisiones y deben reflejar la preocupación de la familia por el bienestar de todos sus miembros.
En conclusión, ninguna fórmula familiar, en concreto, es la mejor. No obstante hay cuatro pautas evidentes en familias con éxito que aparecen regularmente en todos los casos:
- Un compromiso compartido con el futuro de la familia y la empresa.
- Reuniones para abordar conflictos
- Protocolo familiar para respaldar el proceso equitativo en los pactos de familia.
- Planificación consciente y continuada.
