LegalToday

Por y para profesionales del Derecho

Portal jurídico de Aranzadi, por y para profesionales del Derecho

09/02/2025. 15:38:22
09/02/2025. 15:38:22

LegalToday

Por y para profesionales del Derecho

Jugueteos lingüísticos

A. J. Vázquez Vaamonde

Profesor de Investigación del CSIC

A. J. Vázquez Vaamonde

Recuerdo de mi lejano bachillerato los inocentes juegos de palabras: si Deus est non est. Esto nos sumía en profunda perplejidad porque aunque la traducción estaba clara: Si Dios es, no es Dios, la frase resultaba una completa insensatez.

Todos sabíamos que había una trampa, pero eramos ignorantes y no la veíamos. Al final todo se aclaraba: el primer est no era la tercera persona del singular del verbo sum, sino del verbo edo, y el segundo est sí la era del verbo sum. La traducción "si Dios come no es Dios", perdía su contradicción. El Dios cristiano, espiritu puro, no come limitación que no tenían los del Olimpo que hacían de todo.

Era juego infantil de niños de 10 años. Hoy juegan a él "personas mayores", presuntamente "serias". Pero es un jugueteo malicioso, o trapisondada (aunque no la del Yak), porque pretende una ventaja injusta, y no sólo una actio ludenda: colar de matute en el Estatuto una realidad política sabiendo que no cabía en la constitución.  Los catalanes nunca fueron una nación en el sentido político del término. Aunque lo hubieran sido no sería relevante. Nuestra legalidad vigente nace con la CE.

Bajo dominación romana Cataluña no existía. La provincia Tarraconense tenía unas dimensiones que no tienen nada que ver con la actual Cataluña.

Tras el imperio romana la mayor parte de España, salvo la zona cantábrica y la zona bizantina del SE, fue parte del reino galo-godo, capital en Tolosa (Francia) hasta el año 507. Entonces paso a ser parte del reino hispano-godo, con capital en Toledo.

Tras la invasión musulmana, las fronteras se estabilizaron al sur del imperio carolingio con la marca hispánica, un conjunto de territorios independientes entre sí. Situada bajo los Pirineos, empezaba en la Vizcaya actual y lo formaban 11 condados, incluidos el Rosellón, la Cerdaña y Conflent (hoy franceses); por el Sur apenas rebasaba Barcelona.

Dos condados, Navarra primero y Aragón después, se independizaron y se hicieron reinos. En la parte oriental, el condado de Barcelona se hizo hegemónico sobre algunos limítrofes. Por el norte se amplió, por vía matrimonial, hasta la Provenza; por el sur con algunos territorios ganados a los árabes. La boda de Ramón Berenguer, cuarto Conde de Barcelona, con Petronila, heredera del Rey de Aragón incorpora los condados al Reino de Aragón, capital Zaragoza. Su hijo, Alfonso II, es rey de Aragón Los condados no tenían entidad política, eran dependientes de algún reino. En los más occidentales. Lleida, Urgell, etc., jamás mandó el Conde de Barcelona, Fue Jaime I quien lo incorporó por motivos lingüísticos a cataluña.

Políticamente sólo los reinos tienen carácter político independiente. Lo demás, condados, baronías y señorías identificaba territorios cuyos reglamentos, los Usatges, variaban del uno a otro: de Lérida, de Barcelona, etc. El Rey juraba respetarlos si sus vasallos le juraran lealtad a él como Rey.

La unión dinástica de Aragón y Castilla no modificó esta situación legal hasta el levantamiento contra Felipe V. Jurado por Felipe V el respeto a los fueros locales todo iba bien hasta que algunos nobles y obispos aragoneses castellanos, catalanes y valencianos (no sólo catalanes, como algunos creen) se rebelaron contra el rey, instigados por Inglaterra que temía la unión borbónica, pese a que Felipe V renunciara a heredar el Reino de Francia. Se inició una guerra civil española. Pronto fue una Guerra Europea con Francia  y contra Holanda. UK, Portugal y Austria.

El archiduque de Austria, candidato inglés, como no tenía nada prometió lo que no era suyo, y así logró muchos seguidores y casi gana. Tras años de Guerra europea, no española, la derrota de Almansa inició su derrota en territorio español. Al heredar la corona de Austria. Inglaterrra recordó la unificación hispano-austríaca (Carlos I y Felipe II), la creyó más peligroso que la unión borbónica y lo dejó en la estacada y firmo una paz muy favorable a costa de España, que fue la que pagó los vidrios rotos perdiendo casi todo en Europa.

Incumplido el compromiso jurado a Felipe V, los nobles que se alzaron contra él en Aragón, Castilla, Cataluña, Mallorca y Valencia perdieron sus tierras; la población sus derechos forales ¡de acuerdo con la ley!. Años después, tras pedir perdón al Rey les devolvió parte de sus tierras y derechos, pero no todos. Los catalanes recuperaron más derechos que los valencianos, estos más que los aragoneses y castellanos; los que menos, los mallorquines.

Pese a esa realidad histórica y jurídica, los catalanes mantienen una actitud victimista. Falsificando la realidad histórica engañan a la mayoría de la gente ignorante de la historia y logran beneficios y ventajas económicas respecto a otras partes del Reino. La última fue tras la guerra civil. La mayor parte de la burguesía y payeses catalanes apoyaban a Franco; sólo la mayor parte de la masa obrera fue fiel a la república, porque la intelectualidad catalanista era también contraria a ella. Por eso Cataluña mejoró con Franco más que el resto de España. ,

Catalanes "de nación" significa catalanes "de nacimiento"; sobre ese particular no hay duda, como así ha reconocido el Tribunal Constitucional. Pero eso no significa -eso es lo que se pretendía colar de matute, jugando con las palabras polisémica, que Cataluña sea una Nación independiente.

¡Nunca lo fue a lo largo de toda su historia condal!, Pero eso pretenden unos políticos cuyo poder procede del pueblo español, "donde reside la soberanía", art. 1.2 CE, que fue el que votó una constitución de la que procede su poder político autonómico, ¡pero con los límites que allí se indican!.

Nada obsta para la secesión si el pueblo español soberano así lo decide,. En vez de intentarlo, agunos se dedican a malmeter la convivencia política y jurídica engañando al que se deja. Eso se logra desacreditando el fundamento legal, la Constitución, en lugar de pretender su modificación, que es lo racional.

La situación histórica y política de Cataluña, aun con su poder legislativo, es menor, histórica y políticamente a la de otros Reinos de España: Asturias, Galicia, León, Pamplona, Aragón, Castilla, Valencia, Mallorca, Murcia, Toledo, Sevilla, Granada, y el sinnúmero de reinos de Taifas. Todos ellos tuvieron más entidad política que los innúmeros condados que hay por toda España; ¡y, no digamos ya los señoríos vascos!, porque el País Vasco (español) es un invento de la Constitución.

No cabe reivindicar, jurídicamente hablando, como ha pretendido el Estatuto, tener derechos históricos anteriores a la Constitución, máxime si son inexistentes. Si se reivindica la historia como argumento de derecho, los derechos de la Tarraconense son, por anteriores, superiores a los de la Cataluña del S. XVII (¡!). ¿No es más fácil razonar?. También el Rey de Marruecos dice lo mismo.

La "nación catalana" es un invento del romanticismo del S. XIX, cuna de los fascismos del S. XX, que se sigue oponiendo al recuperado (¿) racionalismo del S. XVIII que se intenta encarnar en el S. XXI. Admitirlo significaría el rechazo del carácter fundacional de la Constitución cuya custodia corresponde al Tribunal Constitucional.

Sería bueno que la gente sensata recobrara la cordura y no confundiera lo que se puede alcanzar por la vía legal, la secesión si se arbitrar una vía  constitucional para plantearla, con el derecho a la secesión que, con las leyes vigentes, hoy no tiene cabida. La soberanía reside en el pueblo español que puede cambiar las reglas.

Cataluña, mal que les pese a los nacionalistas, jamás fue la "Unidad de Destino en lo Universal" que pretenden los actuales políticos nacionalistas copiando, sin vergüenza la frase del fundador de la Falange. Como se decía en los 60: nada se parece más a un tonto de izquierdas que un tonto de derechas, aunque, por ser ambos nacionalistas, sean ambos de derechas.

Señores políticos, y no sólo a los catalanes, un poco de seriedad. Las modificaciones políticas, materialización de un deseo, tienen su vía constitucional para convertirlas en realidad. Las falsedades jurídicas tendrán su obstáculo en los Tribunales y, en particular, en el Tribunal Constitucional ¡que Dios guarde!.

Valora este contenido.

Puntuación:

Sé el primero en puntuar este contenido.

A. J. Vázquez Vaamonde

Profesor de Investigación del CSIC