La justificación última de la introducción de un sistema obligatorio de enseñanza postgrado y la superación de una prueba estatal de acceso como requisitos previos para la incorporación a un Colegio Profesional se encuentra en la necesidad de «reforzar» la formación y la pericia de los estudiantes de Derecho que pasan a formar parte de los profesionales de la Abogacía.
El ejercicio de la Abogacía es, sin duda, una noble función que consiste en defender intereses ajenos – a veces con tanta pasión e implicación como si fueran propios. En este punto conviene recordar que la necesidad de utilización de abogado no es sino la consecuencia de la tecnificación del derecho de defensa que nos permite indicar que las dificultades y los vericuetos legislativos y normativos exigen de personas que tengan los conocimientos suficientes para conseguir la efectividad de la defensa.
En este plano la tradicional incorporación colegial sobre la base únicamente del título universitario entra en crisis con la entrada en vigor de la Ley 34/2006 que impone un postgrado oficial y obligatorio y una prueba estatal de acceso.
A partir de aquí el reto inmediato consiste en ser capaces de dar cobertura docente, académica y editorial a las nuevas exigencias. La entrada en vigor de aquellas normas supone la aparición de una nueva y segmentada franja de conocimiento que se ubica en la organización colegial, el ámbito de los procesos, la actuación en los mismos y, en general, los elementos de apoyo que pueden completar los elementos con los que ejercer la profesión.
En esta franja de conocimiento se han volcado las Universidades Españolas y la Editorial Thomson-Aranzadi-Lex nova con la publicación del practicum de acceso a la abogacia. Se trata de encontrar nuevas fórmulas de transmitir el conocimiento y de procurar que los alumnos tengan a su disposición elementos que les permitan superar las pruebas y los exámenes.
Profesores de más de cinco universidades públicas y privadas, profesionales de la abogacía y de la judicatura y la fiscalía se han puesto de acuerdo en elaborar un Practicum de Acceso a la profesión de Abogado publicado por la Editorial Thomson-Aranzadi-Lex nova cuyo objetivo es ofrecer un elemento de estudio, esencialmente, practico y en el que apoyar la aprensión de nuevos conocimientos.
Se ha diseñado con los elementos suficientes para situarse en la franja de conocimientos a la que nos hemos referido y ser un elemento esencial y, sobre todo, primario en la práctica habitual de los masters de acceso a la Abogacía y del examen.
Esta labor se ha completado con la publicación en proview de un conjunto de test que tratan de ayudar a superar la nueva concepción del examen de acceso. Frente a la concepción tradicionalmente esperada de la resolución de un caso práctico como muestra de habilidad y competencia en el desarrollo del ejercicio profesional, el Gobierno ha optado por la supresión de los casos prácticos y la superación de un test con preguntas alternativas hecho sobre la base de supuestos concretos y no, por tanto, formulado desde un planteamiento teórico abstracto.
El reto de los docentes es dar apoyo a los requerimientos que prevén las normas no sin indicar que el sistema de test no puede ser considerado – ni con mucho- la mejor opción metodológica para el fin que trata de conseguirse. El test permitirá demostrar conocimientos e, incluso, la capacidad de aplicarlos a un supuesto concreto pero es cierto que las competencias de un buen profesional de la abogacía van más allá de los conocimientos técnicos de determinados aspectos ligados al conocimiento de determinadas materias de orden procedimental y deontológico que, ciertamente, son relevantes pero configuran un aspecto parcial de la aptitud profesional.
