Una de las reglas esenciales del buen interrogatorio parte de la base de la necesidad de disponer de un buen conocimiento del sujeto a interrogar y de la impresión o efecto psicológico que su testimonio haya causado o vaya a causar en los jueces. La razón de dicho principio reside en que la estrategia que vayamos a emplear durante el interrogatorio (incluso en la propia renuncia a interrogar) va a estar condicionada por diversos factores asociados a la persona del testigo y a cómo es percibido su testimonio por el juez.

Efectivamente, todo abogado sabe que no existe un testigo ni un testimonio cuyas circunstancias sean iguales, pues en aquel influirán factores tan dispares como el conocimiento de los hechos (presenciales o referenciales); su conocimientos técnicos; su tendencia a dar un testimonio imparcial o parcial; su faceta de colaborador de la Justicia; la intención o falta de ella de decir la verdad; su experiencia testificando; su desventaja a la hora de testificar: menores, personas ancianas, discapacitados, etc.
Ello nos lleva a que en función de la categoría en la que ubiquemos al testigo, el abogado, al planificar su intervención y llevarla a cabo, decidirá emplear una u otra estrategia adaptada, no solo a las características del testigo, sino igualmente al efecto que éste vaya a causar en los jueces, pues este efecto también va a condicionar aspectos del interrogatorio. A dicha conclusión llegamos dado que el testigo no solo aporta su testimonio, sino que éste va acompañado de factores vinculados a su credibilidad tales como forma de presentarse, de comunicarse y de transmitir su experiencia, lo cual influirá notoriamente en el juez, que es en definitiva quien debe ser persuadido a través de las preguntas y respuestas que escuchará.
Expuesto lo anterior, a continuación vamos a realizar una sencilla clasificación de los testigos más habituales a los que interrogamos, detallando algunos aspectos de las estrategias esenciales para determinar el tipo de interrogatorio a realizar.
Testigos falsos voluntarios
- Conocer con precisión a la persona que vamos a interrogar
- Tener claro el objetivo que pretendemos conseguir (limitar los efectos negativos derivados del interrogatorio directo; atacar la fiabilidad del testigo; atacar el testimonio directo)
- Observar su conducta del testigo durante el interrogatorio directo
- Posibilidad de ataques destructivos y más agresivos (excepción a la regla de no enfrentamiento con el testigo)
Testigos falsos involuntarios
- Conocer con precisión a la persona que vamos a interrogar
- Evitar tono agresivo
- Empatizar
Testigos expertos
- Examen muy difícil por la pericia del interrogado.
- Si no tenemos un plan trazado ni apoyo científico externo, mejor no preguntar.
- No preguntas abiertas
- Preguntas claras, sencillas y cortas.
- Preguntas siempre en un tono neutro, sin rastro de matices agresivos.
- Atacar la falta de credibilidad vía falta de imparcialidad, falta de idoneidad, falta de confiabilidad en la pericia.
Policía
- Conocer el funcionamiento de las dependencias policiales y la psicología del inspector
- Conocer la forma de preparación de los testimonios de la policía.
- Conocer su rol en el caso, si cumplió con los protocolos y buenas prácticas de investigación y si respetó las garantías procesales.
- Mayor posibilidad de realizar un interrogatorio más intenso y con más ritmo al conocer el juez la experiencia de los mismos en esta fase.
- Comenzar desde el principio con seguridad y solvencia, a fin de demostrar al testigo nuestra preparación sobre el tema, es decir, que disponemos de conocimiento e información sobre el caso.
- Evitar mantener una conducta hostil con el testigo, tratando de ser amigables pero, a su vez, firme y segura.
Sujetos débiles
- Empleo del tacto y sensibilidad durante el interrogatorio
- El tribunal no permitirá un interrogatorio con un ritmo intenso.
- Autodominio para evitar actuar agresivo, hostil o condescendiente (generará hostilidad de los jueces)
- Ser claro y conciso en los interrogatorios, excluyendo términos que no se entiendan por el testigo.
- Sus contradicciones pueden justificadas por el tribunal debido a su inexperiencia
Víctimas
- Mismo tratamiento sujetos débiles.
- Verán al defensor de forma hostil, como una extensión del imputado.
En conclusión, antes de abordar el interrogatorio del testigo hemos de conocer la clase o naturaleza en la que podemos encasillarlo para, acto seguido, considerar todos los factores que concurrirán en su testimonio y en el efecto que este pueda producir. Haciéndolo así, seremos sin duda más eficaces y nuestro interrogatorio será sin duda más persuasivo.
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