Quien siempre dice la verdad, puede permitirse tener mala memoria.

Si tenemos en consideración que la valoración que los jueces hacen del testimonio de los testigos no depende sólo del contenido de su declaración, sino también del modo o forma de la misma, es decir, de cómo se declara, podemos afirmar que el lenguaje no verbal adquiere una importancia mayúscula a la hora de verificar la veracidad del testigo, o lo que es lo mismo, de determinar si el testigo está mintiendo durante la declaración, lo que nos ayudará a orientar el interrogatorio en un sentido más adecuado a la actitud de éste.
Partiendo de que está comprobado que cuando una persona miente lleva a cabo inconscientemente una serie de gestos o expresiones no controlables, se han realizado en las últimas décadas una serie de estudios sobre las conductas en las que incurre la persona que miente, estudios que pueden sernos de suma utilidad a los abogados durante el desarrollo de una vista oral.
Con estas premisas, vamos a realizar en este post un examen de aquellos aspectos más interesantes del comportamiento de los testigos que mienten. No obstante, es preciso tener en consideración que estos datos no son más que orientadores sobre una determinada conducta, sin que pueda asegurarse de forma empírica que determina persona está se comporta de dicha forma esté mintiendo, pues estaríamos prescindiendo de múltiples factores que pueden estar influyendo en la misma (nerviosismo, miedo, tensión, etc…) cuya representación conductual sería semejante, sin olvidar que existen auténticos maestros del engaño. No obstante, las pautas que describiremos son muy interesantes para ponernos en alerta ante una posible declaración basada en la mentira. Veamos pues algunos de estos gestos:
Gesticulación
La persona que miente tiende a restringir el uso del gesto, por lo que las manos suelen quedar en los bolsillos o escondidas en la espalda. En general, tratará de ser menos expresivo con el uso de los brazos y manos. La razón de ello radica en que subconscientemente el mentiroso teme que los movimientos de la mano revelen de alguna forma el engaño[1].
Tocarse la cara y rasarse el cuello
El tocarse la barbilla, el cuello y la oreja. Tocarse la oreja es un gesto inconsciente que representa un intento de obstruir el engaño, una contradicción entre la persona sincera y la que miente. Rascarse el cuello es signo de que las palabras que se pronuncian son contrarias a los sentimientos del testigo. Curiosamente, el número de veces que se rasca el cuello es de cinco veces (ni más ni menos). Tirar del cuello de la camisa es igualmente signo de la existencia de una tensión en los nervios del cuello que se trata de evitar a través de un leve masaje con el cuello de la camisa.
Tocarse la nariz
Inconscientemente, tratamos de taparnos la boca por miedo a que se descubra la mentira, pero finalmente, se opta por tocarse la nariz a través de un ligero toque (distinto a frotarse la nariz intensamente).
Tocarse los ojos
Al tocarse los ojos, la persona trata de cubrirlos para no mirar a la persona a la que se está mintiendo. A mayor vigor en el movimiento, mayor es la mentira.
Movimiento de los ojos
Rehuir la mirada, apartar la vista durante bastante tiempo (evasivos); apartar la mirada rápidamente y volver a establecer el contacto visual (inquietos); parpadear mucho o mantener los parpados cerrados durante varios segundos (titubeantes).
Forma de responder a las preguntas
El mentiroso suele responder empleando las mismas palabras que el interrogador. Los silencios en su discurso apenas existen ya que así continua ofreciendo explicaciones. En ocasiones, responden preguntas con otras con el fin de ganar tiempo para pensar en la respuesta.
En definitiva, estas pistas bien aprendidas pueden ayudarnos a comprobar durante el acto del juicio, actitudes que nos suministrarán una información que sin duda nos aventajarán sobre aquellos que no sepan o conozcan de estas reglas, cuyo estudio recomiendo a todos aquellos letrados que intervienen con asiduidad en el foro.
[1] David Lewis. El Lenguaje secreto del éxito. Círculo de Lectores.