La psicología tiene mucho que decir en el campo jurídico, y más aún en el campo probatorio, ya que se trata del conocimiento de la conducta y comportamiento que el ser humano sigue al realizar determinadas acciones vinculadas a su participación en juicio. Se habla de psicología de los jueces a la hora de elaborar una sentencia, del fiscal, del acusado, y como no, del testigo y de la crítica de su testimonio (antes de recabar su testimonio, durante el interrogatorio y post interrogatorio).

En el presente post nos vamos a centrar en un aspecto de la psicología judicial sumamente interesante: los errores comunes al evaluar un testimonio y los factores que influyen en la credibilidad del testigo[1].
A la hora de evaluarse un testimonio por parte de los jueces, e incluso por los abogados durante el interrogatorio, suelen cometerse diversos errores de valoración que carecen de una base empírica. Algunos de estos han sido estudiados por Mirabal Bentos[2] quien destaca los siguientes:
- Se suele ser más benévolo con personas de clase media y buen aspecto físico.
- Produce mejor impresión el testigo experto aunque no lo sea en el área en que declara.
- Testigos extrovertidos y relajados son más creíbles.
- Cuando la credibilidad de un testimonio, por una u otra causa, decae, el efecto de valoración ya operado sobre otros elementos del testimonio se mantiene.
- Juzgamos al testigo de acuerdo a nuestra propia capacidad de recordar.
- Se cree que los testigos son exactos al identificar a una persona.
- No se tiene en cuenta el estrés.
- Se considera a la mujer peor testigo.
- Se cree que la seguridad del testigo es un índice de credibilidad, lo que no es correcto.
Siguiendo igualmente a Bergman[3], entre dichos factores podríamos destacar los siguientes:
La experiencia común: Las versiones de los testigos suelen evaluarse con las experiencias del juzgador, considerándose en tal caso que el testimonio es verosímil. Es muy importante que el abogado sepa mostrar las razones por las que, en algunos casos, los hechos han sucedido de forma diferente a la experiencia general
La consecuencia interna: Los hechos deben tener armonía y lógica interna, por lo que en caso de que se produzcan contradicciones, el abogado debe estar alerta y pedir a su testigo que aclare o explique.
El detalle es sinónimo de verosimilitud del hecho: Se disminuye el efecto negativo si el testigo explica por qué ha recordado determinado detalle.
La fuente de la información determina la reacción frente a ésta, por ello suele creerse a testigos expertos en el área de interés.
Finalmente, si el prejuicio o factores socio/económicos pueden afectar la credibilidad del testigo, debe enfrentarse explícitamente la cuestión y aclarar por qué no se aplica al testigo en cuestión.
Como vemos, el testimonio del testigo se encuentra sujeto a numerosos condicionantes psicológicos seguidos por quienes intervienen en la creación y valoración del mismo que deben ser conocidos por los abogados, quienes, conscientes de los mismos, tendrán que establecer una estrategia adecuada para extraer de dicha prueba la máxima eficacia probatoria.
[1] La psicología del interrogatorio y las formas de éste. Url: http://www.brenesariasabogados.com/publicaciones/psicologia-del-interrogatorio.pdf
[2] Mirabal Bentos, Gustavo. Testigos. Aproximación desde la Psicología Forense. AMF Editores. Url: http://www.brenesariasabogados.com/publicaciones/psicologia-del-interrogatorio.pdf
[3] Bergman, Paul La Defensa en Juicio. Buenos Aires, Abeledo Perrot, Segunda Edición. Citado en el trabajo La Psicología del Trabajo y las formas de éste. Url: http://www.brenesariasabogados.com/publicaciones/psicologia-del-interrogatorio.pdf
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