El hecho de que una historia se pueda contar de muchas maneras no impide que todas sean verdad. Es como si ordenamos una lista de países por su tamaño o por su población. Si bien los países serán siempre los mismos, el orden será distinto en cada una de las listas, ya que cada una será una versión diferente de una misma realidad.
El trabajo del abogado de la defensa consiste en presentar, tomando como base lo que dice su defendido y sin faltar a la verdad, la versión de la historia más favorable para su cliente. Así, su versión de los hechos debe reunir las siguientes características:
- Debe ser consistente con la evidencia presentada durante el juicio. Si la policía, por ejemplo, encuentra las huellas del acusado en la escena del crimen, la versión de la defensa debe incluir una explicación para dichas huellas.
- Debe ganar las simpatías del juez o del jurado. El abogado de la defensa podría argumentar, por ejemplo, que el acusado intentó evitar que ocurrieran los hechos de que se le acusa, lo que hablaría bien en su favor y, además, explicaría las huellas.
- Debe aportar pruebas que avalen su versión de los hechos. Si la defensa dice, por ejemplo, que su defendido se encontraba lejos del lugar de los hechos cuando éstos tuvieron lugar, debería aportar alguna prueba o algún testigo que lo pueda corroborar.
En un primer momento, la versión de los hechos que ofrece el acusado puede que no incluya alguno de estos elementos. Por eso es necesario que su abogado le ayude a elaborar una versión que sea verídica, creíble, demostrable y favorable a su causa.
La versión que da el defendido de los hechos
Supongamos que un abogado está defendiendo a alguien acusado de forzar una ventana para entrar en una vivienda a robar un ordenador. Las versiones que los defendidos ofrecen a sus abogados se suelen encuadrar en alguna de estas tres categorías:
- Defendidos que confiesan su culpa: Hay defendidos que admiten, efectivamente, ser los autores de los hechos, y dicen algo como: «sí, fui yo quien entró en la casa por la ventana para robar el ordenador».
- Defendidos que niegan absolutamente todo: Hay otros defendidos que le dicen a su abogado que no han hecho nada y que la acusación es totalmente falsa. Suelen presentar una coartada del tipo: «no sé de qué me hablan, porque yo estaba en casa de un amigo cuando se produjo el robo».
- Defendidos dan una versión distinta de los hechos: Hay defendidos que admiten los hechos, pero su versión difiere sustancialmente de la que ofrece la acusación. Por ejemplo, dicen: «yo abrí la puerta de la casa con mi llave y tomé prestado el ordenador con el permiso de su dueño».
Cómo elaborar una estrategia de defensa convincente
La mejor estrategia de defensa que puede diseñar un abogado penalista siempre parte de la versión de los hechos que ofrece el defendido. Esto no quiere decir que la estrategia deba ser exactamente la versión que da el defendido; también hay que tener en cuenta otros elementos, como el testimonio de los testigos o la versión de la policía. El abogado penalista debe tener en cuenta todos estos factores para elaborar una línea argumental que sea al mismo tiempo consistente con los hechos y favorable a la defensa de su cliente.
Supongamos que al cliente de un abogado se le acusa de robo con fuerza. Supongamos también que la fiscalía ofrece como únicas pruebas la confesión del acusado poco después de su detención, junto a la declaración de un testigo que cree reconocer al acusado en una rueda de reconocimiento, aunque no está seguro.
Supongamos también que el cliente le dice a su abogado que nunca antes se había metido en líos, pero que dos de sus amigos planificaron el robo y que se sintió obligado a acompañarlos para que no se burlaran de él. También le cuenta a su abogado que la policía nunca le dijo que tenía derecho a no responder a sus preguntas o a solicitar la asistencia de un abogado durante el interrogatorio.
En esencia, estamos ante un caso de una confesión del delito por parte del acusado. Sin embargo, el abogado de la defensa puede alegar que la policía se extralimitó en su labor de investigación, sonsacando, posiblemente de forma ilegal, una confesión. Esta línea de defensa coincide, en lo esencial, con la versión de los hechos que ofrece el cliente, pero presenta los hechos de una forma que resulta más favorable para el acusado.
En la exposición de su defensa, el abogado puede solicitar al juez que no se acepte como prueba la declaración del acusado, al no haber respetado la policía sus derechos durante el interrogatorio. También puede argumentar que la identificación que hace el testigo de su defendido deja lugar a dudas.
Esta estrategia de defensa persigue alguna de estas dos cosas:
- Que el juez declare al acusado «no culpable» por falta de pruebas o bien que le condene a la pena mínima.
- Que la fiscalía acceda a reducir la gravedad del delito que le imputa al acusado.