Ser mujer, ser mujer con discapacidad, ser mujer con discapacidad víctima de violencia de género. Todo a la vez es un cóctel molotov. Este grupo de víctimas tan complejo y no tan poco común es sobre el que pretendo describir las características en las siguientes líneas.
Se mezcla ser mujer (género) con discapacidad (discriminación/limitaciones) y con violencia de género (víctima de delito). Se agrupan en esta tipología distintas clases de discriminación: ser mujer, con discapacidad y a su vez víctima de violencia de género. En primer lugar hay que resaltar que este colectivo no está muy estudiado, que las pocas investigaciones que se han llevado a cabo hasta el momento en España indican que estas mujeres sufren mayor violencia de género que el resto de mujeres que no tienen discapacidad. Otra conclusión a la que se llegó es que sufren, aparte de la violencia de género, una violencia concreta en relación a su discapacidad debido a sus propias características que las hacen mucho más vulnerables. Por poner un ejemplo: tienen mayor dificultad debido a su discapacidad en el momento en que se plantean buscar trabajo, lo que les lleva a una mayor dificultad para ser independientes , que deriva en que tengan una sumisión económica al hombre. Otra de las conclusiones resultado de estudios sobre este tema detectaron que las mujeres con discapacidad según la zona geográfica donde viven pueden sufrir más o menos violencia de género, por ejemplo: en las zonas rurales se da en mayor porcentaje que en zonas urbanas. Tampoco resulta la misma proporción según el tipo de discapacidad que tenga la mujer que sufre violencia de género, siendo unos tipos de discapacidad que obtienen mayor prevalencia .Otra diferencia con el resto de mujeres es por el tipo de violencia que soportan siendo la más común la psicológica dado que sufren desprecio hacia su cuerpo o su persona, falta de respeto por parte de su compañero hacia sus limitaciones de actividad…Se detectó también que, si además el hombre que ejerce esa violencia sobre la mujer con discapacidad es su cuidador, esa mujer siente que debe algo a ese hombre que se está esforzando por cuidarla y protegerla, lo que aumenta más el grado de dependencia hacia él y , por tanto, la violencia que sufre.
Después de esta exposición sucinta de los resultados obtenidos en distintos estudios en el ámbito español llegamos a la conclusión de que dentro de la violencia de género existe un grupo de mujeres con características propias (discapacidad) que tienen mayor prevalencia de sufrir violencia de género. Por tanto, en base a los resultados expuestos, debiera fomentarse un mayor apoyo a todos los niveles a este grupo de mujeres, utilizando correctamente la técnica de la discriminación positiva consistente en apoyar un poco más al grupo más débil y discriminado para que pueda estar en condiciones de igualdad con el resto aplicando políticas que den lugar a acceder a recursos, bienes, servicios, que puedan ayudar a mejorar sus vidas y generar una oportunidad en la sociedad así como recibir compensación por la discriminación sufrida. Es cierto que se han diseñado algunos planes de acción para trabajar con este colectivo por parte de distintas entidades públicas, privadas, ONG… Pero no es suficiente. No es sólo un problema penal con consecuencias de la comisión de delitos en la figura de la víctima. Es un problema de Derechos Humanos. Y cuando se vulneran Derechos Humanos nada es suficiente. A por ello.