El Ibex-35 de la Bolsa española dejaba atrás a media mañana del miércoles el fugaz rebote de la apertura inspirado por la próxima dimisión del primer ministro italiano, en un clima de nerviosismo sobre el futuro del endeudado país transalpino.
Aunque Silvio Berlusconi dijo la víspera que dimitirá de su cargo después de sufrir una derrota en una votación parlamentaria que le dejó sin mayoría, los mercados tienen dudas de la capacidad de maniobra que pueda tener quien lleve las riendas de un país en el que la rentabilidad de sus bonos está en máximos de 16 años y la prima de riesgo supera los 520 puntos básicos.
El rendimiento del bono italiano a 10 años llegó el miércoles al 7 por ciento, un nivel generalmente considerado como insostenible, con el incremento en el coste de utilizar la emisión de bonos soberanos como forma de recaudar fondos dejando sin efecto la esperanza de ulteriores reformas en Italia.
"Mientras el rendimiento de los bonos siga por encima del 5 por ciento, no hay luz verde para comprar renta variable europea", dijo Christian Jiménez, gestor de fondos y presidente de Diamant Bleu Gestion en París.
En cuanto a la deuda española, el diferencial del bono a 10 años con su equivalente alemán se situaba en 394 puntos básicos desde 383 puntos básicos en las primeras transacciones del miércoles.
A las 11:10, el Ibex 35 se dejaba un 2,51 por ciento a 8.304,7 puntos, mientras el paneuropeo Eurofirst 300 caía un 1,1 por ciento.
Los grandes bancos sufrían fuertes caídas. Santander se dejaba más del 2 por ciento y su rival BBVA se desplomaba casi un 3 por ciento.
Telefónica resistía algo mejor al ceder un 1,3 por ciento, mientras Repsol recogía beneficios con un recorte del 1,5 por ciento y la eléctrica Iberdrola también daba un vuelco en su cotización y perdía un 1,7 por ciento.