La OTAN confirmó el viernes que pondría fin a su misión en Libia la semana próxima, siete meses después de lanzar operaciones por mar y aire que ayudaron al derrocamiento y muerte de Muamar el Gadafi.
Embajadores de los 28 países miembros de la OTAN reunidos en Bruselas formalizaron una decisión preliminar alcanzada hace una semana para dar por terminada una misión que se ha extendido desde el 31 de marzo al 31 de octubre.
"Nuestra labor militar ya está hecha", dijo el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, en un mensaje en Twitter en el que confirmaba la decisión.
El jueves, los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU aprobaron por unanimidad una resolución que pone fin desde el próximo lunes al mandato que estableció una zona de exclusión aérea sobre Libia y permitía que fuerzas militares extranjeras, entre ellas las de la OTAN, usaran "todas las medidas necesarias" para proteger a los civiles libios.
Las decisiones de poner fin al mandato y la misión de la OTAN se tomaron pese a la solicitud del Gobierno interino libio para que el Consejo de Seguridad esperara a que el Consejo Nacional de Transición (CNT) decida si quiere que la OTAN ayude a asegurar sus fronteras.
Rasmussen dijo el jueves que no esperaba que la OTAN desempeñara un papel importante en la posguerra libia, aunque podría ayudar a la transición a la democracia a través de ayuda con la reforma del sector de la seguridad.
"No espero nuevos cometidos más allá de eso", dijo.
El CNT anunció oficialmente la liberación de Libia el 23 de octubre, días después de la captura y muerte de Gadafi. Los mandos de la OTAN han dicho que creen que la administración provisional es capaz de asumir el control de la seguridad del país.
El viceembajador libio en la ONU Ibrahim Dabashi pidió el miércoles al Consejo de Seguridad que esperara antes de poner fin al mandato. Añadió que el Gobierno necesitaba tiempo para evaluar la situación de seguridad en este país y su capacidad para supervisar sus fronteras.
Diplomáticos occidentales dijeron que los miembros del consejo no querían esperar y que los aliados de la OTAN eran favorables a una rápida conclusión de un costoso esfuerzo que ha implicado más de 26.000 salidas aéreas y patrullas navales continuas, en un momento en el que los presupuestos se ven ajustados por la crisis económica mundial.
Pese a que la OTAN ha dicho que la misión ha sido un éxito, la intervención causó divisiones en la Alianza y se prolongó mucho más de lo que los países occidentales esperaban o querían.
Las autoridades de la OTAN dijeron que los miembros de la Alianza tenían libertad para aportar ayuda en seguridad a Libia de forma individual.
Apuntaron también a los comentarios del máximo general de Qatar, que dijo el miércoles que los países occidentales habían propuesto establecer una nueva alianza encabezada por Qatar para apoyar a Libia una vez que la OTAN ponga fin a su misión.
La resolución de la ONU no levanta el embargo de armas u otras sanciones de la ONU a Libia que llevan en vigor desde hace medio año. Dejó claro que las armas seguían siendo un problema, expresando su "preocupación por la proliferación de armas en Libia y su potencial impacto en la paz y la seguridad regional", añadió.
