Ya está bien de tanto trabajar, de tanto estudiar legislación y jurisprudencia, de tantos juicios y dictámenes legales…
Hoy nos toca regresar a nuestra más tierna infancia y jugar a "adivina, adivinanza". Como sé que os suena esto un poco raro, empezaré yo. Atención tod@s:
Adivina, adivinanza: ¿Qué tienen en común un trabajador, Nokia, una cámara y la nieve? Venga, echadle imaginación:
Ya tenemos un primer jugador. A ver qué nos dice:
- Jugador nº 1.- Pues que un trabajador de Nokia cogió una de las cámaras que llevan los móviles de su empresa y le hizo una foto a la nieve para mandarla a TVE a fin de que saliera a las 15.55 h. y a las 21.55 h. en el programa del tiempo.
No, no, no ha dado ni una!!!.
¿Algún otro jugador? Sí ahí veo otro. A ver si hay mejor suerte.
- Jugador nº 2.- Pues que un trabajador de Nokia ha ideado una cámara que es resistente a la nieve y la van a patentar, porque es un adelanto muy importante en un país como Finlandia, de donde es Nokia y donde nieva mucho.
No, no, ha acertado algo, pero aun está lejos. Venga, el siguiente jugador. Ahí viene. Suerte!!
- Jugador nº 3.- Que un trabajador, durante sus vacaciones de navidad fue con sus hijos a la nieve y le hizo una foto con su móvil Nokia de última generación.
Nooooooo. Vemos que hoy no hay suerte. Así que os desvelaré el misterio…
Pues bien, parece ser que el parlamento (cámara alta) de Finlandia (país donde, efectivamente, suele nevar mucho), se ha aprobado una ley, que han apodado como ley Nokia (auspiciado por las presiones de esta empresa finesa) en la que se permitirá a empresas y organismos públicos controlar ciertos datos de los correos electrónicos de sus trabajadores a fin de poner freno a la práctica cada día más difundida de la filtración de secretos empresariales.
En concreto, la nueva ley permitirá que las empresas u organismos públicos puedan fiscalizar datos del correo electrónico de sus trabajadores tales como el remitente, el destinatario, y el formato y tamaño de los archivos que contenga.
No obstante, queda al margen de estas facultades el acceso al contenido del correo, que aún se encuentra salvaguardado por el secreto de las comunicaciones.
Como podemos ver, estamos ante un capítulo más en la lucha entre el avance tecnológico y la protección, de un lado, de los derechos de propiedad industrial e intelectual y, de otro, los derechos fundamentales de los usuarios, en este caso de los trabajadores.
