Es realmente curioso como el cine y la música nos presentan como tolerables e incluso atractivos a personajes que cometen delitos. El rey de Persia que asesino a tres mil mujeres es uno de los mayores criminales de la historia pero su matrimonio con Sherezade parece que lo libera de toda culpa.
La historia es muy conocida. EL Rey de Persia se enamoró profundamente de una mujer con la que se casó. Su mujer le engañó con otro hombre y el Rey juró venganza eterna contra todas las mujeres. Durante varios años se acostó cada noche con una mujer y después la mató. Fueron tres mil las mujeres asesinadas. Sherezade intentó romper la infernal trayectoria delictiva del Rey. El primer día le contó una historia que dejo incompleta. Fue inventando nuevas historias durante mil y una noches. Tres años después con tres hijos se había convertido en indispensable y el Rey se casó con ella.
Esta fábula oriental ha sido objeto de inspiración para varios compositores. La obra más genial de todas es el poema sinfónico de Rimsky Korsakov “Sherezade”. Rimsky Korsakov (1844-1908) es uno de los grandes compositores rusos. Antes de dedicarse plenamente a la composición fue marino y oficial del ejército ruso. Durante tres años recorrió el mundo navegando. El encanto por lo exótico fue la inspiración para su creación más popular, ”Sherezade” (1898), una obra brillante plenamente integrada en el repertorio habitual. Sobre la composición de “Sherezade” hay una película de Hollywood de 1947 que nos muestra la época de Rimsky como marino. Mucho más interesante es una película soviética de 1953 sobre las óperas de la última época de Rimsky. Ambas películas están disponibles en YouTube.
En 1926 en el marco de una gira pianística por Estados Unidos Prokofiev (1891-1953) escribió una “Fantasía sobre temas de Sherezade”. Además de tocarla Prokofiev la grabó y podemos escuchar la grabación del genial compositor ruso en YouTube.
La otra gran obra sobre Sherezade es del compositor francés de madre vasca española Maurice Ravel (1875-1937). El exotismo de “Las mil y una noches” siempre fascino a Ravel. En 1901 conoció al poeta Tristán Klingsor, quien recientemente había publicado una colección de poemas en verso libre bajo el título “Sherezade”. El ciclo de canciones de Ravel, “Shéhérazade”, es para solista y orquesta. Se inicia con la canción “Asia”. Se interpretó por primera vez en 1904.
En el siglo XXI encontramos una Sherezade moderna en “Scheherazade 2” del compositor estadounidense John Adams (1947). Es una sinfonía para violín solo y orquesta. Se estrenó por la Filarmónica de Nueva York en marzo de 2015. Adams se inspiró para escribir la obra en la visita a una exhibición en Paris sobre “Las Mil y una noches”. Adams quedó impresionado por la brutalidad hacia las mujeres de muchas de estas historias. Hizo una reflexión jurídica al escribir: “Sherezade es la afortunada que a través de su imaginación consigue salvar su vida pero no hay mucho que celebrar cuando uno piensa que la única razón por la que su marido asesino no la mata es porque consigue entretenerle. Por ello decidí escribir una sinfonía dramática en la que el principal carácter es el violín solo que representa la lucha de una Sherezade moderna en una sociedad patriarcal”. Un Adams que ha dejado de ser minimalista y es en sus últimas obras maximalista nos regala una joya musical.
Las historias que Sherezade relató se agruparon en los cuentos de “Las Mil y una noches”. Los más famosos son “Aladin y la lámpara maravillosa”, “Sinbad el marino” y “Alibaba y los 40 ladrones”. Esos cuentos han sido también objeto de inspiración para muchos compositores,
El famoso compositor vienés Johann Strauss (1825-1899) escribió una opereta titulada “Indigo y los 40 ladrones” basada en el cuento “Alí Baba y los Cuarenta ladrones” estrenada en 1871. De la opereta extrajo un vals “Las mil y una noches” que se interpreta con frecuencia en los conciertos de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena.
La más brillante de todas las adaptaciones de los relatos es la del compositor danés Nlelsen (1865-1931) que escribió la música incidental para la obra de teatro “Aladin”. De esa extensa partitura procede la Suite Aladin (1923). Estamos ante una creación memorable llena de fuerza y exuberancia escrita tras un largo viaje de Nielsen a Turquía.
Hay siete óperas más inspiradas por “Las mil y una noches”. Siguiendo el orden cronológico de composición la primera es “Abu Hassan” de Weber (1811), la segunda “Ali Baba” de Cherubini, la tercera “The Barber of Baghdad” de Cornelius (1858), la cuarta “The Statue” (1861) de Reyer, la quinta “Aladin” (1888) de Emil Horneman, la sexta “Marouf, savetier du Caire” (1914) de Rabaud y la séptima “Aladin y la Lámpara Mágica” (1966) de Nino Rota.
Desde luego uno de los grandes criminales de la historia ha inspirado a un elevado número de compositores. Sólo Adams ha sabido entender en 2015 lo que en realidad era el Rey: un degenerado asesino que hubiera merecido una inmediata acción de la justicia que detuviera sus crímenes y le impidiera seguir matando a mujeres.
