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20/04/2024. 10:02:48

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Paul De Clerck, director de ALTER-EU y experto en control de lobby corporativo

“A nivel comunitario, no hay leyes que controlen realmente la influencia de los lobbistas”

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"Existen cerca de trece mil individuos consagrados a influir en el outcome de todo tipo de decisiones que se toman en la capital belga." "Si no hubiera sido por la presión de las hordas de lobbistas del Telecom, los europeos pagaríamos mucho menos por llamar." Las firmas de lobby "valoran a los antiguos funcionarios de las instituciones europeas, les ofrecen sueldos suntuosos."

Uno de los debates de mayor actualidad en la europolitics se encuadra en la creciente influencia de los grupos corporativos en los procesos de tomas de decisiones de los altos círculos de poder comunitario. Llegar a la capital belga, corazón del gobierno común europeo, para manifestar sus propias inquietudes y puntos de vista es un lujo que la mayoría de ciudadanos de Francia, España o Italia no se puede permitir.

A nivel comunitario, no hay leyes que controlen realmente la influencia de los lobbistas. Paul De Clerck, director de ALTER-EU y experto en control de lobby corporativo

Sin embargo, los grandes conglomerados corporativos llevan años invirtiendo importantes sumas de dinero en salvaguardar sus intereses, llegando muchas veces a influenciar de forma determinante el criterio de aquellos responsables de la adopción de importantes normas destinadas a regir el futuro de Europa.

Regulaciones en materia económica, control del consumidor, restricciones sanitarias y ambientales, hacen parte de los innumerables ámbitos de la vida social que pueden verse afectados por las decisiones tomadas en el marco de la Comisión Europea. Las grandes empresas opinan, y mucho, mientras el ciudadano europeo se siente cada día más ajeno a lo que sucede en esas altas y arcanas esferas de gobierno. Eso no es bueno para un continente que lleva dos intentos frustrados de fortalecer las instituciones regionales.

Es precisamente esta situación la que ha llevado a un grupo de activistas a formar la coalición, ALTER-EU Alliance for Lobbying Transparency and Ethics Regulation, un watchdog con sede en Bruselas, cuya finalidad es la de ejercer presión para la adopción de reglas que pongan límites éticos, eviten episodios de corrupción y otorguen transparencia a los procesos de toma de decisiones. Como directivo de la coalición, De Clerck, ha sido y es un personaje clave en los recientes acontecimientos. Su continua puja por exponer los fuertes lazos gobierno-corporación en Bruselas, ha causado gran revuelo en la opinión pública. Hoy, comparte con Legal Today sus principales dudas, metas y reivindicaciones.

 

¿Cuál es el peso que tienen los lobby corporativo en Europa?

Son muy potentes en Bruselas, particularmente si consideramos que existen más de 15 mil lobbistas profesionales en esa ciudad. Aproximadamente el 90 por ciento de ellos se dedica a defender los intereses de conglomerados empresariales. Es decir, cerca de trece mil individuos consagrados a influenciar el outcome de todo tipo de decisiones que se toman en la capital belga.

Puedo citar unos cuantos ejemplos concretos. Hace pocos años se adoptó una importante directiva comunitaria sobre uso de insumos químicos, un proyecto que buscaba establecer altos parámetros de control para prevenir la exposición de las personas a compuestos tóxicos. Todo ello implicaba, lógicamente, mayores niveles de supervisión y la práctica de evaluaciones periódicas para los productos elaborados por compañías químicas muy importantes. Se asumía, lógicamente, la posibilidad de prohibir el uso y comercialización de ciertos compuestos; estamos hablando de insumos de gran importancia económica para las empresas que los fabrican. La industria química inició una intensa campaña, que ha logrado debilitar seriamente los parámetros exigidos en la propuesta original.

Otro ejemplo patético es el de la iniciativa para regular las tarifas por servicio roaming, que cobran las empresas de móviles. Vodafone y otras empresas ejercieron una intensa presión y lograron frustrar esa iniciativa de la Comisión Europea. La adopción de una regulación hubiera significado, para las empresas telefónicas, privarse de una fuente única de ingresos. La interconexión cuesta muy poco a estas compañías. Sin embargo, a los usuarios nos cobran elevadas tarifas que no tienen correlato proporcional a los costes. Si no hubiera sido por la presión de las hordas de lobbistas del Telecom, los europeos pagaríamos muchos menos por llamar en Europa.

 

¿Cómo funciona el lobby en Bruselas?

Mediante la organización de conferencias, reuniones con miembros del parlamento, investigaciones, debates con decision makers, invitaciones a cenas y eventos. Uno de los medios institucionales preferidos de los lobbys son los "grupos de expertos". Se trata de grupos de profesionales que brindan consejo a los funcionarios en distintas áreas que requieren un alto grado de preparación técnica. Muchos de estos "expertos" están secundados por las empresas interesadas en las decisiones que se tomen.

Otras formas más solapadas son los regalos que reciben los altos funcionarios. Nike, por ejemplo, ha invitado a muchos puestos clave a importantes eventos deportivos, con todos los gastos cubiertos. Ello puede suponer serios dilemas éticos.

 

¿Hay alguna ley que impida que esto pase?

A nivel comunitario, no hay ninguna ley que controle realmente la actividad de los lobbys, sólo ciertas reglas poco claras y códigos voluntarios de conducta que sólo algunos pocos han firmado. Son papel mojado en la práctica.

 

¿Hay cifras sobre cuántos antiguos funcionarios han sido contratados por firmas de lobby?

No tenemos cifras precisas, nadie controla quién pasa por la famosa "puerta giratoria".

 

¿Es rentable ser lobbista?

Sí, de hecho son muy valorados los antiguos funcionarios de las instituciones europeas, les ofrecen sueldos suntuosos. Se estima principalmente su red de contactos personales al interior de las distintas estructuras burocráticas.

 

Los tecnócratas europeos dicen que los lobbistas les ayudan en su trabajo, que ayudan a agilizar los procesos dado que contribuyen con informes, investigaciones, etc. ¿Es verdad esto?

Eso es un argumento falaz. Sí, es innegable que les facilitan mucho las cosas al presentar información documentada e informes que de otra manera les hubiera costado mucho realizar. Particularmente si consideramos el volumen de trabajo. Pero no les ayudan a cumplir su función, porque su función es la de llegar a soluciones que tengan como único referente el bienestar de la ciudadanía, con base en criterios objetivos. Su meta como funcionarios públicos no se cumple si toman medidas que sólo beneficien a un sector empresarial, en perjuicio del ciudadano europeo.

 

¿Qué opina de la propuesta del Comisario Europeo, Siim Kallas, de utilizar un modelo de registro voluntario de lobbistas?

Kallas llegó hace unos años con un discurso muy frontal, hablaba sobre el derecho que tienen los europeos de enterarse quien mandaba en Bruselas, de la necesidad imperiosa del alcanzar el máximo de transparencia posible. Sin embargo, con el pasar de los meses, su propuesta ha ido debilitándose. Ya no tiene la fuerza de la que se habló al comienzo. El programa de registro voluntario tiene importantes fallas. Para empezar, no se menciona el nombre de cada lobbista que interviene ni los asuntos en que participa. Sin nombres no podemos saber si hay conflictos de intereses, si han cruzado la "puerta giratoria" o no. En segundo lugar, los requerimientos de información son demasiado vagos, generalistas. Los datos que se exigen no sirven para un mínimo de seguimiento, para contrastar información. En Francia, Canadá o Estados Unidos esto no es así, se exige información detallada.

 

¿Debemos aprender de la legislación estadounidense?

En lo referente al registro y declaración de información, es indudable que sí. Sabe una cosa, es completamente paradójico, por no decir sospechoso, que muchas lobby firms, con filiales en Estados Unidos, se adapten sin chistar a ese sistema en Washington y, por el contrario, sean las más reacias a que se reformen las cosas en Bruselas. Ello quiere decir que tienen algo que esconder.  

 

¿Qué ha conseguido ALTER-EU?

Poner el debate sobre la mesa y, dada la situación anterior, eso es mucho. Hemos logrado que el Parlamento Europeo expida una resolución solicitando el establecimiento de pruebas. Creo que seguimos el buen camino, los medios empiezan a hacer preguntas sobre lo que está sucediendo. Eso sí, estamos muy lejos de nuestros objetivos.

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