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25/04/2024. 09:28:29

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Santiago Mediano, presidente de Santiago Mediano Abogados

“A veces se dictan sentencias disparatadas en el área de propiedad intelectual”

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"Es posible que algunos despachos que llevan décadas en el mercado desaparezcan" "El abogado de nuestro tiempo es una persona que, además de Derecho, ha estudiado muchas otras disciplinas" "La función de las facultades de derecho no es la de formar abogados, sino juristas. "La abolición total de las fronteras jurídicas es una utopía que podría llegar con la abolición de la existencia de diferentes estados soberanos"  "Los cargos del TC tendrían que ser vitalicios y por sufragio popular"

Santiago Mediano encabeza desde hace años los primeros puestos en el ranking de su especialidad y es uno de los abogados españoles más brillantes en materia de Derechos de Autor, Derecho Audiovisual y de las Nuevas Tecnologías. Mediano ha sido profesor de Derecho Civil en la Universidad Complutense de Madrid y de Derecho Privado en el Centro de Estudios Sociales y Jurídicos Ramón Carande. Actualmente, imparte cursos de postgrado en las Universidades Carlos III y Pompeu Fabra y en el Colegio de Abogados de Madrid. Miembro de las principales Asociaciones para la Defensa de los Derechos de Autor, Mediano ha sido asesor de las vigentes leyes de Propiedad Intelectual que recientemente se han aprobado en España.

Santiago Mediano
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¿A qué retos inmediatos tiene que enfrentarse el mercado jurídico español?

El reto más inmediato es el brusco cambio de las condiciones económicas del mercado. Las empresas han demandado servicios y soportado condiciones económicas que, en este momento, no se corresponden con sus necesidades ni posibilidades. La rápida adaptación a este nuevo entorno decidirá quiénes permanecen en el mercado. Es posible que asistamos a cambios profundos en algunos despachos, incluso a la desaparición de despachos que llevan décadas en el mercado, pero que, por no poder amoldarse a las nuevas circunstancias, deban fusionarse con otros, dividirse en estructuras más pequeñas, o desaparecer.

En el largo plazo, el reto de los Despachos es el de la racionalización de las estructuras, descentralizándolas con el apoyo de las tecnologías de digitalización, así como el de sobrevivir en un entorno donde el conocimiento ya está al alcance de todos, abogados, clientes y contrarios.

 

¿Planea expandir su despacho a otras latitudes?

Santiago Mediano Abogados tiene alianzas con Despachos de otras latitudes desde hace años para prestar servicios a nuestros clientes en cualquier lugar del mundo. Esta forma de trabajar se ha mostrado muy eficaz hasta la fecha. En un momento como el actual, creemos que es mejor mantenernos así.

 

Se habla continuamente de un cambio de paradigma en el ejercicio de la profesión. En este sentido, ¿cómo considera usted que ha de ser el abogado del nuevo milenio? ¿Y el socio director?

El abogado del nuevo milenio es un profesional que no sólo domina el Derecho como herramienta, sino que conoce a la perfección el negocio al que se dedica su cliente. En ocasiones, incluso mejor que él. El abogado del siglo XXI es una persona que escala rápidamente en la pirámide de la confianza de su cliente, y es llamado a participar en la toma de decisiones estratégicas de las empresas a las que asesora. El abogado de hoy es una persona que no se limita a comprometerse con el cliente, sino que se implica con él para ayudarle en la consecución de sus objetivos. Y sólo cuando la situación lo exija, entrará en una sala de vistas de un tribunal para defender en un litigio a su cliente, si bien, llegado el caso, lo hará con gran habilidad y destreza. El abogado de nuestro tiempo es una persona que, además de Derecho, ha estudiado muchas otras disciplinas, tales como dirección y administración de empresas o psicología, dominará a la perfección varios idiomas, y estará en permanente contacto con los últimos acontecimientos de la realidad a la que dedica sus esfuerzos. Además, sabrá cuándo necesita apoyarse en otros compañeros expertos en otras materias para que un cliente reciba el servicio especializado que necesita.

 

¿Qué modelo de despacho terminará por imponerse en la península? ¿O hay sitio para todos?

El modelo en auge es el Despacho colectivo multidisciplinar que es capaz de cubrir el cien por cien de las necesidades del cliente. No obstante, convivirá con Despachos boutique que mantendrán su independencia gracias a un alto grado de especialización en una materia. De todas formas, siempre habrá sitio para otras maneras de ejercer la abogacía, más propias de las necesidades de personas, y no de empresas. El derecho de extranjería, el matrimonial, el penal, son áreas que permiten estas formas de ejercer la profesión distintas a la integración en grandes estructuras.

 

Las facultades de derecho de España ¿preparan a los alumnos para los nuevos retos de la abogacía del siglo XXI?

Sólo algunas. La mayoría ni siquiera prepara a los alumnos para ser abogados. Lo cierto es que, tras haber pasado yo mismo unos años como docente en la universidad, entiendo que la función de las facultades de derecho no es la de formar abogados, sino juristas. La profesión de abogado es algo que hay que aprender después, como la de juez, notario o registrador. Lo que no hay es una buena regulación del acceso a la profesión. Creo que algo parecido a lo que hay en medicina con los médicos internos residentes sería un buen modelo a trasladar a la profesión de abogado.

 

¿Puede afirmarse que la crisis económica repercutirá en el desenvolvimiento de las firmas españolas?

Sin duda es algo que ya está sucediendo. Desde una disminución en la contratación de servicios hasta un alargamiento en los plazos de pagos, pasando por una cierta relajación en la movilidad de los profesionales. Esta disminución de las rotaciones, motivada por el lógico temor a perder el empleo, y por la disminución de la oferta de contratación, se está notando mucho.

 

¿Podemos hablar de una globalización del derecho? ¿Estados Unidos lleva la batuta en este proceso? ¿Hay una fuga de talento jurídico hacia los países anglosajones?

De momento hay un incremento de la internacionalización del Derecho, en el sentido de que cada vez hay más organismos supranacionales con capacidad de dictar resoluciones y disposiciones aplicables en diferentes jurisdicciones. Sin embargo, la abolición total de las fronteras jurídicas es una utopía que podría llegar con la abolición de la existencia de diferentes estados soberanos. Mientras tanto, tendremos que seguir manejándonos con los tratados internacionales, las Directivas europeas, las leyes estatales y las autonómicas.

 

¿Cuáles son los retos más importantes a los que tiene que enfrentarse el derecho de la propiedad industrial en España?

El primero, la falta de cultura sobre el valor de los activos inmateriales en el empresariado español y en la población, que sigue pensando que la violación de los derechos de propiedad intelectual e industrial es un delito que no es tal. El segundo, la necesidad de más y mejores tribunales especializados, para que no tengamos pleitos que duren dos y tres años en primera instancia para la defensa de esos derechos, y para que no se dicten sentencias disparatadas, como las que leemos en algunas ocasiones. Finalmente, el firme apoyo de las autoridades para concienciar a los consumidores de que la existencia de esos derechos redunda en beneficio de toda la sociedad.

 

Las firmas españolas ¿son competitivas frente a sus pares de Inglaterra o Estados Unidos?

Algunas empresas españolas son ejemplarmente competitivas en sus diferentes mercados. La banca española, el textil, ciertos grupos editoriales, la energía,… Pero aún nos falta mucho por recorrer para estar a esa altura en todos los sectores productivos.

 

¿Cabe hablar de politización de la justicia y de crisis judicial? ¿Qué recetas implantaría para mejorar la situación?

Desde el momento en que el tribunal político por excelencia es nombrado por el gobierno y los partidos, y de que sus cargos son de corta duración, la justicia está politizada, pues puede llegar casi cualquier asunto hasta el Tribunal Constitucional, en donde la transparencia sobre si los criterios de una u otra resolución son estrictamente jurídicos no es tanta como se necesita. Además, hay demasiada poca inversión en jueces y juzgados, por cuanto es un servicio que a casi ningún gobierno interesa que funcione bien y con celeridad. No olvidemos que el judicial es el poder llamado a controlar al ejecutivo.

Para mejorar la situación haría que los cargos del TC fueran vitalicios, y por sufragio popular de entre una serie de candidatos que cumplieran con unos requisitos que los hicieran aptos para el desempeño de tan alta función. Además de esto, multiplicaría por tres el número de jueces y juzgados, y por cuatro o cinco veces sus dotaciones económicas.

 

¿Es posible hablar de auténticas firmas globales? ¿Tenemos despachos así en la península?

Sí, ya hay firmas globales y algunas están en la península. Sin embargo, ello no las hace necesariamente más competitivas frente al cliente local, y ni siquiera siempre frente al extranjero.

 

¿Se anima a predecir el futuro de la abogacía española? ¿Es razonable la expansión de los despachos españoles a otros mercados?

El futuro ya está aquí. La abogacía de cualquier país está en sintonía con la sociedad de ese mismo país, al igual que sus jueces, notarios, registradores legisladores… los abogados españoles somos conscientes de las necesidades que nos demandan nuestros clientes, y sabemos que, para satisfacerlas, hemos de parecernos cada día más a ellos: más formados, más dinámicos, compartiendo el conocimiento, y formando parte del equipo humano de nuestros clientes para ayudarles a alcanzar sus objetivos.

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