"España y los Emiratos firmaron en 2006 en Abu Dabi un acuerdo que ha favorecido la llegada de numerosas empresas españolas a la zona" "El acuerdo entre RCD y Habib Al Mulla es una auténtica novedad, ya que no existe una alianza semejante entre dos firmas locales" "El reto fundamental, en el contexto económico que atravesamos, es mantener las tasas de crecimiento que hemos experimentado desde 2003" "El know-how que posee cada una de las áreas de RCD es comparable a la de cualquier boutique especializada" "Hemos conseguido hacer valer nuestros valores diferenciales en este exigente mercado jurídico"
RCD Asesores legales y tributarios es una firma con enfoque global en el asesoramiento jurídico. Fundada en 2003, cuenta con 80 profesionales en sus sedes de Barcelona y Madrid. Adolf Rousaud, su socio director, se licenció en Derecho por la Universidad de Barcelona, es master en Derecho Tributario y cuenta con experiencia en las áreas de Mercantil, Inmobiliario y Procesal. Rousaud ha querido conversar con Legal Today y desgranar las claves del acuerdo con el bufete emiratí ‘Habib Al Mulla’, así como el desarrollo experimentado por RCD.
Recientemente RCD ha firmado un acuerdo Best Friends con la firma emiratí ‘Habib Al Mulla'. ¿Qué les ha llevado a firmar un convenio de este tipo?
La firma, fundada en 2003, ha experimentado un crecimiento importante en sus seis años de existencia. De los 14 profesionales que comenzamos, ahora ya somos más de 80, entre Barcelona y Madrid.
Una de las decisiones naturales en el proceso expansión del despacho ha sido poner en marcha el plan de crecimiento internacional. Una de estas iniciativas fue la incorporación a la red internacional LAW hace ahora un año, y la otra, la firma de un acuerdo estratégico con el bufete emiratí ‘Habib Al Mulla', muy consolidado en los Emiratos Árabes Unidos.
¿Por qué han elegido concretamente los Emiratos Árabes Unidos como uno de los primeros países en su proceso de expansión internacional?
España y los Emiratos firmaron en 2006 en Abu Dabi un acuerdo que evita la doble imposición, hecho que ha favorecido la llegada de numerosas empresas españolas a la zona, algunas de las cuales son clientes nuestros. En una perspectiva más amplia, Abu Dabi y Dubai han adquirido una gran importancia en el ámbito financiero y empresarial. Todo ello unido a que este acuerdo es una auténtica novedad, ya que no existe una alianza semejante entre dos firmas locales, nos sitúa en una posición muy ventajosa.
Sin embargo, Dubai se encuentra ahora en un momento delicado. ¿Les afecta de alguna manera esta situación?
Aunque los últimos acontecimientos vividos en Dubai no eran previsibles, el momento de echar a rodar el acuerdo no ha podido ser más oportuno, ya que las turbulencias financieras han aumentado la demanda de asesoramiento jurídico de las empresas españolas situadas en la región.
¿Podría resumir los puntos esenciales del acuerdo?
El acuerdo define las bases de una colaboración estratégica y su objetivo es fortalecer el asesoramiento legal de nuestros respectivos clientes tanto en el mercado árabe vinculado a los Estados del Consejo de Cooperación del Golfo (Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Bahréin, Kuwait, Omán y Qatar) como en la Unión Europea. La colaboración incluye un acuerdo best friends que permitirá ofrecer un completo servicio jurídico a las constantes inversiones cruzadas que se llevan a cabo entre estas áreas de influencia económica en diversidad de materias como M&A, landing de empresas, innovación, propiedad intelectual, competencia, fiscalidad y arbitraje internacional.
Asimismo, la alianza conviene el intercambio mutuo de profesionales y la puesta en común de sus bases de datos y de gestión del conocimiento.
¿Qué otros retos se plantea RCD para los próximos meses?
El despacho, como he comentado, se encuentra inmerso en un momento de extraordinario crecimiento. En sólo seis años se ha convertido en uno de los 35 despachos más grandes de España. Y todo ello basado en un crecimiento orgánico, apoyándonos al máximo en nuestros profesionales, lo que ha permitido conservar la cultura tan singular que caracteriza a RCD.
El reto fundamental, en el contexto económico tan delicado que atravesamos, es mantener las tasas de crecimiento que hemos venido experimentando desde 2003. El año 2009, según las primeras estimaciones, ha sido un año muy bueno para RCD y el objetivo es que 2010 también lo sea.
¿Este crecimiento se traducirá también en aumentos de plantilla?
El despacho sigue contratando abogados y economistas si bien es cierto que no al ritmo que hace dos años. Pero RCD sigue creciendo y como es natural su estructura de profesionales también. En este punto somos especialmente exigentes, ya que contar con un equipo cualificado y con una alta implicación en el proyecto ha sido la base de nuestro éxito.
En cuanto a la posible incorporación de nuevos socios, la firma está abierta. El grado de coordinación y la unidad de los socios del despacho es elevada. Por este motivo, a los nuevos socios que quieran sumarse a nuestro bufete se les pide una adhesión a los valores corporativos de RCD y una gran capacidad de extender nuestro proyecto en su área de expertise.
¿Cómo está desarrollándose la oficina de Madrid?
El crecimiento de RCD ha sido posible por la evolución que han experimentado nuestras dos oficinas: Barcelona y Madrid. Concretamente en Madrid, la convivencia de socios que realizaron su carrera profesional en la firma -y que aportan la cultura corporativa de RCD- con socios locales que conocen muy bien el mercado madrileño, hace que estemos inmersos en el asesoramiento de clientes y de temas muy destacados.
Con una competencia de alto nivel, grandes despachos generalistas y boutiques de mucha calidad, ¿qué credenciales presenta RCD frente a estos bufetes?
RCD es ahora mismo un despacho de tamaño medio que cubre todas las áreas del Derecho. Sin embargo, el know-how que poseen muchas de nuestras áreas es comparable a la de cualquier boutique o firma especializada. Frente a los grandes despachos generalistas, tenemos la ventaja de que, la cercanía que experimenta el cliente con respecto a los socios, la implicación que favorece el trato personalizado y la rapidez de respuesta son difícilmente alcanzables en un gran bufete. Y todo ello, con unos honorarios mucho más ajustados que en estos despachos.
Es muy cierto que la competencia es elevada y amplia, pero considero que, en una firma como la nuestra, una fuerte competencia únicamente lleva a que tengamos la exigencia de hacer las cosas cada vez mejor. Y el hecho es que hemos conseguido hacer valer nuestros valores diferenciales en este exigente mercado jurídico.