Óscar Fernández León ha querido reflexionar en esta entrevista sobre la situación extraordinaria que padecemos desde hace un año. Colaborador en Thomson Reuters, tanto en formación como mediante sus numerosos libros, autor de post en sus dos blogs de este portal jurídico y también en Actualidad Jurídica Aranzadi, analiza el momento que nos ha tocado vivir.
¿Cómo está viviendo usted y León Olarte Abogados la pandemia?
Con mucha preocupación, pues la incertidumbre está ahí, y a pesar de que ya se avista la luz al final del túnel, lo cierto es que nuestro despacho ha tenido que adaptarse a esta crítica situación, pues nos hemos visto afectados, como la mayoría de los despachos, por las consecuencias de esta crisis: nuevas formas de ejercer, nuevas demandas de los clientes, precariedad económica de los despachos y su clientela, factores que nos han exigido adaptarnos y transformarnos para poder responder a estos retos. En definitiva, estamos preocupados, en estado de alerta constante y dispuestos al cambio.
¿Y cómo lo está sobrellevando la abogacía?
Pienso que de forma similar a la apuntada anteriormente. Qué duda cabe que, en función de la actividad del despacho, unos no se han visto afectados, otros incluso han mejorado sus resultados, pero la mayoría (y muy especialmente los pequeños despachos) se han visto tocados de lleno por la precariedad económica surgida tras la pandemia. Ante este escenario, lo que llama la atención es que los abogados están sabiendo adaptarse, y muchos han afrontado por primera vez cuestiones tan vitales como el examen del mercado, la toma de decisiones estratégicas, el control de todo lo relativo a la tesorería, implementar nuevas formas de trabajo y, sobre todo, el aprovechamiento de las nuevas tecnologías de comunicación. Esto, en sí, lleva un germen de mejora del futuro de la profesión.
La pandemia ha puesto el acento en la digitalización. Uno de los puntos que se encuentran sobre la mesa son los juicios telemáticos. ¿Cómo los valora?
En este asunto tengo el “corazón partío”. Soy un amante de los juicios presenciales, pues considero que durante el juicio oral es donde el abogado puede desplegar todas sus habilidades para la mejor defensa de los intereses de su cliente; el contacto directo con quienes intervienen en el juicio es clave para desarrollar dicha defensa.
Ahora bien, la situación de la administración de justicia es la que es, y ante este problema endémico, los juicios telemáticos (naturalmente con determinadas limitaciones en su aplicación) pueden favorecer, entre otros aspectos, la agilización de trámites procesales, vistas y comparecencias y un ahorro económico, de tiempo y de trabajo para el abogado (desplazamientos, esperas, etc.), todo ello sin perjuicio de (en los tiempos actuales) la reducción de la afluencia en las instalaciones judiciales asegurando el distanciamiento físico y, por ende, garantizando la seguridad y salud de todos.
Naturalmente, existen diversos inconvenientes tales como la afectación de la inmediación del juez, y si se me permite, la del propio abogado, y ello sin olvidar los numerosos problemas que se están planteando como consecuencia de la falta de recursos tecnológicos y humanos que impiden que los juicios telemáticos funcionen adecuadamente.
Creo por tanto, que si se disponen de los recursos humanos y técnicos los juicios telemáticos mejorarán el funcionamiento de la administración de justicia, si bien deberán regularse más profusamente las excepciones que exijan la presencialidad (siempre en beneficio del derecho de defensa). En todo caso, en lo que respecta a los juicios, se perderán muchos de los beneficios de la presencialidad.
Un autor prolífico como usted, ¿qué importancia da a las habilidades profesionales de los abogados?
Crecer profesionalmente en el mundo de la abogacía requiere del desempeño de una serie de competencias que se presuponen imprescindibles para sacar mejor provecho de la profesión. Un conjunto de habilidades que todo abogado debería desarrollar a lo largo de su carrera.
Por centrar un poco más la respuesta, las habilidades profesionales son aquellas que emplea todo abogado de manera activa en la profesión, como herramientas imprescindibles para el desarrollo de su actividad. Son, por tanto, destrezas indispensables para ejercer la abogacía: el consejo jurídico, la mediación y negociación y, finalmente, la defensa ante los tribunales. Podríamos destacar las competencias generales que tienen que ver con la comunicación oral y escrita, lo que implica inteligencia, imaginación, capacidad de análisis y de abstracción, adaptación mental. También es bueno potenciar la capacidad de estudio y estar al tanto de las tecnologías de la información más avanzadas del mercado. Igualmente, debemos desarrollar capacidades para asesorar a nuestros clientes -saber escuchar, empatía, concentración-; tener vocación para negociar y para saber intervenir en público, lo que implicaría la oratoria, dominar el lenguaje verbal y no verba, las técnicas de interrogatorio y tener una alta resistencia a la frustración en los momentos clave.
¿Cuándo descansa Óscar Fernández León? Érase un hombre a un nuevo proyecto pegado…
Bueno, no te creas, claro que descanso, tengo, como todos los colegas, su tiempo dedicado a la familia y a mis hobbies, y en cuanto puedo, me escapo… Pero también he de decirte que todos los proyectos que desarrollo en relación con posts, artículos, libros, cursos, conferencias, etc. lo percibo cono otro hobby, por lo que cuando me siento con ello, no te puedes imaginar lo que disfruto.
¿Saldremos más fuertes de esta?
Sin duda alguna, los abogados hemos comprendido el escenario actual, y hemos sabido adaptarnos, innovar y transformarnos. Por ello, cuando esto termine, saldremos reforzados.
