El I Certamen de Actuaciones en Sala apuesta por la preparación de los futuros abogados. En la presente edición la Universidad de A Coruña cuenta con una participación activa. Su decano, José Busto Lago, defiende el compromiso con la formación de los futuros juristas. “En la formación de un jurista es necesario conjugar los conocimientos de Derecho con los saberes, habilidades y técnicas de cada una de las profesiones jurídicas y, en particular, en la que considero que es la más exigente de las profesiones jurídicas: el ejercicio de la Abogacía”.
¿Qué relevancia le da su Universidad a iniciativas de esta naturaleza?
Mi Universidad y, en particular la Facultad de Derecho, están plenamente comprometidas en la recíproca implicación entre la academia y la actividad profesional en las distintas profesiones jurídicas. Tanto en la formación que reciben los alumnos del Grado en Derecho, como, en especial los del Máster Universitario en Abogacía se fomenta especialmente su contacto con profesionales del ámbito del Derecho, así como la realización de actividades como la que nos ocupa, que permite a nuestro alumnos enfrentarse a la realidad de lo que serán sus inmediatos quehaceres profesionales. Por esta razón no hemos dudado en participar en esta propuesta de Thomson Reuters, junto con otras provenientes tanto de instituciones públicas, como de entidades privadas.
¿Considera importante que los alumnos pisen la arena de lo que será su día a día en un futuro cercano?
En línea con mi respuesta a la cuestión anterior, resulta claro que considero que, en la formación de un jurista es necesario conjugar los conocimientos de Derecho con los saberes, habilidades y técnicas de cada una de las profesiones jurídicas y, en particular, en la que considero que es la más exigente de las profesiones jurídicas: el ejercicio de la abogacía. Con todo, esta información no debe llevarnos a minusvalorar los conocimientos llamados teóricos o dogmáticos. Sin una sólida formación teórica, resultará imposible el ejercicio de las labores propias de un abogado y de una práctica profesional honesta en el ámbito del asesoramiento legal tanto contencioso, como especialmente en el preventivo.
¿Por qué animaría a otras universidades a sumarse a esta propuesta pionera?
Básicamente porque constituye una manera de plantear a nuestros alumnos un reto similar al que se van a encontrar en su actividad profesional en el ámbito contencioso o de litigación. La actividad conjuga la puesta en conexión con supuestos reales, de lo que puede ser un asunto que tengan en su actividad profesional inmediata, con el reto de competir con otros profesionales en formación y en condiciones parejas.
¿Están dando las universidades un paso hacia delante de cara a que se optimice la figura del abogado?
Sin duda, el diseño de los Máster Universitarios en Abogacía constituye un elemento fortalecedor de las relaciones entre las Facultades de Derecho y los colegios profesionales que es tanto como decir con los profesionales de la Abogacía. Este fortalecimiento de la relación tanto desde la perspectiva institucional, como profesional y también personal resulta favorecedor de las recíprocas consideraciones y una magnífica oportunidad para enriquecerse recíprocamente, tanto en la formación de los futuros profesionales (una de las funciones y objetivos básicos de las Facultades de Derecho), como en la formación continua de éstos, que constituye una finalidad propia de los Colegios profesionales y una necesidad de los propios profesionales, a la que no puede ser ajena la Universidad. Esta recíproca y enriquecedora relación también contribuye a valorar, en su justa medida, la formación y la dignificación y consideración de la profesión de abogado.
Señalaba la decana de la facultad de Derecho de la Universidad de Deusto que "no es cuestión de poner en práctica lo que uno estudia, sino de que se aprenda directamente poniéndose en situación". ¿Comparte esta afirmación?
Sí claro. Antes indicaba que el contacto con la realidad es fundamental en la formación del jurista y, en particular, del abogado; pero sin olvidar que para ponerse en situación y saber resolver el conflicto que en la misma se plantea es necesario tener las herramientas, los conocimientos jurídicos necesarios, para dar la mejor respuesta posible a quien necesita o requiere la ayuda del profesional; tanto en el momento en que se ha producido la quiebra que determina el surgimiento del conflicto como, en especial, las maneras de prevenir que surja el conflicto y/o de situar al cliente en unas condiciones óptimas para el caso de que surja, de manera inevitable el conflicto.
¿Le parece el compliance una de las salidas más atractivas para los actuales alumnos de Derecho?
Desde el momento en que la cultura del compliance es algo nuevo en nuestro Derecho, evidente resulta que es necesaria la formación de juristas en este ámbito y que es necesario incorporar estos conocimientos específicos dentro de los programas de estudio de los futuros abogados. El hecho de que se trate de un instrumento jurídico nuevo de progresiva implantación en las empresas mercantiles también determina una oportunidad para los nuevos profesionales, que ya se están formando en esta cultura y que, por lo tanto, podrá aportar a sus clientes sus conocimientos específicos. En un ámbito profesional fuertemente competitivo y exigente las ventajas formativas obviamente representan también oportunidades profesionales.